domingo, 27 de mayo de 2018

VALOR FORMATIVO DE LA MUSICA. PERCEPCIÓN Y EXPRESIÓN.

Sentidos que intervienen en la percepción del discurso musical.
La música es un arte que solo puede percibirse por el oído en condiciones normales; en casos excepcionales, la podemos percibir por las vibraciones que los sonidos producen, es decir; que mediante el tacto como es en el caso de los niños hipoacúsicos, el ser humano también puede acercarse al discurso musical.  

El primer mensaje musical. Valores formativos, afectivos y sociales.
La  educación músical nos prepara como oyente, fomenta valores sociales y desarrolla las facultades intelectuales y emocionales.
Desde que nacemos estamos entrando en contacto con la música. El primer contacto con ella lo tenemos con las canciones de cuna que nos cantan nuestros padres. Este primer contacto con la música a través de la madre o el padre, va a favorecer nuestras facultades intelectuales y emocionales. Nos va a hacer receptores de un mensaje musical, pues mediante una nana, nuestros progenitores  nos invitan a dormir y nos arrullan.



Platón decía : “¡Ah si todas las madres cantaran!” Las canciones de cuna con las que todas nuestras madres nos arrullan, son el primer contacto musical que tiene el niño. Mucho mejor que cualquier tipo de música grabada. La canción de cuna la percibe el niño como un todo y ante ella tiene respuestas concretas:
- Lo calma.
- Le da paz y sosiego ante cualquier excitación de tipo nervioso.
- Le ayuda a conciliar el sueño reparador.
Y, ante otro tipo de canciones y dependiendo de su ritmo y aire, el niño reirá, se pondrá alegre, pataleará… etc.


¿En qué campos incide la canción en el niño?

La música y en este caso concreto la canción de cuna y la canción infantil inciden en un principio sobre el campo afectivo y emocional del niño y por supuesto, desarrolla su intelecto. Este desarrollo se deduce de las distintas respuestas que obtenemos de él.
Hoy día sabemos, que antes de venir el niño al mundo, ya es un posible receptor de mensajes musicales, no necesita estar físicamente en él para que desde su protectora ubicación pueda percibir estos mensajes. Puede prepararse al no nacido como oyente desde el vientre de la madre y  las preferencias musicales de la madre van a definir y marcar las del niño.




Más tarde en la Educación Infantil y Primaria, el niño va a percibir las canciones como una unidad sonora con sentido, que va a afectar a su sensibilidad, a su campo emocional, y  necesitará para su aprendizaje de la repetición único medio de fijar las partes que en su intelecto quedan imprecisas o desdibujadas por la necesidad que tiene de expresarlas posteriormente.
Mediante los procedimientos y recursos didácticos empleados en su educación musical tendrá el niño el camino abonado para el aprendizaje del lenguaje musical.





En la  educación primaria a lo largo de los diferentes cursos se va a ir preparando al niño como RECEPTOR, mediante las audiciones;  y como EMISOR, interpretando pequeñas melodías o composiciones musicales a medida que va siendo conocedor de los rudimentos y técnicas del lenguaje musical.





La música incide en el mundo afectivo y emocional porque el niño recibe la música y sobre todo las canciones como un todo ante el que reacciona con diferentes estados anímicos dependiendo de lo que ella le transmita a través de su letra, su melodía, su aire, su ritmo.




Forma su conducta social porque lo que el niño crea o ejecuta no lo hace solo y exclusivamente para él, sino que lo comparte con los demás: grupo clase, compañeros, amigos…
La educación musical nos proporciona el conocimiento del entorno a  través del folklore, de los instrumentos que en el se utilizan, de las costumbres de una determinada zona o región, de sus vestidos, de las  danzas y bailes, de sus leyendas, gestas e historias  que se transmiten a través de las letras de sus canciones.

Importancia de la música en el desarrollo psicomotor y de nuestro esquema corporal.


La música desarrolla el esquema corporal y lo define. Da los conceptos de BAJO (grave) y ALTO (agudo). En el estudio y práctica de la medida nos da los conceptos de ABAJO Y ARRIBA (dar y alzar) derecha e izquierda. Nos hace llevar el pulso de una canción (primer acto rítmico). Desarrolla nuestra motricidad en las ejecuciones rítmicas al utilizar los instrumentos corporales (palmas, pitos o palillos, manos, pies, pecho, muslos, rodillas…) y tener que interpretar las distintas figuraciones.




a) En los ejercicios de eco. Venciendo las dificultades de estos ejercicios de imitación rigurosa al aplicarlos en un orden sistemático y progresivo. También sirven estos ejercicios de eco para el desarrollo de la memoria auditiva.




b) En ejercicios leídos como aplicación de los conocimientos lectográficos dados en los distintos contactos o clases.
c) Venciendo las dificultades técnicas de un instrumento. Aunque este instrumento sea de técnica muy sencilla y no presente grandes dificultades como es el caso de la flauta dulce soprano. Este instrumento, la flauta dulce o de pico, nos lleva a desarrollar en el niño la capacidad práxica o de coordinación fina de manos y dedos.
La progresividad de estos ejercicios, su creciente dificultad y superación por el alumnado nos darán la pauta del desarrollo psicomotor de cada niño, siempre que tengamos una prueba inicial de referencia.




