Podríamos definir “a grosso
modo” la coeducación, como la educación
que se imparte juntamente a niños o jóvenes de ambos sexos. Por supuesto,
también podríamos aplicar la misma definición para la educación mixta, es
decir; que nos daría lo mismo emplear el termino coeducación que el término
educación mixta.
En realidad existen
diferencias notables.
No podemos decir que estamos
coeducando, por el sólo hecho de tener
alumnos de distinto sexo en las clases. Agrupar alumnos y alumnas para impartir las materias del
currículo sin otros objetivos sólo puede contribuir como máximo “por simpatía o
roce” a eliminar algunas de las barreras
o muros existentes entre los dos sexos, hombres y mujeres, que se logran sólo
por el hecho de no estar separados. Pues al no estar separados, al no ser una educación
diferenciada la que se imparte y tener
forzosamente que relacionarse, los
alumnos/as, deben superar no sólo los
problemas comunes que se dan en un grupo de educación diferenciada sino que a
estos se suman los que puedan plantearse por la diferencia de sexo.
Tanto el grupo de educación
diferenciada, como el de educación mixta, deben superar los problemas de
convivencia que se dan en cualquier grupo sea este mixto o no. Y también, deben
superarse los que genera la marcha de un curso escolar: trabajar los temas del
currículo en las diferentes materias, realizar controles parciales y exámenes finales sobre ellas,
tener que trabajarlas tanto individualmente como en grupo, presentar los frutos de lo realizado, participar
activamente en las puestas en común, asumir y desempeñar los distintos cargos a
nivel de clase o de Centro para los que hayan sido elegidos, efectuar salidas y
excursiones … con lo que a los dos sexos se les presenta la misma problemática:
superar un curso escolar aprobando todas las asignaturas, a la vez que por
necesidad, a nivel individual, deben alcanzar un desarrollo social conveniente.
Pero… ¿Es eso todo lo que puede ofrecernos
la convivencia en común de los dos sexos?
Al agrupar niños y niñas,
los que con el paso de los años serán hombres y mujeres, y, al hacerles compartir
el espacio clase, los espacios docentes auxiliares (léase: gimnasio, patio de
recreo, biblioteca, sala de manualidades, laboratorios, taller de tecnología…) debemos hacerles responsables no sólo de dichos
espacios y del material, sino de todo lo
que dentro de ellos se genere o pueda generarse.
Aquí es donde juega un gran
papel la coeducación facilitando y fomentando la creación de una nueva sociedad. Mediante puestas en común en la hora de tutoría, reuniones de nivel, de ciclo e incluso de Centro
y de Zona en las que se analicen limen y eliminen estereotipos y herencias de la
sociedad patriarcal que tanto daño ha hecho y sigue haciendo hoy día a nuestra
sociedad.
¿Cómo se eliminan estos estereotipos?
Desde muy pequeños haciendo
partícipes a niños y niñas de los
distintos cargos que existan o puedan existir en
la clase y espacios auxiliares para su buen funcionamiento.
A medida que vayan siendo
mayores, surgirán nuevos cargos prevaleciendo o desapareciendo otros ya
existentes por inadecuados. Delegada/o de clase, Subdelegada/o, Jefa/e ó
responsable de grupo de trabajo, de reparto de material, de decoración, del huerto escolar, de la
limpieza, de relaciones con el entorno y los que pudiéramos añadir como: creación bien a nivel de aula o
de Centro de cooperativas, de emisoras de radio, de exposiciones sobre trabajos, pinturas, manualidades, formación
de grupos de teatro, música...
Se eliminan también estos
estereotipos mediante la puesta en común y análisis sobre las barreras de género que se dan entre ambos sexos en nuestra
sociedad.
- Barreras en el empleo: las
mujeres cobran de un 17 a
un 24% menos que los hombres.
- Barreras en la formación:
Se forma a las mujeres para ocupaciones femeninas .y a los hombres para las
tecnologías modernas.
- Barreras de género
propiamente dichas: Eliminaremos estas barreras de género cuando dejemos de
catalogar ciertas profesiones como de mujeres y las restantes de hombres
abriendo todas las profesiones a los dos sexos.
En definitiva; si queremos
llegar a más, deberemos echar mano de la coeducación, que es educar en igualdad de oportunidades a niños y niñas
(chicos y chicas). Tratar la individualidad y la diversidad de cada unos de
ellos, corrigiendo actitudes sexistas, previniendo la violencia machista,
fomentando la autonomía personal, corrigiendo las discriminaciones y
estereotipos, erradicando de esta forma conductas como la violencia de género.
Debemos ante todo eliminar
las conductas sexistas ya que éstas implican relaciones de género inequitativas
en las que el género dominante, los hombres, acumulan privilegios a costa de la
subordinación del otro género, las mujeres, aferrándose en la mayoria de los
casos a ciertas ideologías.
Para todo ello no sólo deben
revisarse los contenidos de los textos, deberá también cuidarse la formación del profesorado y la
del entorno dando participación en el proceso a las APAS, AMPAS… dinamizando
las asociaciones de alumnos, la escuela
de padres… es decir, implicando no sólo a toda la comunidad educativa sino que
sea extensivo también a todo el entorno escolar. Ayuntamiento, barrio, asociaciones
de vecinos, familiares… deben estar concienciados e implicados en todo este
proceso.
Coeducar significa no
establecer relaciones de dominio que supediten un sexo a otro sino también
incorporar en igualdad de condiciones las realidades y la historia de los
hombres y de las mujeres para educar en la igualdad desde la diferencia.
¿Qué debe evitar, fomentar
o transformar la coeducación?
Debe transformar y concienciar al género masculino de lo absurdo que es el que los hombres, por regla general, eviten realizar los trabajos de casa por creer que éstos son de mujeres.
La coeducación debe fomentar las tareas compartidas desde temprana edad. Recoger la mesa, colocar los platos sucios en el fregadero, organizar el lavaplatos, fregar los platos, hacer la cama, quitar el polvo, limpiar, recoger y ordenar los armarios…
Otra visión distinta sería
la que promueve la educación separada o diferenciada en la que los colegios
tienen sólo alumnos o alumnas. Este tipo de educación trata de contentar
mediante la separación de sexos a los sectores de población que fundamentan
dicha separación en cuestiones de tipo religioso que dan a cada sexo un rol
diferente en la sociedad.
Me doy por satisfecho si
cumplo el objetivo de este artículo que no es más que dejar claras las enormes
diferencias tanto didácticas como ideológicas que existen entre coeducación,
educación mixta y educación diferenciada.