domingo, 11 de noviembre de 2007

Quizás.


Quizás como docentes, sin ir más lejos, nos ha faltado profundizar esperanzados y con tesón en una serie de recursos y estrategias que bien utilizadas en el día a día, habrían llenado de alegría nuestro ser y transmitido en derredor un halo de buen hacer, de trabajo compartido, de grato aprendizaje, que habrían hecho nuestras clases más amenas y atractivas para el alumno.
Quizás, por qué no, nos hemos decidido por unas, empezado a utilizarlas y de pronto, al sentirnos solos, aislados, tal como ese día emprendimos la aventura, otro, la abandonamos sin más, sin insistir, apenas sin dolor, a las primeras dificultades.
Quizás es que hemos ido mariposeando en esto y aquello, libando aquí y allá, sin digerir bien el dulce néctar que cada flor metodológica contenía y ante la inmensa oferta que en los distintos cursos formativos nos ofrecían, hemos pasado a otra flor que al aplicarla por novedad más que por convicción profunda, destruimos sin más, lo que su autor tras una vida dedicada a investigar perseguía.
Quizás también hemos caído en la inconstancia, en la comodidad y todo en lo que de relajante y frívolo nos ofrece la sociedad de la que somos parte y no la hemos ayudado a levantarse ni tan siquiera en el entorno en el que como pez en la pecera nadamos sin preocuparnos de otra cosa mas que de flotar.
Quizás, ni la sociedad esté tan caída, ni vaya todo tan mal como en algún momento hemos pensado, ni el paisaje sea tan gris y desolado como la foto que ilustra este escrito.

No hay comentarios: