viernes, 7 de diciembre de 2018

EL JUEGO EN LA EDUCACIÓN MUSICAL. (parte I)


El juego, actividad que por excelencia realiza el niño, es el principal vehículo para introducir cualquier materia. Así, tal como nos indica el título de esta entrada y ciñéndonos a él, el juego, nos es de gran utilidad para introducir al niño/a en la educación musical.
Los desplazamientos libres por el espacio clase realizando cualquier actividad rítmica o aeróbica mediante cintas, botar pelotas, percutir panderos, agitar sistros, sonajas, dar palmadas… mientras oímos una obra  musical de cualquier género,  puede servirnos a la hora de introducir la educación musical  en la escuela y concretamente como motivación en el lenguaje musical  y en  las audiciones musicales





¿Qué tipos de juegos se utilizan en educación musical?
Los juegos que se utilizan y que denominamos de iniciación musical los podemos agrupar en:
- Juegos de discriminación sonora.
- Juegos tímbricos.
- Juegos de tono y altura.
- Juegos de eco.

Juegos de discriminación sonora.
Para estos juegos hay que disponer de un aula espaciosa en donde podamos sentirnos sin agobios. Con este tipo de juegos tratamos de desarrollar la capacidad de audición y de discriminación tanto espacial, localización, como tímbrica, reconocimiento de instrumentos o fuentes sonoras.
Con los más pequeños sentados en corro balanceamos el cuerpo, levantamos los brazos, palmeamos, sacamos indistintamente una u otra mano al compás de la música,  imitamos la ejecución de los distintos instrumentos musicales a medida que vayan teniendo protagonismo en la audición a la vez que los nombramos... etc.




Con los de más edad iremos ampliando el abanico de objetivos a conseguir. Para ello los alumnos se sentarán en círculo y comenzaremos este tipo de juego, con dos alumnos que elegiremos al azar o por sorteo. Una vez elegidos, se colocarán en el centro del círculo formado por sus compañeros y les vendaremos los ojos. A continuación, le daremos a cada uno de ellos un instrumento que tendrán que reconocer por su timbre. Una vez reconocidos los dos instrumentos por como suenan, los sentaremos en el círculo y tendrán que  incorporarse y encontrarse  valiéndose del oído; escuchando el sonido del instrumento que cada uno de ellos porta y hace sonar a intervalos alternativos.  Para que no estén constantemente sonando el instrumento  lo sonarán  a una orden del profesor un par de veces y después tendrán que dirigirse  hacia donde han oído el instrumento para localizar al compañero.  El juego termina cuando se encuentran pasando a ocupar sus puestos otros dos alumnos de los que estaban en el corro.
Este juego puede complicarse aumentando el número de participantes y el número de instrumentos. Si los participantes son cuatro, se les dará a cada unos de ellos una vez cubiertos los ojos, por ejemplo: los claves, la caja china, la sonaja y el triángulo.
Cada participante tendrá una misión:
El alumno que porta los claves tendrá que encontrar al triángulo y viceversa.
La caja china tendrá que encontrar a la sonaja y viceversa. En este caso concreto, cada participante tiene que buscar un instrumento y rechazar a dos. El jurado es el corro de niños que los observa y que pasarán de espectadores a participantes o jugadores  cuando los que están en acción son eliminados.
Hay que elaborar las reglas y las deben elaborar los propios alumnos. Estas podrían ser:
- El primero que sujeta al buscado es el que gana de los dos.
- El alumno que sujeta a otro y se equivoca, pierde y por lo tanto queda eliminado.
Este mismo juego puede tener muchas variantes entre ellas esta que expreso a continuación::
Seis u ocho alumnos se tapan los ojos.
Otros seis u ocho son los que hacen sonar los instrumentos.
El resto de alumnos son bultos o columnas.
El juego puede ser estático en el que suenan los instrumentos  y las columnas no pueden moverse. Solo se mueven los que buscan con los ojos tapados las fuentes sonoras.
O puede ser móvil, pues a una orden del profesor las columnas y los que manejan los instrumentos tienen unos segundos para desplazarse a otro sitio. Cada uno de los buscadores que tienen los ojos tapados porta una cartulina con el instrumento que tiene que buscar. Los alumnos que llevan los instrumentos, sonarán estos el número de veces que se acuerde. 1, 2 o 3 veces. En definitiva los juegos hay que hacerlos con unas reglas y un orden.


