Educar es aflorar en los seres humanos valores que los hagan
personas, buenas personas, capaces de afrontar y enfrentarse a todo tipo de
conflictos y darles solución de un modo
natural sin usar la agresividad o la violencia. Podréis satisfacer vuestra curiosidad y adentraros en todo lo relacionado con esto en http://elinquietojubiladocristobal.blogspot.com.es/search?q=la+educaci%C3%B3n+el+bien+m%C3%A1s+preciado,+valores+educativos en donde entre otras apreciaciones exploramos esos valores; pero ampliando y abundando sobre este tema, nos
adentraremos en esta entrada en una nueva dimensión: Las emociones y la forma de gestionarlas.
Antes de gestionar las emociones debemos saber lo que son.
Emociones son reacciones afectivas, intensas y breves ante
situaciones inesperadas. Las emociones ocupan un lugar fundamental en el
estudio de la afectividad humana. Las raíces de la afectividad se
encuentran en el “instinto” y en el “inconsciente”
bases de la vida psíquica.
Decimos que pertenecen al instinto, las conductas innatas que
obedecen a razones profundas, pero quien las realiza o siente no se percata de
ello.
Pertenecen al inconsciente los procesos psíquicos (pensamientos,
fantasías, afectos…) que no están dotados de conciencia.
La afectividad se halla ligada a las motivaciones, estas
últimas pueden dar lugar a trastornos mentales y psicosomáticos.
Los niños y los adultos pasan por estados emocionales. Estos son: Alegría, tristeza, ira, asco, miedo, sorpresa… En “Del revés”
película cuyo título original es “Insid
out” que traducido literalmente significa
“de dentro a fuera” se nos muestran cinco estados emocionales por los
que pasa cualquier individuo ante ciertas situaciones.
Del revés, no es más que
una metáfora divertida sobre los mecanismos cerebrales. En esta película, de
modo lúdico, se nos muestra cómo y ante
qué situaciones o estímulos se activan los engranajes cerebrales produciéndonos
emociones.
El argumento trata de las cinco emociones que viven dentro de la
mente de una niña de 11 años llamada Riley, y que son: Alegría, Miedo, Ira, Asco y
Tristeza.
Son múltiples y variados los estímulos que nos llegan, así como lo
son también las situaciones que se suceden a lo largo de nuestra vida.
Ante los estímulos que recibimos en las diversas situaciones o los que percibimos
de los seres que nos rodean, responde nuestro cerebro. Estas respuestas de
nuestro engranaje cerebral se traducen en sensaciones y emociones que
desembocan en los estados emocionales a los que he aludido en un principio.
La educación y sobre todo el sistema educativo, tiene mucho que
decir, pues con las materias del currículo, la labor de los tutores, el
profesorado en general puede ayudar al alumnado a gestionar sus emociones.
Las emociones y los estados de ánimo que nos producen se dan en
nuestro cerebro. El centro de las emociones se encuentra en el hipotálamo que
está situado entre el tálamo y la corteza cerebral.
El hipotálamo está en estrecha relación con la hipófisis, domina
los mecanismos reguladores de la expresión y es sensible a las modificaciones
endocrinas.
¿A qué llamamos
modificaciones endocrinas? A las que afectan al sistema endocrino y por ende al cuerpo
humano llegando a provocar enfermedades en él, por un inadecuado funcionamiento
de alguna o algunas glándulas.
Nuestro sistema endocrino tiene: La glándula pineal, la glándula
pituitaria, la glándula tiroides, el timo, las glándulas suprarrenales, el
páncreas, los ovarios y los testículos.
El mal funcionamiento de alguna o algunas de estas glándulas
afectan a nuestro centro emocional, el hipotálamo, haciendo que ciertas
emociones dominen o afloren en nosotros con más facilidad.
Podemos enseñar a gestionarlas cuando trabajamos materias como la
música, la pintura, el dibujo, el teatro, la dramatización, el modelado… etc.
es decir, con las experiencias y estrategias que nos suministran las llamadas
artes plásticas y artes escénicas.
Todas estas materias consideradas por una gran mayoría como
asignaturas de relleno o simplemente Marías, cumplen una gran función
desarrollando en el alumnado una serie de facultades y habilidades entre las
que caben destacar la sensibilidad, el sentido crítico, el poder de
concentración, el concepto de espacialidad, las técnicas de relajación y
respiración… y que por desgracia, estas materias, poco a
poco van desapareciendo pues las van dando de lado los últimos planes de
estudio.
