A los pocos meses, de sacar a la luz el primer cuadernillo del método de muñecos y colores “Música Viva” aún no habiendo finalizado el año 1994, publiqué el segundo volumen de dicho método. En el inicio de este ártículo puede observarse el diseño de la contraportada y portada de este segundo cuadernillo. Este nuevo manuscrito que tenía 60 páginas frente a las 41 del primero se realizó aunque con medios muy precarios con tanta o más ilusión que su antecesor. Estaba en un 85% escrito a mano y se trabajaban en él, cinco sonidos “SOL”, “LA”, “SI”, “DO” y “RE”. En este método, a estos cinco sonidos, les fueron asignados en el mismo orden en que han sido nombrados los colores negro, rojo, amarillo, azul celeste y verde claro.
El estudio de estos cinco sonidos no es arbitrario como no lo es nada de lo que aparece en un método de enseñanza en lo que se refiere al proceso metodológico. Desde el orden en que aparecen tanto las figuras musicales y silencios como los sonidos, el abanico de figuras y número de sonidos que se abarcan, los compases que se estudian, las actividades que se proponen… todo, absolutamente todo obedece a un plan establecido.
Conocer los sonidos, su colocación en el pentagrama sin titubear y su ejecución en la flauta dulce o de pico, es uno de los fines de este método de lecto-escritura musical. En él se pretende el dominio de la lectura musical, desde edades muy tempranas. Justificar este aprendizaje, mostrar su utilidad y desarrollar las facultades del alumnado con la utilización y manejo de los instrumentos corporales, instrumentos de pequeña y mediana percusión, afianzando así las valoraciones de las distintas figuras y silencios, trabajar la escritura musical, ejecutar los dictados rítmicos y melódicos e interpretar las lecciones y canciones del método con un instrumento de técnica sencilla como es la flauta dulce o de pico desde muy pequeño, son objetivos que justifican con creces la existencia de este método.
Todo este proceso expuesto en el párrafo anterior bien dosificado durante la enseñanza de esta disciplina llena por completo las necesidades de los alumnos de estas edades y completa su currículo. La publicación de estos dos cuadernillos no sólo alimentaba las necesidades del alumnado durante esta etapa escolar sino que ampliaba el abanico de edades de los alumnos a los que se dirigía permitiéndome un relax al acabar con el agobio de fotocopias que tenía que realizar al inicio de cada jornada y durante los recreos para preparar el material que se trabajaba en las clases.
El por qué la flauta dulce, tiene una explicación muy sencilla: es un instrumento económico y no es necesario un gran desembolso para su adquisición. Si a todos los alumnos de una clase se les pidiera una guitarra, el profesor en cuestión lo tendría muy difícil porque no todos ellos y por supuesto sus padres invertirían en un instrumento para el que se necesita un mayor esfuerzo económico y unas cualidades para su manejo y aprendizaje. Una flauta de pico tiene un precio muy asequible, no necesita para su ejecución de grandes dotes o facultades especiales por parte del ejecutante ni requiere por supuesto una gran capacidad pulmonar. Es un instrumento de técnica sencilla y por lo tanto ni tiene una digitación complicada, ni requiere cualificación especial por parte del alumnado resultando ser el instrumento escolar por excelencia. Este método está pensado para aprender y dominar el lenguaje musical a la vez que la flauta dulce en un colegio publico donde hay alumnos de distintos niveles económicos y donde por supuesto no se realiza una selección previa del alumnado.
No hablo nunca y hoy si lo voy a hacer sobre el papel que juega la entonación durante el aprendizaje del lenguaje musical. En
Hay alumnos que son capaces de entonar bastante bien dentro de un grupo porque es el mismo grupo el que les guía en la entonación pero es imposible que lleguen a hacerlo solos. Son buenos dentro de un grupo pero pésimos como solistas; diríamos, que estos alumnos tienen una gran facilidad para acoplarse al grupo. Otros desentonan tanto solos como en grupo. Estos últimos, son capaces de estar desafinando constantemente y creer que lo están haciendo estupendamente.
Debo apuntar que la falta de oído o memoria auditiva no es ningún impedimento para educar en el campo musical ya que la tarea del profesor de música de primaria no es sólo desarrollar y educar el oído, bien está fomentar éste mientras sea posible y potenciar nuestra memoria musical siempre que no destruya nuestra labor en otros campos o aspectos que atienden también a la formación musical como son el desarrollo del sentido rítmico, de la lateralidad, de la psicomotricidad, del esquema corporal, de nuestra capacidad de improvisación, de la discriminación tímbrica y sonora en general, de nuestro tono corporal y capacidad de relajación, aspectos formativos en los que dentro de esta disciplina se inciden y que todo alumno necesita hacer suyos y dominar durante el periodo de escolarización contribuyendo a su formación integral, llegando de esta forma a alcanzar un desarrollo normal y equilibrio emocional trabajando esta disciplina.
No es misión de un profesor de música de Primaria sacar o descubrir genios musicales para eso están los Conservatorios y las academias dedicadas al conjunto de disciplinas que la música abarca y a los que acuden alumnos que a priori si tienen cualidades. Si lo es, la de dar a conocer esta materia y lograr que los alumnos lleguen a amarla, a disfrutar con ella y a desenvolverse con naturalidad dentro de ella. La música no puede ser una desconocida, o acceder a ella sólo a través de soportes como Cedés (discos compactos), cassettes, discos de vinilo, video-clips… etc. Todos debemos participar activamente y gozar de ella como ejecutantes, ser elementos activos, capaces de desarrollar un conjunto de cualidades que nos ayuden a ser mas personas, sintiéndonos miembros útiles dentro de un grupo en este caso musical u orquestal y contribuir con nuestra colaboración a montar sencillas piezas musicales, que al ejecutarlas y disfrutar de ellas nos harán adquirir la consciencia de que solos no las habríamos podido montar. Estas piezas de las que cada elemento del grupo interpreta partes del todo como son: su línea melódica, o bien su ritmo, o arpegios que contribuyen a su armonización, no podría de ninguna manera sonar de la misma forma pues con los instrumentos que en las clases utilizamos llega a suponer para un solo individuo un reto inalcanzable, una empresa imposible de realizar.
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