El empleo de dos palos de
madera para ser golpeados uno contra el otro, los actuales claves, fue
utilizado ya en el antiguo Egipto por sus habitantes en situaciones diversas. Unas
veces, los hacían sonar durante la
siembra para alejar a los pájaros evitando así la perdida de las semillas depositadas en los surcos antes de ser cubiertas por la tierra. En otras ocasiones, se dejaban
oír, para alejar las plagas de sus cosechas y también, eran utilizados
en situaciones festivas, unas, formando parte del acompañamiento de las
danzas en favor de la fertilidad de los campos , y otras, en las danzas que se hacían con el motivo de festejar y celebrar la recogida de una buena cosecha.
¿Qué son unos claves? Los claves
o las claves, son instrumentos de
percusión idiófonos que consisten en dos
cilindros de madera maciza de unos 22
a 25 cm de largo y unos 2 cm de sección, que se utilizan para interpretar motivos o pasajes
rítmicos cuando la partitura de la obra
que se interpreta lo requiere tanto en las orquestas sinfónicas, como en las
bandas de música o en las orquestas de baile. El origen de este instrumento de percusión y su posterior difusión procede del folclore cubano
y se fabrica tanto en madera de ébano como
en madera de palisandro.
¿Cómo se tocan?
Golpeando un cilindro de
madera sobre el otro y para ello no
debemos sujetarlos ni presionarlos fuerte para que vibren bien. En las
ilustraciones segunda y tercera que inician este artículo, se muestran dos formas de sostenerlos.
Para realizar los esquemas
rítmicos, uno de los cilindros de madera, si eres diestro, se coloca sobre el pulgar arqueado y la concavidad de la palma de la mano
izquierda, quedando ubicado dicho cilindro entre el pulpejo de la palma de
dicha mano, la concavidad de la
palma, y las puntas o yemas de los dedos que previamente también
habremos arqueado para rozarlo lateralmente sin sujetarlo ni presionarlo. Impedimos de esta
forma que éste, caiga al suelo sobre todo cuando lo golpeamos con el otro cilindro de madera que sujetamos suavemente
sin apretar con la mano derecha.
Construcción de unos claves. Para la construcción de unos claves, con el fin de educar a los alumnos en el aprovechamiento de objetos y utensilios que vamos a desechar y fomentar la idea del reciclado, utilizaremos los mangos de madera de escobas o cepillos de limpieza además de las herramientas y el material que a continuación se relaciona:
HERRAMIENTAS:
-
Un serrucho o una segueta de acero al carbono
-
Lijas gruesa y
fina.
-
Un metro de
carpintero
MATERIALES:
-
Un mango cilíndrico de madera de una fregona o cepillo
de barrer. Si no disponemos de ninguno, podemos adquirir en cualquier tienda de
bricolage un palo cilíndrico de unos 120 cm de largo por 18 ó 20 mm de sección. Con un palo o mango de este tipo tendremos para construir unos tres instrumentos.
Otros materiales que necesitaremos utilizar son:
Otros materiales que necesitaremos utilizar son:
-
Laca
tapaporos.
-
Pintura
acrílica.
-
Barniz
incoloro.
Con
el serrucho o mejor, con una segueta de
acero al carbono para cortes finos, del palo o mango de fregona de unos 18 o 20 mm de sección, cortamos
dos trozos iguales de unos 18, 20 o 22 cm de largo. Dependiendo del largo que tengan
los trozos y por supuesto del lijado y barnizado, es decir; del acabado, dependerá
el sonido que emita y el tono o altura que podrá ser más agudo o más grave.
Una
vez cortados los dos trozos, a
continuación se lijan; para ello si
el palo presenta muchas irregularidades y es muy áspero al tacto podemos
utilizar al principio una lija gruesa o
de grano gordo para suavizarlo. Deberá ser esta lija del nº
(5 o 6), para a renglón seguido proceder
a utilizar una lija fina del nº (0 o del 1) para darles un mejor acabado.
Una
vez lijados los dos trozos cilíndricos
de madera se procede a redondear sus extremos.
Para
ello comeremos los bordes o aristas de cada extremo en diagonal con la segueta de acero al
carbono y lijaremos procurando que estos extremos queden redondeados al máximo.
Después
de un buen lijado de los dos trozos, se le da una buena capa de laca tapaporos.
Una vez esté seca la laca tapaporos se vuelve a lijar para eliminar el tacto
áspero que queda una vez que ésta ha
secado. Esta operación la podemos
repetir varias veces con lo que conseguiremos mejor sonoridad. A continuación
se decoran los dos cilindros con motivos libres y por último se barnizan.
Una
vez finalizado todo el proceso tendremos
un instrumento construido por los propios alumnos con el que ejecutarán los esquemas
rítmicos de las lecciones y canciones que trabajamos en nuestras clases.
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