Criterios para clasificar y seleccionar el repertorio a trabajar en educación musical..
La clasificación del repertorio  se hará pensando en  el nivel donde vamos a aplicarlo y en el desarrollo de los alumnos.


¿Qué tendremos que clasificar?
- Los juegos.
- El repertorio de ritmos y canciones.
- El repertorio de danzas.
- El repertorio de audiciones.
- El abanico de instrumentos que vamos a utilizar.


Los juegos.-´
Podemos hacer cuatro apartados. Como he expresado con anterioridad, de una forma amplia los clasificaremos en juegos de iniciación musical, juegos tímbricos, juegos de tono o altura y juegos de eco.
Los juegos de iniciación musical lo constituyen los juegos de discriminación sonora. Con algunos de ellos trabajaremos timbres concretos como: :
- Reconocer sonidos de la naturaleza.
- Reconocer sonidos típicos de un ambiente rural y de un ambiente urbano.
- Distinguir entre sonidos y ruidos.
- Reconocer sonidos de dentro o de fuera del recinto que ocupamos… etc.

En el segundo apartado  están los juegos tímbricos entre los que seguiremos  trabajando el oído.
- Reconocimiento de las voces de los compañeros.
- Reconocimiento de animales o de objetos por su voz o timbre.
- Reconocimiento de distintos instrumentos de percusión.
- Distinguir las familias de instrumentos (viento, cuerda y percusión) que se auditan.
                   1. Utilizando la vista, reconocerlo por su figura, y utilizando el oído reconociéndolo por su timbre.
                            2. Los ejecutados dentro de un tema o fragmento musical, para lo que necesitamos ser mucho más selectivos; diferenciándolos dentro del conjunto que suena, ordenándolos en cuanto a su aparición, y clasificándolos .
                   3. Los recogidos de la propia naturaleza o en una zona industrial, portuaria, taller o fábrica.

Estos ejercicios pueden realizarse mediante el reparto previo de una lámina donde aparecen dibujados los objetos, animales, fenómenos  meteorológicos… etc. que el niño va a escuchar procediendo a colorearlos y enumerarlos según el orden en que vayan apareciendo. Otra forma es recortando y construyendo en forma de collage las escenas que a él le sugieren la secuencia de sonidos o ruidos escuchados.
En el tercer apartado están los juegos de tono o altura que podemos trabajar de la siguiente forma.
En un principio comenzaremos por:
- El reconocimiento de graves y agudos.
Continuaremos con,
- El reconocimiento de  graves, medios y agudos.
Introduciremos también,
- El reconocimiento de los glissandos ascendentes y descendentes llegando a determinar mediante su representación gráfica  si son de amplio recorrido o no. También expresaremos si su recorrido esta en la gama de sonidos agudos, medios o graves. Si está dentro de una de ellas si llega a abarcar dos o recorre las tres.




Completaremos el trabajo de iniciación  a  los juegos de tono y altura con…
- El reconocimiento de graves, agudos, medios y glissandos.

Todos estos ejercicios se realizan al dictado y se comienzan con secuencias de cuatro sonidos que al ser dominados por los niños nos obligaran a dictarles secuencias de 6, 8…etc. sonidos. El instrumento idóneo a utilizar es uno de placa de madera, en concreto, un xilófono contralto que situaremos en la mesa del profesor.




 Utilizaremos una pantalla para ocultar el instrumento a los alumnos y no puedan con la vista ver la placa o placas que  percutimos. También podemos utilizar un instrumento de placa de metal, por ejemplo, un metalófono contralto.
Cada ejercicio dictado y ejecutado  por el profesor, lo deberán escribir los alumnos. Para su corrección, cada alumno, deberá leer e interpretar lo dictado una vez expresado por escrito, ejecutándolo en el instrumento de placa. Caso de tener algún error o errores los deberá subsanar cualquiera de sus compañeros, interpretándolo de igual forma.



Los juegos de eco:
En el cuarto apartado están los juegos de eco, que no son más que juegos de imitación y de memoria auditiva. Para estos juegos no hace falta que el niño sepa leer música pues lo único que hará es imitar lo que el profesor ejecuta. Pero si podemos valernos de ellos para que de una forma lúdica, realicemos con los alumnos ejercicios que nos sirvan para  reforzar los conocimientos aprendidos con anterioridad y los enseñemos a leer a la vez que desarrollamos su capacidad práxica, su memoria, y trabajamos la quironomía o mímica del método a utilizar desarrollando así su psicomotricidad en general y su lateralidad.




¿En qué podemos dividir los ejercicios de eco?
Los ejercicios de eco pueden ser:
- Ejercicios de eco rítmicos.
-Ejercicios de eco melódicos.

Estos ejercicios se realizarán por imitación tanto de las secuencias tanto rítmicas como melódicas que ejecute previamente el profesor.  Las secuencias comenzarán con cuatro percusiones o sonidos hasta 12, 15,o 20 dependiendo de la respuesta del grupo clase.

En los ejercicios  de eco melódicos se comienza con el sonido SI,  descendemos al LA, y al SOL porque son sonidos que no presentan dificultad para ejecutarlos a la flauta soprano aún a edades tempranas como son los niños que cursan segundo o tercero de Enseñanza Primaria.
Comenzaremos por un solo sonido que se irá ampliando hasta alcanzar dos o tres sonidos como máximo y de esta forma podremos desarrollar los siguientes objetivos.
1. El manejo de la flauta. Desarrollo práxico.
2. El desarrollo de la memoria auditiva.
3. El desarrollo de la lectura musical

Para este tercer objetivo se utiliza en la pizarra o en un fanelograma una partitura de ámbito.


Algunas de las entradas que están relacionadas o pueden hacernos profundizar sobre el tema las podéis encontrar en:


En una próxima entrada intentaré profundizar aún más sobre el juego como vehículo introductor en la educación musical.

domingo, 2 de septiembre de 2018

EL JUEGO.



Concepto de juego.

El juego es la actividad que por excelencia realiza el niño. Etimológicamente, la palabra juego, viene de IOCUM, que significa broma o diversión. El diccionario de la real academia lo define como un ejercicio recreativo sujeto a reglas en el cual se gana o se pierde.
Mediante el juego el niño desarrolla  entre otras facultades su imaginación, su creatividad, sus dispositivos motores, su coordinación…  y en él, desempeña un rol o papel, que aunque no sea real, le posiciona dentro de su grupo de clase o grupo de juego en el que se desenvuelve.



¿Qué desarrolla el juego en el niño?

Con los juegos o con el juego el niño desarrolla su fantasía, la imaginación, la creatividad, la comunicación y la propia autoestima.
La fantasía. La desarrolla el niño ante situaciones reales en la ficción  imitando a los adultos o ante situaciones irreales viviéndolas en la ficción.
La imaginación. La desarrolla el niño al pasar por una serie de roles y situaciones como participante, pues en el juego puede haber o hay una historia, unos personajes y un espacio donde esta se localiza, que debe desembocar en  un final. De no ser así el juego queda inacabado, en suspenso, hasta una nueva reanudación; pues toda historia debe tener un principio, un desarrollo y un final.
La creatividad. La fomenta y estimula el niño al confeccionar las reglas o leyes del juego. Estas reglas necesitan por un lado de su elaboración y por otro,  la de su aceptación por parte de  los que van a jugar. Por regla general el juego se basa en algo que ha sucedido en la realidad o en una historia que se inventa y esto también desarrolla la creatividad.




La comunicación.  Se estimula en  el niño al discutir sus reglas durante la elaboración. Al interpretar el papel que cada uno tiene en el juego como participante y en las discusiones sobre las propias reglas del juego cuando uno de los participantes ve su  incumplimiento o desviaciones.  Todo esto no sólo favorece la comunicación sino que reafirma la personalidad de los participantes, al apoyarse en las reglas que se elaboraron antes de comenzar a jugar y que dentro de la dinámica del juego no se cumplen.
Si deseáis profundizar aún más sobre el juego podéis consultar en https://www.mheducation.es/bcv/guide/capitulo/8448171519.pdf

Los esposos Bühler, consideran que la característica principal  del juego radica en el modo subjetivo con que el niño procede durante él. Esta conducta se caracteriza por la vivencia de un singular placer o goce.


                                                                                           
El juego; estadios evolutivos.

El juego en el niño pasa por una serie de etapas. Piaget, ha descrito los principales tipos de juegos, su aparición cronológica durante la infancia, estableciendo unos estadios evolutivos.
- Estadio sensoriomotor.  (0 a 2 años) en el que se da el juego funcional o de ejercicio.
- Estadio preoperacional.  (2 a 6 años) en la que predomina el juego simbólico.
- Estadio de las operaciones concretas.  (6 a 12 años) en el que predomina el juego de reglas.
Paralelamente a estos tipos de juegos aparece el juego constructivo a partir del año de vida.





El juego funcional o de ejercicio.

Se da, dentro de la etapa sensoriomotora y se desarrolla en los dos primeros años de vida. Son juegos de acciones repetitivas.
 A continuación enumero y agrupo las distintas acciones:
- Sonreír, gritar,  tocar, esconderse… Son acciones que tienen que realizarse con personas y que desarrollan la interacción social y la puesta en funcionamiento de los dispositivos motores.  Una de las primeras formas de juego es el retozo.
- Chupar, morder, golpear, agitar… Son acciones y ejercicios que se realizan  con objetos. Favorecen el desarrollo sensorial y la coordinación óculo-manual.
- Gatear, arrastrarse, balancearse… Son acciones y ejercicios  que realizamos con  el cuerpo y que desarrollan la coordinación de movimientos y desplazamientos, el equilibrio estático y dinámico, el concepto y dominio del espacio.



El retozo.

Primera forma de juego que consiste en la puesta en funcionamiento de los dispositivos motores que se poseen. Constituye el 90%  de la actividad lúdica del primer año de vida. En él se desarrolla la confianza del niño/a con los adultos más cercanos.






 Este tipo de juego implica contacto físico visual, y  en él, la madre, cuidador o cuidadora, juegan a comerle los pies, sus deditos, la barriguita… etc. Los participantes deben sentirse cómodos y si el niño/a ofrece alguna parte de su cuerpo sin temor o inquietud alguna, lo que está manifestando es confianza.  
En este tipo de juego con los bebes de tres a seis meses  se pretende conseguir dos objetivos.
- Captar la atención del niño.
- Favorecer el desarrollo del proceso comunicativo.
Estos juegos superan cronológicamente el año de vida llegando a los 3 o 4 años o incluso más, dándose en determinados momentos durante la infancia.





El cucu-tras.  Es uno de los primeros juegos. Es un juego repetitivo, que consiste en taparse la cara con las manos  al decir “cucu” y,  al decir “tras”,  se destapa la cara mostrándola alegre y sonriente. Con estas dos acciones tan simples, parece mentira que el bebé se ría tanto.

Los cinco lobitos.  Consiste en girar la  muñeca con los dedos hacia arriba al tiempo que se canta la canción.
Cinco lobitos, tiene la loba
cinco lobitos detrás de la escoba
cinco parió y cinco crió
y a todos los cinco
tetita les dio.

El retozo en realidad consiste en  juegos de palabras acompañados de contacto físico y visual. En ellos las frases se expresan de variadas formas, según la zona en la que éste se esté realizando; una de estas variantes es:
Con los dedos de la mano yendo del dedo meñique al pulgar del niño se va diciendo:
Cogiéndole el dedo meñique expresamos:
 Este  fue a por leña,
Cogiendo el anular:
 Este le ayudó.
 Pasando al dedo corazón continuamos con:
Este encontró un huevo.
Tomando el índice volvemos a decir:
Este lo frió.
Y  por último sujetando el dedo pulgar completamos,
 Y este gordito zampabollos, se lo comió.

Otras rimas para retozar son:
Este piececito no sirve “pa”  “na”
No tiene huesito ni carne ni “na”
¡Ay! Que me lo como.
Ya me lo comí.
 Con dos o tres años, os expreso también otra estrofa de las muchas que existen, en la que a parte de la propia rima, tiene una gran importancia las inflexiones de voz que empleamos al recitarla.
Pimpinillo sabe arar,
Retejar,
Dar la vuelta a la redonda
Pimpinillo que te escondas.
Con esta estrofa el niño pone sus manitas  extendidas  con los deditos separados sobre una superficie (mesa, banco…) o sobre los muslos de su padre o madre. El adulto, por cada sílaba de la rima que recita, va pellizcando sus deditos, y al llegar a la última sílaba de la rima, el último dedito pellizcado debe esconderse. Se vuelve a empezar la rima y se va repitiendo hasta que queda un solo dedito sin esconder.  Y a continuación el adulto dice:
¡Este dedito se libró!… Pero, a ti te voy a comer enterito… se siguen con cosquillas y abracitos que se mezclan con los jaleos, risas y grititos de ambos.



El juego simbólico.

Se da según Piaget, en la etapa preoperacional, entre los 2 a 6 años. Este tipo de juego  se realiza sobre una cosa u objeto confiriéndole un rol que no se ajusta a la realidad. Ejemplo: el niño coge una ficha de dominó y juega con ella como si fuera un coche. El niño está jugando con un coche no con una ficha de dominó. El juego simbólico aparece a los dos años y predomina hasta los seis años aproximadamente.





El juego infantil con reglas.

Este tipo de juego se da según Piaget,  en la etapa de las operaciones concretas. Hacia los seis años aparece y adquiere un papel dominante  el juego infantil con reglas  como el de las canicas, que va a marcar de un modo considerable al niño ya que los rasgos adquiridos durante la infancia con este tipo de juegos los va a conservar en la adultez. Este fenómeno se denomina neotemia.  



El juego ficticio.

   Consiste en la imitación de personas, animales u objetos animados. El juego ficticio es el que surge de la imaginación del jugador sin tener correlación con la realidad. En él se crean personajes (duendes, hadas, sirenas, centauros, superhéroes…)  o situaciones no reales que viven y experimentan acciones  irreales. Por ejemplo: entrar en las noticias de un periódico y vivirlas en primera persona, ser espectador de una fotografía y tener  la capacidad de recrear en la ficción la acción que recoge la imagen dándole un final.



El juego receptivo.
 
Cuando el niño toma el rol o papel de espectador. (TV, láminas, dibujos, tebeos… etc.) son juegos que estimulan la sociabilidad, el lenguaje, la creatividad, el sentido del humor, la memoria…
El juego del veo, veo, ha llegado a puerto un barco cargado de… los trabalenguas, …
A los cuatro años tanto el juego ficticio como el receptivo ocupan el 72% de la actividad lúdica del niño, el resto lo ocupa otro tipo de juego: El juego constructivo.

El  juego constructivo. Aparece en el niño sobre los 3 años, y a medida que el niño crece va ocupando mayor espacio en su actividad. Destacan en él, el propósito creador  y en él se conforman las diferencias entre la actividad lúdica y la actividad laboral.


Mención especial merecen los juegos al aire libre como,  el esconder, el corro, el saltar a la comba, el pase mi sí, las chapas, el trompo, los bolos, la rana, la herradura, el teje, el diabolo, la gallinita ciega...
Sirva como introducción al juego todo lo expresado. Para un estudio y un conocimiento más profundo deberéis consultar bibliografía especializada.

domingo, 27 de mayo de 2018

VALOR FORMATIVO DE LA MUSICA. PERCEPCIÓN Y EXPRESIÓN.

Sentidos que intervienen en la percepción del discurso musical.
La música es un arte que solo puede percibirse por el oído en condiciones normales; en casos excepcionales, la podemos percibir por las vibraciones que los sonidos producen, es decir; que mediante el tacto como es en el caso de los niños hipoacúsicos, el ser humano también puede acercarse al discurso musical.  

El primer mensaje musical. Valores formativos, afectivos y sociales.
La  educación músical nos prepara como oyente, fomenta valores sociales y desarrolla las facultades intelectuales y emocionales.
Desde que nacemos estamos entrando en contacto con la música. El primer contacto con ella lo tenemos con las canciones de cuna que nos cantan nuestros padres. Este primer contacto con la música a través de la madre o el padre, va a favorecer nuestras facultades intelectuales y emocionales. Nos va a hacer receptores de un mensaje musical, pues mediante una nana, nuestros progenitores  nos invitan a dormir y nos arrullan.



Platón decía : “¡Ah si todas las madres cantaran!” Las canciones de cuna con las que todas nuestras madres nos arrullan, son el primer contacto musical que tiene el niño. Mucho mejor que cualquier tipo de música grabada. La canción de cuna la percibe el niño como un todo y ante ella tiene respuestas concretas:
- Lo calma.
- Le da paz y sosiego ante cualquier excitación de tipo nervioso.
- Le ayuda a conciliar el sueño reparador.
Y, ante otro tipo de canciones y dependiendo de su ritmo y aire, el niño reirá, se pondrá alegre, pataleará… etc.


¿En qué campos incide la canción en el niño?

La música y en este caso concreto la canción de cuna y la canción infantil inciden en un principio sobre el campo afectivo y emocional del niño y por supuesto, desarrolla su intelecto. Este desarrollo se deduce de las distintas respuestas que obtenemos de él.
Hoy día sabemos, que antes de venir el niño al mundo, ya es un posible receptor de mensajes musicales, no necesita estar físicamente en él para que desde su protectora ubicación pueda percibir estos mensajes. Puede prepararse al no nacido como oyente desde el vientre de la madre y  las preferencias musicales de la madre van a definir y marcar las del niño.




Más tarde en la Educación Infantil y Primaria, el niño va a percibir las canciones como una unidad sonora con sentido, que va a afectar a su sensibilidad, a su campo emocional, y  necesitará para su aprendizaje de la repetición único medio de fijar las partes que en su intelecto quedan imprecisas o desdibujadas por la necesidad que tiene de expresarlas posteriormente.
Mediante los procedimientos y recursos didácticos empleados en su educación musical tendrá el niño el camino abonado para el aprendizaje del lenguaje musical.





En la  educación primaria a lo largo de los diferentes cursos se va a ir preparando al niño como RECEPTOR, mediante las audiciones;  y como EMISOR, interpretando pequeñas melodías o composiciones musicales a medida que va siendo conocedor de los rudimentos y técnicas del lenguaje musical.





La música incide en el mundo afectivo y emocional porque el niño recibe la música y sobre todo las canciones como un todo ante el que reacciona con diferentes estados anímicos dependiendo de lo que ella le transmita a través de su letra, su melodía, su aire, su ritmo.




Forma su conducta social porque lo que el niño crea o ejecuta no lo hace solo y exclusivamente para él, sino que lo comparte con los demás: grupo clase, compañeros, amigos…
La educación musical nos proporciona el conocimiento del entorno a  través del folklore, de los instrumentos que en el se utilizan, de las costumbres de una determinada zona o región, de sus vestidos, de las  danzas y bailes, de sus leyendas, gestas e historias  que se transmiten a través de las letras de sus canciones.

Importancia de la música en el desarrollo psicomotor y de nuestro esquema corporal.


La música desarrolla el esquema corporal y lo define. Da los conceptos de BAJO (grave) y ALTO (agudo). En el estudio y práctica de la medida nos da los conceptos de ABAJO Y ARRIBA (dar y alzar) derecha e izquierda. Nos hace llevar el pulso de una canción (primer acto rítmico). Desarrolla nuestra motricidad en las ejecuciones rítmicas al utilizar los instrumentos corporales (palmas, pitos o palillos, manos, pies, pecho, muslos, rodillas…) y tener que interpretar las distintas figuraciones.




a) En los ejercicios de eco. Venciendo las dificultades de estos ejercicios de imitación rigurosa al aplicarlos en un orden sistemático y progresivo. También sirven estos ejercicios de eco para el desarrollo de la memoria auditiva.




b) En ejercicios leídos como aplicación de los conocimientos lectográficos dados en los distintos contactos o clases.
c) Venciendo las dificultades técnicas de un instrumento. Aunque este instrumento sea de técnica muy sencilla y no presente grandes dificultades como es el caso de la flauta dulce soprano. Este instrumento, la flauta dulce o de pico, nos lleva a desarrollar en el niño la capacidad práxica o de coordinación fina de manos y dedos.
La progresividad de estos ejercicios, su creciente dificultad y superación por el alumnado nos darán la pauta del desarrollo psicomotor de cada niño, siempre que tengamos una prueba inicial de referencia.




Con la educación musical incidiremos en la lateralidad del niño  y la desarrollaremos con los ejercicios rítmicos a dos manos, con los ejercicios de lateralidad derecha y lateralidad izquierda, es decir:
a) Ejercicios para la mano derecha y el pie derecho.
b) Ejercicios para la mano izquierda y el pie izquierdo.

También utilizaremos los ejercicios de lateralidad combinada como:
a) Ejercicios de la mano derecha y pie izquierdo.
b) Ejercicios de la mano izquierda y pie derecho.
Todos ellos nos llevarán a un desarrollo de su capacidad  lectográfica y psicomotora.

Concepto de percepción y expresión.

Percepción es la acción o efecto de percibir. Es una organización cognoscitiva de las sensaciones ante algo o alguien exterior a nosotros.
BACOM,  utilizó el término para significar el sometimiento de la mente a la influencia exterior y la reacción adaptativa a tal influencia.
DESCARTES y SPINOZA, lo tomaron como sinónimo de intuición intelectual o  “aprehensión de conceptos”.
LOKE, dijo que la percepción es la posesión de ideas.
Expresión, es un decir claro. Es la transmisión, especificación  o manifestación al exterior de algo. Este algo pueden ser ideas, sentimientos, pensamientos… etc.




La percepción en el niño.

El niño percibe a través de los sentidos el mundo que le rodea y los estímulos que la naturaleza provoca. Así percibe el día y la noche, la luz y la oscuridad, la lluvia y el viento, el frío y el calor, el ruido y el silencio… etc.
El desarrollo del oído musical (percepción auditiva) empieza en el niño con las canciones de cuna de su madre y de su padre y con el aprendizaje de la lengua de sus padres. El niño no habla como un robot sino que entona dicho lenguaje, hace inflexiones de voz y todo esto lo hace el niño porque lo ha aprendido de sus padres, del entorno familiar y de los que le rodean mediante la percepción auditiva.
El niño aprende  percibiendo las cosas oralmente así las canciones las percibe mediante el oído y llega a reproducirlas y a expresarlas.



La educación musical se hace en un primer estadio a través de la percepción auditiva y la percepción rítmica, es decir; ante una canción o composición musical, el niño lleva el ritmo con el movimiento de su cuerpo (expresión corporal), la canta, anda, corre, salta, galopa, se mueve  en definitiva libremente y todas estas actividades constituyen las percepciones rítmicas, siendo el modo peculiar de expresarse el niño e identificarse con el sentido del ritmo.
Más tarde, en un segundo estadio se introducirá el  pulso en las canciones o composiciones musicales realizando el pulso y el ritmo con los instrumentos corporales (palmas, pitos, rodillas, pies…) como continuación de este proceso, el niño buscará de una forma inteligente el ritmo de los seres y de la propia naturaleza.




Esta búsqueda, va a permitirle durante su educación asimilar los contenidos, expresarlos por escrito utilizando la grafía musical todo lo que en un principio al no poseer el dominio del lenguaje musical le estaba vedado.

Así podrá  representar lo que aparece en las imágenes siguientes:









La expresión en el niño.

El niño a lo largo de la educación infantil y primaria tiene tres medios de expresión:
La expresión vocal, instrumental y corporal.
La expresión vocal se hace mediante la práctica del canto cuyo máximo exponente es la canción, y se desarrolla  en la propia clase mediante la práctica del canon, a nivel solista, siendo miembro del coro escolar,.. etc.
La expresión instrumental se hace mediante los instrumentos corporales (su propio cuerpo), los instrumentos de percusión que ponemos a su disposición o los construidos por él, los instrumentos aerófonos (flautas) y los instrumentos de placa de madera y de metal para la armonización y acompañamiento de las canciones o piezas a ejecutar.
La expresión corporal se realiza mediante el movimiento y desplazamientos en el espacio como primeras manifestaciones de la danza propiamente dicha. La expresión corporal comienza con los ejercicios de relajación y respiración en los que el niño toma conciencia de su cuerpo y de los órganos que lo componen así como de la utilización consciente y voluntaria de determinados músculos de nuestro cuerpo en la realización de estos ejercicios.

