jueves, 29 de septiembre de 2016

Más sobre las emociones y su gestión. Los individuos de personalidad A.

Como continuación a lo expresado en “Educar, pero gestionando las emociones” que podéis consultar si os apetece en este blog, en: http://elinquietojubiladocristobal.blogspot.com.es/2016/06/educar-pero-gestionando-las-emociones.html, y tratando de profundizar aún más sobre este tema y  sobre todo lo relacionado con él, me veo en la necesidad de abordar con la mayor claridad posible los conceptos de personalidad, carácter y temperamento por la predisposición que cualquier individuo tiene a ciertas conductas y consiguientes estados emocionales y como consecuencia de ello, a sufrir ciertos padecimientos o enfermedades según a los diferentes tipos a que pertenezca si no trabaja, lima y gestiona sus emociones, sus características temperamentales, así como las acciones a que éstas nos llevan. 

Llamamos temperamento al conjunto de rasgos afectivos y motivadores ya sean estos heredados, es decir;  genéticos, o  bien congénitos; connaturales, de nacimiento. Podemos decir que el temperamento es innato, su origen es genético y no es modificable.

El carácter es la suma del temperamento o constitución heredada más los hábitos aprendidos. El carácter es modificable

Denominamos personalidad a un conjunto de características que hacen a cada individuo único. La personalidad es modificable y la constituyen el carácter (temperamento + hábitos aprendidos) sumado a su vez al comportamiento.

Desde 1959 se vienen desarrollando estudios que tratan de demostrar la relación existente entre el padecimiento de ciertas enfermedades con los distintos tipos de personalidad. Salvo trastornos heredados, las enfermedades no son sólo producto de la fatalidad, son fruto de las conductas y de la  personalidad y el temperamento de los que las desarrollan.

Lo que pensamos, sentimos y hacemos moldea nuestra salud. Los cardiólogos Friedman y Rosenman, catalogaron dos tipos de personalidad con características y conductas bien diferenciadas que hacen aflorar en los individuos pertenecientes a ellas, conductas, sentimientos y emociones que les llevan a descuidar ciertas áreas de su vida y los predisponen a ciertos padecimientos.

La personalidad de tipo A,  cuyas características o notas son: Agresivo, hiperactivo, egocéntrico, competitivo y frío; y la de tipo B,  totalmente opuesta a la personalidad de tipo A y cuyas características son: relajado, tranquilo, satisfecho, empático, cálido y seguro de si mismo.

Si profundizamos sobre las características de la personalidad de tipo A, vemos que:

EL SER AGRESIVO: Es estar tenso, irascible, irritable. Cualquier situación por nimia que sea puede desarrollar en los individuos de personalidad de tipo A, una agresividad exagerada.
Individuos con esta característica caen en  conductas y acciones como:
- Quitar valor al trabajo de otros.
- Desacreditar sus ideas.
- Desvirtuar el éxito de los demás.
- Negar atención y ayuda.
- Rayar la violencia física.
- Ocultar sus deficiencias culpando o descalificando a otros.

En general, la agresividad te lleva a ser problemático, autoritario, dominante…
La ira, las irritaciones, el mal humor, el ser hostil en líneas generales dan lugar a estados emocionales que afectan a nuestro organismo negativamente dando lugar a una serie de respuestas de tipo cardiovasculares y neuroendocrinas que facilitan el desarrollo de la hipertensión y enfermedades coronarias.




EL SER HIPERACTIVO: Es ser enérgico, impulsivo, apresurado, activo, auto-estresante.
Los individuos con esta característica caen en conductas y acciones como:
- Realizar muchas cosas en poco tiempo.
- Utilizar un tono de voz alto.
- Tener siempre prisa (que puede traducirse en no masticar bien, conducir muy rápido, expresarse comiéndose palabras…)
- Faltarle tiempo para todo (para este tipo de individuos el ocio y el descanso son pérdidas de tiempo)
- Vivir a contra reloj, que lleva a ser auto-estresante.
- No tomar conciencia de sus errores, pues las prisas obstaculizan el autoanálisis y la consiguiente solución de problemas. 
- Realizar más de una actividad a la vez…

La hiperactividad lleva al estrés, a padecimientos estomacales como úlcera de duodeno, debido a la ingestión rápida de alimentos y a su escasa masticación. Puede desembocar esta característica  también en trastornos cardiovasculares, ansiedad e hipertensión.   

EL SER EGOCÉNTRICO: Es sentirse el centro de atención, el ombligo del mundo, presuntuoso, narcisista, endiosado, egoísta, creído…
Los individuos con esta característica caen en conductas y acciones como:
- Ser incapaz de ponerse en lugar de los demás.
- Tener un constante afán de protagonismo.
- Creer que sus opiniones son las únicas válidas.
- Falta de empatía y solidaridad.
- Escasas relaciones fuera de las del trabajo.
- Ser interesado…

El egocentrismo lleva a los individuos al convencimiento de que sus propias opiniones e intereses son más importantes que las de los demás.

EL SER COMPETITIVO. Es ser ambicioso, obstinado, es querer destacar, sobresalir…
Los individuos con esta característica caen en conductas y acciones como:
- El trabajo y/o el gimnasio o deporte lo es todo.
- Prefiere la promoción laboral a la crematística.
- El rendimiento y los logros finales pesan más que la satisfacción de la actividad durante su ejecución.
- Le cuesta delegar responsabilidades o tareas en los demás…

Tienen una personalidad propensa al estrés, a la ansiedad y a trastornos de tipo cardiovasculares,

EL SER FRIO.- Es tener dificultad para expresar emociones y sentimientos, es ser duro, insensible.
Los individuos con esta característica caen en conductas y acciones como:
- Rígido, seco y concreto en sus relaciones con los demás y consigo mismo.
- En ellos no tiene cabida la fantasía.
- Solo muestra interés por el trabajo y sus logros.
- Muestra desinterés por recuerdos de su pasado o por cualquier aspecto de si mismo si no está relacionado con el trabajo.

El patrón de conducta de tipo A,  los factores de riesgo que enumero por sus características como: trastornos cardiovasculares, hipertensión, trastornos estomacales, enfermedad cardiaca, ansiedad… a los que se pueden unir otros como mala alimentación, el tabaquismo, niveles alto de colesterol LDL… facilitan que los individuos pertenecientes a este tipo, puedan desarrollar con mayor facilidad una angina de pecho o un infarto de miocardio.

Todas estas conductas y acciones podemos controlarlas; para ello,  la intervención de educadores, psicólogos y profesionales de la enseñanza es totalmente necesaria.     


Termino este recorrido por las características de los individuos con personalidad A, según los cardiólogos Friedman y Rosenman. En él, sin animo de asustar, autogestionando nuestras emociones, podemos llegar a valorar el papel que juega la educación en todos los individuos.  En una próxima entrada daremos un paseo por las características del tipo B,  según estos autores.