domingo, 2 de septiembre de 2018

EL JUEGO.



Concepto de juego.

El juego es la actividad que por excelencia realiza el niño. Etimológicamente, la palabra juego, viene de IOCUM, que significa broma o diversión. El diccionario de la real academia lo define como un ejercicio recreativo sujeto a reglas en el cual se gana o se pierde.
Mediante el juego el niño desarrolla  entre otras facultades su imaginación, su creatividad, sus dispositivos motores, su coordinación…  y en él, desempeña un rol o papel, que aunque no sea real, le posiciona dentro de su grupo de clase o grupo de juego en el que se desenvuelve.



¿Qué desarrolla el juego en el niño?

Con los juegos o con el juego el niño desarrolla su fantasía, la imaginación, la creatividad, la comunicación y la propia autoestima.
La fantasía. La desarrolla el niño ante situaciones reales en la ficción  imitando a los adultos o ante situaciones irreales viviéndolas en la ficción.
La imaginación. La desarrolla el niño al pasar por una serie de roles y situaciones como participante, pues en el juego puede haber o hay una historia, unos personajes y un espacio donde esta se localiza, que debe desembocar en  un final. De no ser así el juego queda inacabado, en suspenso, hasta una nueva reanudación; pues toda historia debe tener un principio, un desarrollo y un final.
La creatividad. La fomenta y estimula el niño al confeccionar las reglas o leyes del juego. Estas reglas necesitan por un lado de su elaboración y por otro,  la de su aceptación por parte de  los que van a jugar. Por regla general el juego se basa en algo que ha sucedido en la realidad o en una historia que se inventa y esto también desarrolla la creatividad.




La comunicación.  Se estimula en  el niño al discutir sus reglas durante la elaboración. Al interpretar el papel que cada uno tiene en el juego como participante y en las discusiones sobre las propias reglas del juego cuando uno de los participantes ve su  incumplimiento o desviaciones.  Todo esto no sólo favorece la comunicación sino que reafirma la personalidad de los participantes, al apoyarse en las reglas que se elaboraron antes de comenzar a jugar y que dentro de la dinámica del juego no se cumplen.
Si deseáis profundizar aún más sobre el juego podéis consultar en https://www.mheducation.es/bcv/guide/capitulo/8448171519.pdf

Los esposos Bühler, consideran que la característica principal  del juego radica en el modo subjetivo con que el niño procede durante él. Esta conducta se caracteriza por la vivencia de un singular placer o goce.


                                                                                           
El juego; estadios evolutivos.

El juego en el niño pasa por una serie de etapas. Piaget, ha descrito los principales tipos de juegos, su aparición cronológica durante la infancia, estableciendo unos estadios evolutivos.
- Estadio sensoriomotor.  (0 a 2 años) en el que se da el juego funcional o de ejercicio.
- Estadio preoperacional.  (2 a 6 años) en la que predomina el juego simbólico.
- Estadio de las operaciones concretas.  (6 a 12 años) en el que predomina el juego de reglas.
Paralelamente a estos tipos de juegos aparece el juego constructivo a partir del año de vida.





El juego funcional o de ejercicio.

Se da, dentro de la etapa sensoriomotora y se desarrolla en los dos primeros años de vida. Son juegos de acciones repetitivas.
 A continuación enumero y agrupo las distintas acciones:
- Sonreír, gritar,  tocar, esconderse… Son acciones que tienen que realizarse con personas y que desarrollan la interacción social y la puesta en funcionamiento de los dispositivos motores.  Una de las primeras formas de juego es el retozo.
- Chupar, morder, golpear, agitar… Son acciones y ejercicios que se realizan  con objetos. Favorecen el desarrollo sensorial y la coordinación óculo-manual.
- Gatear, arrastrarse, balancearse… Son acciones y ejercicios  que realizamos con  el cuerpo y que desarrollan la coordinación de movimientos y desplazamientos, el equilibrio estático y dinámico, el concepto y dominio del espacio.



El retozo.

Primera forma de juego que consiste en la puesta en funcionamiento de los dispositivos motores que se poseen. Constituye el 90%  de la actividad lúdica del primer año de vida. En él se desarrolla la confianza del niño/a con los adultos más cercanos.






 Este tipo de juego implica contacto físico visual, y  en él, la madre, cuidador o cuidadora, juegan a comerle los pies, sus deditos, la barriguita… etc. Los participantes deben sentirse cómodos y si el niño/a ofrece alguna parte de su cuerpo sin temor o inquietud alguna, lo que está manifestando es confianza.  
En este tipo de juego con los bebes de tres a seis meses  se pretende conseguir dos objetivos.
- Captar la atención del niño.
- Favorecer el desarrollo del proceso comunicativo.
Estos juegos superan cronológicamente el año de vida llegando a los 3 o 4 años o incluso más, dándose en determinados momentos durante la infancia.