La expresión vocal.
La canción es el elemento comunicativo y expresivo por excelencia. En la canción se funde la música y la letra (el lenguaje hablado, la palabra). La canción es el medio más importante para desarrollar la expresión y comunicación que se puede utilizar con los niños.
La expresión vocal consta de:
- Ejercicios de vocalización y relajación.
- Lectura rítmica del texto. Esta debe ser bien articulada y medida, explicando los vocablos que sean desconocidos por los niños para su perfecta comprensión.
- Lectura del texto entonada; es decir, cantar la canción.
- Dar expresión a la canción. Realizar los matices de intensidad y dinámicos.
Realizado esto podemos pasar a:






La expresión instrumental.

Se hará cantando la canción y utilizando los instrumentos corporales como acompañamiento. Más tarde utilizaremos un instrumento corporal en las estrofas y otro distinto en el estribillo. Dominado esto, el niño habrá cogido el conocimiento intuitivo de tema y estribillo y pasaríamos a jugar con los instrumentos de percusión que tengamos en la propia clase utilizando unos en el tema o estrofas y otros en el estribillo. Por último pasaríamos a orquestar la canción con los instrumentos de la orquesta Orff, aprendiendo cada alumno con anterioridad o cada grupo de alumnos por separado lo que tendrían que ejecutar.
La improvisación como elemento creativo y desarrollo de la creatividad del niño juega un gran papel en la expresión instrumental utilizándola en los acompañamientos de pequeñas piezas o canciones con los ostinatos tanto rítmicos como melódicos.

La expresión corporal.
Realizando la mímica de la canción si ésta se presta a ella y en su lugar si lo anterior es imposible realizando movimientos y desplazamientos en el espacio de la clase a la vez que se canta. Para ello es interesante la formación de grupos  en los que unos niños pueden cantarla y otros realizar esos desplazamientos bien todos a la vez o un grupo en las estrofas o tema y otro en el estribillo.
La coreografía de la canción se realizaría dependiendo del espacio  clase y del número de alumnos agrupándolos según las disponibilidades de espacio, material e instrumental de la misma.





Importancia de la educación musical en Primaria.
Estriba en que:
- Desarrolla las facultades intelectuales y emocionales.
- Ayuda al equilibrio psicofísico.
-  Desarrolla la capacidad psicomotriz.
- Autoafirma el esquema corporal.
- Desarrolla el concepto espacio-temporal.
- Fomenta la creatividad.
- Desarrolla cualidades estéticas.
- Fomenta la sociabilidad y la socialización.








         ¿A que ayuda la educación musical?

         Al equilibrio psicofísico, al desarrollo de la psicomotricidad,  y, autoafirma el esquema corporal mediante las técnicas de relajación y respiración.


Tener que controlar una respiración  abandonada al dejar la cuna y que ha perdido como pago a la erguidad, es tomar conciencia del diafragma, del acto de inspirar y exhalar, de los distintos tipos de respiración que podemos utilizar a voluntad: la abdominal o diafragmática,  la pectoral, la respiración escapular y la completa, esta última consistente en  la suma de las tres anteriores.
           Al trabajar las técnicas de relajación hace incidir su mente sobre partes y músculos de su cuerpo que tiene que relajar. Utiliza y pone en funcionamiento, músculos que normalmente no usa de una manera racional, mejora la capacidad torácica y su oxigenación con lo cual ayuda a su equilibrio psicofísico.
         Con la audición musical tiene que aprender a escuchar, ya que la música al ser un arte en el tiempo, pues lo que sucede en unos segundos no es lo que está sucediendo en lo que sigue, debe fijar su atención en ella para distinguir los temas que aparecen  y sus repeticiones. El niño, a la vez que  escucha, puede elaborar un musicograma y  disfrutar de algo bello que le ayuda a su equilibrio psicofísico.
         Un niño que responde a los estímulos emocionales que le proporciona una audición musical, es capaz de compartir con los demás la riqueza de su mundo interior y le ayuda a comprender y solidarizarse con cualquier acto circunstancial de la vida.
         Al llevar el ritmo y el pulso de las canciones o de cualquier composición musical desarrolla su psicomotricidad.  Al emplear las distintas partes de su cuerpo y los instrumentos corporales, afirma su esquema corporal.
He ahí el amplio abanico de estímulos intelectuales, emocionales, sociales, éticos,  de autocontrol… etc;  que a lo largo del proceso educativo fomenta la educación musical.