jueves, 1 de julio de 2010

Las matemáticas: su labor educativa.



Desde la más temprana edad hay que acostumbrar a los niños a ser ordenados y limpios en la realización y presentación de sus tareas. A fe de ser repetitivo e incluso pesado no me cansaré de propugnar ese orden y esa limpieza que podemos conseguir a través de todas las materias que se desarrollan en el currículo; pues todas, contribuyen a ello sin necesidad de erigir a una como lider en detrimento de las demás.


Como he dicho también en más de una ocasión, los niños deben realizar las tareas en limpio de primera intención; no deben pasar éstas a limpio por la pérdida de tiempo que esto supone. Esta norma al igual que cualquier otra que apliquemos en nuestro quehacer educativo, no tiene ni debe dársele carácter universal.


El maestro debe ser el que con ciertos alumnos no tenga en cuenta lo que aplica a una generalidad y exija a determinados tipos de alumnos lo que no acostumbra por norma. Puede esta actitud desorientar a ciertos padres a los que es conveniente advertir del por qué de la misma que por supuesto nunca es por ninguna otra razón que la estrictamente pedagógica y formativa.


En cuanto al grupo clase, conviene que dicho maestro implique a algunos compañeros en concreto o a todo él en la ayuda a prestar a los referidos alumnos para la consecución de estos y otros hábitos que van a facilitar y estimular un buen aprendizaje.


Exigir:

- Los cuadernos ordenados y limpios.

- Orden y claridad en los trabajos y tareas.

- La utilización del papel cuadriculado (cuadrícula grande).

- Que cada número o signo vaya en su cuadrícula correspondiente.

- Las operaciones indicadas.

- Recuadrar los resultados.

- La realización de las cuentas y operaciones (automatismos matemáticos) debajo de las operaciones aritméticas indicadas.

- Que dichos automatismos estén correctamente alineados y ordenados según su ejecución.


Todo esto lo he dicho ya en “jerarquización y orden en matemáticas” artículo publicado en este blog, el domingo 4 de noviembre de 2007, para manifestar la contribución de esta materia a educar en el orden y limpieza a la vez que conseguíamos también con la forma de trabajarla, estimular el grado de atención del alumnado y por supuesto lo sometíamos a una disciplina.

Si lo desea puede consultar:
http://elinquietojubiladocristobal.blogspot.com/2007/11/jerarquizacin-en-matemticas-y-orden.html

Las mátemáticas aportan su grano de arena entre las materias del currículo no sólo desarrollando el pensamiento abstracto del niño sino que el modo de trabajarla y las normas que pueden emanar de la propia dinámica de la asignatura hacen de ésta un buen campo de cultivo para alcanzar los objetivos y finalidades de todo el quehacer educativo.


En la imagen que se inserta al principio de este artículo se puede observar como los alumnos pueden y deben indicar las operaciones que realizan ya sean estas divisiones sucesivas u operaciones indicadas.


También pueden expresar el número 18301 de estas formas: 18301 = 1 unidad; 0 decenas; 3 centenas; 8 unidades de millar y 1 decena de millar. 18301 = Una de 1er orden; Cero de 2º orden; Tres de 3er orden; Ocho de 4º orden y una de 5º orden.


Cuando de automatismos matemáticos se trate deben realizarse como aparece en la segunda imagen que antecede al artículo. Mucho queda por comentar sobre el raciocinio en el que tiene esta asignatura un papel fundamental. ¿Puede enseñarse a razonar? ¿Qué estrategias podemos emplear? ¿Podemos poner orden a nuestra forma de razonar? Estas y otras cuestiones las dejamos para mejor ocasión.