Discriminar, en sentido amplio, significa distinguir, diferenciar una cosa de otra. Dentro del campo musical, discriminar sonidos o ruidos es distinguirlos o diferenciarlos. En realidad, denominamos discriminación auditiva a la capacidad de distinguir distintos sonidos o ruídos basándonos en su tono o altura, timbre, intensidad, duración, semejanza o parecido a... etc; al proceso mental que debe seguir el niño/a, para analizar, clasificar y comprender lo que oye.
Existen dentro del campo sonoro los ruidos y los sonidos. Tanto unos como otros son el resultado de vibraciones o frecuencias producidas por una onda que está constituida por una serie de crestas y valles.
En una vibración o frecuencia podemos distinguir: el punto de maxima vibración, el punto de reposo, la amplitud y la longitud de onda.
La amplitud es la distancia entre la parte superior de la cresta o la inferior del valle (antinodos) con la parte media o de reposo (nodo)
La longitud de onda es la distancia entre dos crestas sucesivas. El símbolo de la longitud de onda es la letra griega “Landa” que es igual a la velocidad de movimiento de la onda (v) dividida por la frecuencia (f)
La frecuencia es el número de vibraciones por unidad de tiempo.
El punto de reposo o de fijación y tensión de una cuerda (nodo), es el punto de una vibración en el que no existe amplitud.
¿Qué son ruidos?
Los ruidos son el resultado de malas vibraciones o de un conjunto de vibraciones que no poseen cualidades.
Podemos definir el ruido como un sonido inarticulado y confuso.
El ruido se llama de superficie cuando acompaña a una grabación cuyo máster no es digitalizado y presenta irregularidades en la superficie de contacto del surco.
El ruido se llama de fondo cuando se percibe de un modo permanente en los aparatos electrónicos, debido en general, a la suma de varios efectos no deseados.
¿Qué son sonidos?
Los sonidos son el resultado de buenas vibraciones. Estas buenas vibraciones corresponden a unas perturbaciones o movimientos ondulatorios que se transmiten desde un cuerpo emisor a otro receptor a través de un medio elástico y dentro de frecuencias que van desde los 16 Hz, a los 20.000 Hz.
¿A qué llamamos frecuencia?
Frecuencia, es el número de ondas producidas por segundo. A mayor número de ondas, es decir; cuando las ondas sonoras están mas juntas, hay mas ondas por segundo, y por lo tanto más agudo es el sonido.
La frecuencia se mide en hertzios.
Fuentes sonoras.
Las fuentes sonoras pueden estar fijas o ser móviles. Cuando se da el segundo supuesto se produce el efecto Doppler, la sirena de un coche patrulla de la Policía o el ruido de un tren suena más agudo mientras se acerca y más grave a medida que se aleja. Este efecto se llama Doppler y se debe a la deformación que sufren las ondas sonoras que proceden de una fuente sonora en movimiento. Se comprimen en la parte delantera y se extienden en la trasera.
Tipos de audición.
El oído hay que ir preparándolo desde la escuela. Para ello tenemos que favorecer en el niño el desarrollo de su capacidad auditiva. Hoy día es difícil debido a la gran cantidad de sonidos y ruídos que nos llegan, es decir; a la gran contaminación sonora que padecemos.
Nuestro oído es imperfecto; tenemos un campo limitado de audición que va desde 16 vib/seg, hasta 36.000 vib/seg. Nos encontramos en realidad dentro de una banda acústica que comprende frecuencias desde 16-20 Hz, hasta 20.000 Hz, ambas frecuencias, o número de vibraciones, pueden ser producidas por instrumentos convencionales. Así el órgano de 32 pies nos da el sonido más grave que podemos oír (16 vib/seg, o 16-20 Hz.) y los armónicos del violín que producen el sonido más agudo que podemos percibir, el de 36.000 vib/seg, o 20.000 Hz. Entre estas dos frecuencias están los límites de nuestra audición.
Ultrasonidos e infrasonidos.
Llamamos ultrasonidos o sonidos ultrasónicos a los que están por encima de los 20.000 Hz. Son sonidos que no podemos percibir y que si pueden oír o percibir algunos animales.
Llamamos infrasonidos o sonidos infrasónicos a los que están por debajo de los 16-20 Hz, y que por lo tanto están fuera también de nuestra audición
Etapas que podemos distinguir en la audición.
Dentro de la audición podemos distinguir, a grosso modo, tres etapas.
- La audición pasiva.
- La audición activa.
- La audición intelectiva.
Estas tres etapas han sido estudiadas por los investigadores en el ámbito de la psicología dentro del campo de la percepción y clasificadas por la teoría de la GESTALT; dicha teoría la desarrollaré en otra entrada con posterioridad.
Centrándonos en las tres etapas de la audición nombradas y mencionadas anteriormente podemos decir que:
La audición pasiva es a la que se denomina oír. Oír es percibir sonidos de una forma casual sin una preparación o finalidad concreta. Oímos, porque se están produciendo dichos sonidos en ese momento, sin preocuparnos de la Fuente o fuentes sonoras que los generan y de la calidad de lo que percibimos.