Con la educación musical incidiremos en la lateralidad del niño  y la desarrollaremos con los ejercicios rítmicos a dos manos, con los ejercicios de lateralidad derecha y lateralidad izquierda, es decir:
a) Ejercicios para la mano derecha y el pie derecho.
b) Ejercicios para la mano izquierda y el pie izquierdo.

También utilizaremos los ejercicios de lateralidad combinada como:
a) Ejercicios de la mano derecha y pie izquierdo.
b) Ejercicios de la mano izquierda y pie derecho.
Todos ellos nos llevarán a un desarrollo de su capacidad  lectográfica y psicomotora.

Concepto de percepción y expresión.

Percepción es la acción o efecto de percibir. Es una organización cognoscitiva de las sensaciones ante algo o alguien exterior a nosotros.
BACOM,  utilizó el término para significar el sometimiento de la mente a la influencia exterior y la reacción adaptativa a tal influencia.
DESCARTES y SPINOZA, lo tomaron como sinónimo de intuición intelectual o  “aprehensión de conceptos”.
LOKE, dijo que la percepción es la posesión de ideas.
Expresión, es un decir claro. Es la transmisión, especificación  o manifestación al exterior de algo. Este algo pueden ser ideas, sentimientos, pensamientos… etc.




La percepción en el niño.

El niño percibe a través de los sentidos el mundo que le rodea y los estímulos que la naturaleza provoca. Así percibe el día y la noche, la luz y la oscuridad, la lluvia y el viento, el frío y el calor, el ruido y el silencio… etc.
El desarrollo del oído musical (percepción auditiva) empieza en el niño con las canciones de cuna de su madre y de su padre y con el aprendizaje de la lengua de sus padres. El niño no habla como un robot sino que entona dicho lenguaje, hace inflexiones de voz y todo esto lo hace el niño porque lo ha aprendido de sus padres, del entorno familiar y de los que le rodean mediante la percepción auditiva.
El niño aprende  percibiendo las cosas oralmente así las canciones las percibe mediante el oído y llega a reproducirlas y a expresarlas.



La educación musical se hace en un primer estadio a través de la percepción auditiva y la percepción rítmica, es decir; ante una canción o composición musical, el niño lleva el ritmo con el movimiento de su cuerpo (expresión corporal), la canta, anda, corre, salta, galopa, se mueve  en definitiva libremente y todas estas actividades constituyen las percepciones rítmicas, siendo el modo peculiar de expresarse el niño e identificarse con el sentido del ritmo.
Más tarde, en un segundo estadio se introducirá el  pulso en las canciones o composiciones musicales realizando el pulso y el ritmo con los instrumentos corporales (palmas, pitos, rodillas, pies…) como continuación de este proceso, el niño buscará de una forma inteligente el ritmo de los seres y de la propia naturaleza.




Esta búsqueda, va a permitirle durante su educación asimilar los contenidos, expresarlos por escrito utilizando la grafía musical todo lo que en un principio al no poseer el dominio del lenguaje musical le estaba vedado.

Así podrá  representar lo que aparece en las imágenes siguientes:









La expresión en el niño.

El niño a lo largo de la educación infantil y primaria tiene tres medios de expresión:
La expresión vocal, instrumental y corporal.
La expresión vocal se hace mediante la práctica del canto cuyo máximo exponente es la canción, y se desarrolla  en la propia clase mediante la práctica del canon, a nivel solista, siendo miembro del coro escolar,.. etc.
La expresión instrumental se hace mediante los instrumentos corporales (su propio cuerpo), los instrumentos de percusión que ponemos a su disposición o los construidos por él, los instrumentos aerófonos (flautas) y los instrumentos de placa de madera y de metal para la armonización y acompañamiento de las canciones o piezas a ejecutar.
La expresión corporal se realiza mediante el movimiento y desplazamientos en el espacio como primeras manifestaciones de la danza propiamente dicha. La expresión corporal comienza con los ejercicios de relajación y respiración en los que el niño toma conciencia de su cuerpo y de los órganos que lo componen así como de la utilización consciente y voluntaria de determinados músculos de nuestro cuerpo en la realización de estos ejercicios.

