Un mapa conceptual es uno de los recursos que se utilizan dentro de las técnicas de estudio para, como indica su nombre, expresar un conjunto de conceptos o ideas con concisión, claridad y orden.
En los primeros pasos en matemáticas con los niños, por regla general, se ha obviado todo contenido teórico e incluso se ha pasado por alto el exigirles una buena escritura utilizando con corrección las expresiones matemáticas. Nos hemos dedicado exclusivamente durante las clases, salvo excepciones, a hacer cuentas; a trabajar los automatismos matemáticos.
Los niños en la actualidad no quieren saber nada sobre la teoría matemática por las enrevesadas expresiones que hemos utilizado para transmitirla cuando nos hemos acercado a ella, utilizando la mayoría de las veces un lenguaje impropio para la edad a la que nos hemos dirigido. Para ellos, una clase de matemáticas ha quedado reducida a hacer cuentas y en último extremo llegar a resolver algún que otro problema.
En cierto modo hemos abandonado quizás por comodidad fomentar en el alumnado una buena utilización de las expresiones matemáticas y hemos bajado la guardia en cuanto a no permitir el desorden en la realización de sus trabajos o tareas. Hemos sido como he dicho anteriormente enrevesados quizás en el desarrollo teórico de la asignatura, no hemos sido claros y concisos en la transmisión y aplicación de esa teoría y esto nos ha llevado a que los alumnos huyan y sean reacios a ésta por el excesivo volumen de notas y desarrollos a que los hemos sometido.
Un mapa conceptual para que sea eficaz tiene que ser rico en ideas y conceptos y pobre en palabras. Quiere esto decir que debe ser claro y conciso expresando de un modo escueto y sin adornos todo lo que debe conocer un alumno en ese momento sobre el tema.
Como he dicho con anterioridad en otros artículos:
- Fomentar que los alumnos en la realización de sus tareas utilicen y se expresen con el lenguaje matemático adecuado y con propiedad.
- Que utilicen bien las expresiones matemáticas.
- Que no trabajen de una forma desordenada, impidiendo que presenten en cualquiera de los soportes utilizados para realizar sus tareas, un descomunal embrollo de cuentas y operaciones matemáticas sin ton ni son.
- Exigir que expresen por escrito las operaciones indicadas.
- Propugnar que trabajen con orden y limpieza y respeten las normas que se hayan establecido y aceptado a lo largo de las clases en cualquiera de los soportes que se utilicen.
La sociedad en general, la comunidad educativa y los alumnos en particular deben tomar conciencia sobre la necesidad acerca de todo lo anteriormente enumerado, que no constituye una batería de imposiciones porque sí, sino que son un conjunto de técnicas de estudio, normas y estrategias a aplicar en el alumnado para conseguir unos buenos resultados y realizar un excelente trabajo dentro de esta asignatura, sirviendo a estos últimos como un maravilloso ejercicio que ayuda a fijar su atención, a desarrollar el poder de concentración y favorece en líneas generales el aprendizaje de esta asignatura.
En los primeros pasos en matemáticas con los niños, por regla general, se ha obviado todo contenido teórico e incluso se ha pasado por alto el exigirles una buena escritura utilizando con corrección las expresiones matemáticas. Nos hemos dedicado exclusivamente durante las clases, salvo excepciones, a hacer cuentas; a trabajar los automatismos matemáticos.
Los niños en la actualidad no quieren saber nada sobre la teoría matemática por las enrevesadas expresiones que hemos utilizado para transmitirla cuando nos hemos acercado a ella, utilizando la mayoría de las veces un lenguaje impropio para la edad a la que nos hemos dirigido. Para ellos, una clase de matemáticas ha quedado reducida a hacer cuentas y en último extremo llegar a resolver algún que otro problema.
En cierto modo hemos abandonado quizás por comodidad fomentar en el alumnado una buena utilización de las expresiones matemáticas y hemos bajado la guardia en cuanto a no permitir el desorden en la realización de sus trabajos o tareas. Hemos sido como he dicho anteriormente enrevesados quizás en el desarrollo teórico de la asignatura, no hemos sido claros y concisos en la transmisión y aplicación de esa teoría y esto nos ha llevado a que los alumnos huyan y sean reacios a ésta por el excesivo volumen de notas y desarrollos a que los hemos sometido.
Un mapa conceptual para que sea eficaz tiene que ser rico en ideas y conceptos y pobre en palabras. Quiere esto decir que debe ser claro y conciso expresando de un modo escueto y sin adornos todo lo que debe conocer un alumno en ese momento sobre el tema.
Como he dicho con anterioridad en otros artículos:
- Fomentar que los alumnos en la realización de sus tareas utilicen y se expresen con el lenguaje matemático adecuado y con propiedad.
- Que utilicen bien las expresiones matemáticas.
- Que no trabajen de una forma desordenada, impidiendo que presenten en cualquiera de los soportes utilizados para realizar sus tareas, un descomunal embrollo de cuentas y operaciones matemáticas sin ton ni son.
- Exigir que expresen por escrito las operaciones indicadas.
- Propugnar que trabajen con orden y limpieza y respeten las normas que se hayan establecido y aceptado a lo largo de las clases en cualquiera de los soportes que se utilicen.
La sociedad en general, la comunidad educativa y los alumnos en particular deben tomar conciencia sobre la necesidad acerca de todo lo anteriormente enumerado, que no constituye una batería de imposiciones porque sí, sino que son un conjunto de técnicas de estudio, normas y estrategias a aplicar en el alumnado para conseguir unos buenos resultados y realizar un excelente trabajo dentro de esta asignatura, sirviendo a estos últimos como un maravilloso ejercicio que ayuda a fijar su atención, a desarrollar el poder de concentración y favorece en líneas generales el aprendizaje de esta asignatura.