La audición activa es la que denominamos escuchar. Escuchar por el contrario es percibir sonidos de una forma activa. En un primer estadio reconociendo las fuente o fuentes sonoras que los producen y la calidad o cualidades de lo que estamos percibiendo.
Para escuchar hay que tener una educación; han tenido que enseñarnos a escuchar y para ello se han tenido que realizar una serie de actividades encaminadas a perfeccionar nuestro oído y desarrollarlo a la vez que hemos estado recibiendo una formación e información sobre lo que escuchamos.
La audición intelectiva es un proceso mental (comprender). En ella se pasa por el análisis y reflexión de lo que se oye. En este tipo de audición se hace un claro análisis de los elementos de cualquier obra musical (melodía, ritmo, armonía, textura y forma).
La discriminación sonora es un proceso mental, mediante el cual podemos analizar y comprender los elementos que integran una obra musical.
Todo el proceso auditivo y las reacciones que tiene o puede tener el oyente han sido y son estudiadas por los investigadores en el ámbito de la psicología dentro del campo de la percepción.
Así conocemos que una onda sonora puede propagarse por medio de ondas longitudinales produciendo en ella dos fenómenos consecutivos sin solución de continuidad, uno de expansión o rarefacción y otro como consecuencia de éste, de compresión o contracción
Reacciones del oyente ante una obra musical.
Ante una obra musical el oyente reacciona de tres formas distintas que han sido clasificadas por la moderna teoría de la GESTALT, en tres categorías según sean sus respuestas ante el hecho musical.
Las reacciones que manifiesta con más profusión son:
- La sensorial sensual.
- La emocional o imaginario asociativa,
- La objetiva.
La respuesta sensorial sensual, es la más generalizada pues consiste en dejarse llevar por los estímulos sensoriales y sensuales producidos por los sonidos sin pensar en ellos ni analizarlos bajo ningún concepto o parámetro. Son respuestas a los impulsos rítmicos y melódicos de lo que se oye. Se da en los sujetos que escuchan música de fondo mientras realizan cualquier tarea sin darle importancia a lo que están percibiendo.
Esta respuesta, que la teoría de la GESTALT, en el ámbito de la psicología que se apoya en la forma tanto visual como sonora denomina sensorial sexual por los efectos psicológicos y fisiológicos que produce en el individuo íntimamente relacionado con la música, describe el papel de las sensaciones motoras ante los estímulos musicales, determinando que hay una perfecta asociación entre los ritmos musicales y los ritmos biológicos de los oyentes.
¿Cómo manifiesta el oyente la asociación entre los ritmos musicales y los ritmos biológicos?
El oyente manifiesta esta asociación con:
- El golpear del pie o los pies llevando el pulso de lo que escucha.
- El tamborileo de los dedos llevando el ritmo.
- La sensación en el estómago de los bajos y percusión de lo que escucha.
El éxito de los grupos de música pop, y su popularidad entre los jóvenes se debe a la irresistible respuesta físico-motora ante estos impulsos rítmicos, convulsivos y sin descanso a que les lleva este tipo de música. (Bakalao, Rock and roll, Techno, Dance, Hard-core, Pop, Funky, Punck, Heavy...)
Otra respuesta es la emocional, en la que el oyente proyecta sus propios sentimientos y emociones en la música. Alegría, tranquilidad, tristeza, ardor, paz interior...etc, con las que no tienen nada que ver las intenciones del compositor.
Una obra musical puede provocar emociones distintas en los oyentes dependiendo de su estado anímico.
La respuesta imaginario-asociativa, es semejante a la emocional y consiste en formar imágenes visuales o cinematográficas ante el discurrir de una obra musical. Este tipo de respuesta la tienen personas que oyen un determinado tipo de obras que podemos catalogar como música descriptiva.
La música descriptiva resulta de una ayuda bastante eficaz para introducir a los niños en la audición. Es un buen comienzo el utilizar la llamada música descriptiva como música más seria alternándola con la folklórica u de otro tipo cuando se realizan las primeras audiciones con los niños.
Los niños son totalmente receptivos y les encanta la música descriptiva y aún más si trata de temas en los que aparecen animales. Hay que tomar a este tipo de música como medio para llegar a analizar las obras musicales con mayor profundidad y no nos debemos quedar sólo con lo descriptivo pues este recurso que nos lleva a la audición, posteriormente mediatiza las obras musicales que se auditan. La solución es no quedarse sólo en la respuesta imaginaria-asociativa.
Al grupo de respuesta objetiva pertenecen los oyentes que están educados musicalmente. Sus reacciones están generadas ante la forma musical y su tratamiento por el compositor y por la calidad del ejecutante o ejecutantes.
Dicha respuesta objetiva se da también en estos oyentes ante los temas que la integran y el desarrollo que de ellos hace el compositor. Ante el uso de células rítmicas dentro de un movimiento de la obra, o de la rítmica general de un movimiento o de toda la obra. Ante el empleo de las cadencias y las distintas resoluciones de las mismas, ante los pasajes contrapuntísticos y diseños melódicos, al tratamiento orquestal u orquestación...
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