Pero para gestionar las emociones lo prioritario es conocerlas,
observar que unas a primera vista son positivas y otras negativas.
En la vida psíquica de cualquier persona podemos distinguir tres esferas: La vida intelectual, la vida
afectiva y la vida activa. La vida intelectual se desarrolla en el individuo
mediante tres acciones: pensar, leer y escribir. La vida afectiva la podemos concretar en la
capacidad de percibir sensaciones, sentimientos y emociones. La vida activa es
la que desarrollamos tanto en el plano físico como en el psicológico.
Las raíces de la afectividad como he manifestado con anterioridad, se encuentran en el “instinto” y en
el “inconsciente” que son la base de la vida psíquica. La afectividad fundamenta y estimula la
personalidad, que es la facultad humana con la que el hombre se relaciona con
los demás y con el mundo que le rodea.
Conozcamos las
emociones.
¿Qué es la alegría? Es un sentimiento grato y vivo que suele
manifestarse con signos externos: Palabras, expresiones, gritos, risas,
aplausos… gestos o actos con los que
manifestamos el júbilo o derroche de felicidad que nos produce una situación
determinada.
La alegría es un agradable, vivo o explosivo movimiento de animo por algún
motivo fausto o halagüeño o sin causa determinada que manifestamos con signos
externos.
La alegría es divertida, buena, amable, en cierto modo granuja y traviesa.
La alegría, el placer del éxito, libera energías, estimula la
inteligencia y favorece el desarrollo de la personalidad. Es una emoción
positiva.
La inseguridad, la ansiedad, las preocupaciones, la angustia,
frenan el desarrollo de la personalidad y nos llevan a inadaptaciones sociales
¿Qué es el asco? Alteración
del estómago causada por repugnancia hacia algo que incita al vómito. Es una impresión
desagradable causada por algo que repugna.
Es una sensación de desagrado que puede producirte alguien o
algo y que te impulsa a rechazarlo. Estado emocional generado por el olor, el
sabor, la visión o la acción de algo o alguien que te produce nauseas, o puede
provocarte el vómito.
Es un estado emocional que puede limitar tu vida social haciéndote parecer pusilánime y despreciativo.
Es un estado emocional que puede limitar tu vida social haciéndote parecer pusilánime y despreciativo.
¿Qué es el miedo? Es la conmoción de la mente ante un peligro
que amenaza. Es una perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o mal que
nos amenaza. Es un recelo o aprensión que uno tiene, pues teme suceda una cosa
contraria a lo que deseaba.
El miedo es una emoción negativa. Te da inseguridad, angustia,
ansiedad, preocupación, timidez... un conjunto de sensaciones que frenan el
desarrollo de la personalidad y nos llevan a inadaptaciones sociales
¿Qué es la ira? Es una pasión del alma que mueve a indignación o
enojo. Es un apetito o deseo de venganza. Es una emoción que se expresa a
través del resentimiento y de la irritabilidad.
Produce efectos físicos como son el aumento de nuestro ritmo
cardiaco, de los niveles de adrenalina y de la presión sanguínea. La ira es una
respuesta cerebral que le sirve al individuo tanto para atacar como para huir
de cualquier amenaza. La ira descontrolada puede ser causa de inmadurez, no
sólo tiene consecuencias físicas sino también mentales.
¿Qué es la tristeza? Estado de ánimo que denota pesadumbre o
melancolía. Es un estado afectivo provocado por un decaimiento de la moral cuando no se cumplen nuestras
expectativas.
Tiene consecuencias físicas y mentales como el llanto, la falta
de apetito, un descenso del estado de animo que incluye pesimismo, desesperanza,
desmotivación… y una disminución de todo lo que activa nuestras acciones y
conductas, la motivación.
Es una emoción negativa que te
hace ser inseguro, sin ilusiones, te lleva al llanto, a estados nerviosos, a un
decaimiento general sin autoestima.
Mucho falta por decir, de momento, conocemos algo más sobre las emociones y las consecuencias tanto físicas como
mentales que nos pueden provocar. En una próxima entrada llegaremos a la gestión
que de las mismas podemos y debemos realizar pues pueden llegar a afectar hasta el buen funcionamiento de nuestro organismo.