La expresión vocal.
La canción es el elemento comunicativo y expresivo por excelencia. En la canción se funde la música y la letra (el lenguaje hablado, la palabra). La canción es el medio más importante para desarrollar la expresión y comunicación que se puede utilizar con los niños.
La expresión vocal consta de:
- Ejercicios de vocalización y relajación.
- Lectura rítmica del texto. Esta debe ser bien articulada y medida, explicando los vocablos que sean desconocidos por los niños para su perfecta comprensión.
- Lectura del texto entonada; es decir, cantar la canción.
- Dar expresión a la canción. Realizar los matices de intensidad y dinámicos.
Realizado esto podemos pasar a:






La expresión instrumental.

Se hará cantando la canción y utilizando los instrumentos corporales como acompañamiento. Más tarde utilizaremos un instrumento corporal en las estrofas y otro distinto en el estribillo. Dominado esto, el niño habrá cogido el conocimiento intuitivo de tema y estribillo y pasaríamos a jugar con los instrumentos de percusión que tengamos en la propia clase utilizando unos en el tema o estrofas y otros en el estribillo. Por último pasaríamos a orquestar la canción con los instrumentos de la orquesta Orff, aprendiendo cada alumno con anterioridad o cada grupo de alumnos por separado lo que tendrían que ejecutar.
La improvisación como elemento creativo y desarrollo de la creatividad del niño juega un gran papel en la expresión instrumental utilizándola en los acompañamientos de pequeñas piezas o canciones con los ostinatos tanto rítmicos como melódicos.

La expresión corporal.
Realizando la mímica de la canción si ésta se presta a ella y en su lugar si lo anterior es imposible realizando movimientos y desplazamientos en el espacio de la clase a la vez que se canta. Para ello es interesante la formación de grupos  en los que unos niños pueden cantarla y otros realizar esos desplazamientos bien todos a la vez o un grupo en las estrofas o tema y otro en el estribillo.
La coreografía de la canción se realizaría dependiendo del espacio  clase y del número de alumnos agrupándolos según las disponibilidades de espacio, material e instrumental de la misma.





Importancia de la educación musical en Primaria.
Estriba en que:
- Desarrolla las facultades intelectuales y emocionales.
- Ayuda al equilibrio psicofísico.
-  Desarrolla la capacidad psicomotriz.
- Autoafirma el esquema corporal.
- Desarrolla el concepto espacio-temporal.
- Fomenta la creatividad.
- Desarrolla cualidades estéticas.
- Fomenta la sociabilidad y la socialización.








         ¿A que ayuda la educación musical?

         Al equilibrio psicofísico, al desarrollo de la psicomotricidad,  y, autoafirma el esquema corporal mediante las técnicas de relajación y respiración.


Tener que controlar una respiración  abandonada al dejar la cuna y que ha perdido como pago a la erguidad, es tomar conciencia del diafragma, del acto de inspirar y exhalar, de los distintos tipos de respiración que podemos utilizar a voluntad: la abdominal o diafragmática,  la pectoral, la respiración escapular y la completa, esta última consistente en  la suma de las tres anteriores.
           Al trabajar las técnicas de relajación hace incidir su mente sobre partes y músculos de su cuerpo que tiene que relajar. Utiliza y pone en funcionamiento, músculos que normalmente no usa de una manera racional, mejora la capacidad torácica y su oxigenación con lo cual ayuda a su equilibrio psicofísico.
         Con la audición musical tiene que aprender a escuchar, ya que la música al ser un arte en el tiempo, pues lo que sucede en unos segundos no es lo que está sucediendo en lo que sigue, debe fijar su atención en ella para distinguir los temas que aparecen  y sus repeticiones. El niño, a la vez que  escucha, puede elaborar un musicograma y  disfrutar de algo bello que le ayuda a su equilibrio psicofísico.
         Un niño que responde a los estímulos emocionales que le proporciona una audición musical, es capaz de compartir con los demás la riqueza de su mundo interior y le ayuda a comprender y solidarizarse con cualquier acto circunstancial de la vida.
         Al llevar el ritmo y el pulso de las canciones o de cualquier composición musical desarrolla su psicomotricidad.  Al emplear las distintas partes de su cuerpo y los instrumentos corporales, afirma su esquema corporal.
He ahí el amplio abanico de estímulos intelectuales, emocionales, sociales, éticos,  de autocontrol… etc;  que a lo largo del proceso educativo fomenta la educación musical.


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