El cucu-tras.  Es uno de los primeros juegos. Es un juego repetitivo, que consiste en taparse la cara con las manos  al decir “cucu” y,  al decir “tras”,  se destapa la cara mostrándola alegre y sonriente. Con estas dos acciones tan simples, parece mentira que el bebé se ría tanto.

Los cinco lobitos.  Consiste en girar la  muñeca con los dedos hacia arriba al tiempo que se canta la canción.
Cinco lobitos, tiene la loba
cinco lobitos detrás de la escoba
cinco parió y cinco crió
y a todos los cinco
tetita les dio.

El retozo en realidad consiste en  juegos de palabras acompañados de contacto físico y visual. En ellos las frases se expresan de variadas formas, según la zona en la que éste se esté realizando; una de estas variantes es:
Con los dedos de la mano yendo del dedo meñique al pulgar del niño se va diciendo:
Cogiéndole el dedo meñique expresamos:
 Este  fue a por leña,
Cogiendo el anular:
 Este le ayudó.
 Pasando al dedo corazón continuamos con:
Este encontró un huevo.
Tomando el índice volvemos a decir:
Este lo frió.
Y  por último sujetando el dedo pulgar completamos,
 Y este gordito zampabollos, se lo comió.

Otras rimas para retozar son:
Este piececito no sirve “pa”  “na”
No tiene huesito ni carne ni “na”
¡Ay! Que me lo como.
Ya me lo comí.
 Con dos o tres años, os expreso también otra estrofa de las muchas que existen, en la que a parte de la propia rima, tiene una gran importancia las inflexiones de voz que empleamos al recitarla.
Pimpinillo sabe arar,
Retejar,
Dar la vuelta a la redonda
Pimpinillo que te escondas.
Con esta estrofa el niño pone sus manitas  extendidas  con los deditos separados sobre una superficie (mesa, banco…) o sobre los muslos de su padre o madre. El adulto, por cada sílaba de la rima que recita, va pellizcando sus deditos, y al llegar a la última sílaba de la rima, el último dedito pellizcado debe esconderse. Se vuelve a empezar la rima y se va repitiendo hasta que queda un solo dedito sin esconder.  Y a continuación el adulto dice:
¡Este dedito se libró!… Pero, a ti te voy a comer enterito… se siguen con cosquillas y abracitos que se mezclan con los jaleos, risas y grititos de ambos.



El juego simbólico.

Se da según Piaget, en la etapa preoperacional, entre los 2 a 6 años. Este tipo de juego  se realiza sobre una cosa u objeto confiriéndole un rol que no se ajusta a la realidad. Ejemplo: el niño coge una ficha de dominó y juega con ella como si fuera un coche. El niño está jugando con un coche no con una ficha de dominó. El juego simbólico aparece a los dos años y predomina hasta los seis años aproximadamente.





El juego infantil con reglas.

Este tipo de juego se da según Piaget,  en la etapa de las operaciones concretas. Hacia los seis años aparece y adquiere un papel dominante  el juego infantil con reglas  como el de las canicas, que va a marcar de un modo considerable al niño ya que los rasgos adquiridos durante la infancia con este tipo de juegos los va a conservar en la adultez. Este fenómeno se denomina neotemia.  



El juego ficticio.

   Consiste en la imitación de personas, animales u objetos animados. El juego ficticio es el que surge de la imaginación del jugador sin tener correlación con la realidad. En él se crean personajes (duendes, hadas, sirenas, centauros, superhéroes…)  o situaciones no reales que viven y experimentan acciones  irreales. Por ejemplo: entrar en las noticias de un periódico y vivirlas en primera persona, ser espectador de una fotografía y tener  la capacidad de recrear en la ficción la acción que recoge la imagen dándole un final.



El juego receptivo.
 
Cuando el niño toma el rol o papel de espectador. (TV, láminas, dibujos, tebeos… etc.) son juegos que estimulan la sociabilidad, el lenguaje, la creatividad, el sentido del humor, la memoria…
El juego del veo, veo, ha llegado a puerto un barco cargado de… los trabalenguas, …
A los cuatro años tanto el juego ficticio como el receptivo ocupan el 72% de la actividad lúdica del niño, el resto lo ocupa otro tipo de juego: El juego constructivo.

El  juego constructivo. Aparece en el niño sobre los 3 años, y a medida que el niño crece va ocupando mayor espacio en su actividad. Destacan en él, el propósito creador  y en él se conforman las diferencias entre la actividad lúdica y la actividad laboral.


Mención especial merecen los juegos al aire libre como,  el esconder, el corro, el saltar a la comba, el pase mi sí, las chapas, el trompo, los bolos, la rana, la herradura, el teje, el diabolo, la gallinita ciega...
Sirva como introducción al juego todo lo expresado. Para un estudio y un conocimiento más profundo deberéis consultar bibliografía especializada.