lunes, 17 de diciembre de 2007

Instantánea para el recuerdo. ¿Claustro de 1990?


Observando la foto del claustro de profesores del Colegio Público Guadalquivir de hace unos 17 0 18 años con la que inicio la redacción de este artículo y que fue tomada durante un recreo, acuden a mi memoria las tareas que durante este tiempo de descanso para el alumnado, llenan de febril actividad agobiados por el escaso tiempo de que se dispone a parte del profesorado en distintas dependencias del Colegio. Estoy refiriéndome sin temor a equivocarme al curso escolar 1989-1990, y dicha foto que inmortalizó y detuvo un instante de uno de los recreos, me habla de algunas ausencias de compañeros debidas con toda seguridad a las ocupaciones propias de ese momento. Dichas ausencias se habrían dado no sólo en este momento de la foto sino en los muchos instantes de este tiempo de esparcimiento y descanso que podríamos detener con nuevas instantáneas a lo largo del curso debidas: a la vigilancia de recreo tanto de preescolar como de básica, a algún arbitraje tanto de futbito como de baloncesto, a un ensayo de obra teatral, o a la preparación de una pieza musical para un tipo de conjunto instrumental (dúo, trío, consor... etc.), o al ensayo de un recitado, o por qué no, a una apresurada impresión de fotocopias para la próxima clase de algún que otro compañero que el tiempo en su loca carrera y la actividad de sus alumnos con su voracidad deja vacía la despensa de sus previsiones agotando las actividades y tareas que tenía preparadas para ocuparlos.
Hoy 17 de diciembre de 2007, quedo perplejo ante la fragilidad de mi memoria para evocar a algunos compañeros con los que he compartido trabajo y experiencias y de los que no recuerdo en algunos casos su nombre. Es bueno rememorar por lo que de satisfacción propia y de reconocimiento a terceros se debe a una buena labor realizada. Un trabajo que deja su marca y lega su huella a los que después de nosotros toman las riendas y hoy ocupan puestos de responsabilidad. Nunca el recordar es más grato y aconsejable si éste no se enquista en el pasado y ahí se queda. La vida sigue y como navegantes debemos continuar esperanzados y seguir viajando sin descanso, conociendo y compartiendo lo vivido y lo por vivir. Llegar a nuevos puertos, emprender nuevas aventuras, sentirse vivo y por supuesto llenar tu vida hasta rebosar manchando a muchos de los que cerca de ti pasan, atendiéndolos, escuchándolos, favoreciendo su autoestima y confianza no sólo en ellos mismos sino en el mundo que les ha tocado vivir y en la gente que les rodea.
Volviendo a la instantánea que da pié a estas reflexiones tengo que expresar que el claustro de profesores durante la década de los 80, varió muy poco y todos los cambios que se dieron fueron debidos a las reducciones y ampliaciones de líneas o a la incorporación de especialistas. Una segunda causa fueron los bailes de personal que por uno u otros motivos suceden en cualquier Centro. Se da en compañeros que hasta que ocupan definitivamente la plaza en el colegio que desean pasan por éste o por otros Centros hasta conseguirlo. En este claustro este tipo de trasiego de personal fue muy escaso; suele haberlos en todos los Centros y como no en este Centro también se dio alguno.
La numeración que aparece a pie de foto con los nombres va de izquierda a derecha habiendo sido numerados del 1 al 14 los profesores que aparecen todos de pié en la fila del fondo y del 15 al 24 los de la primera fila en la que se ven todos sentados.
Los que faltan en la foto creo que son:
Cándido Manuel Lozano Romero, profesor de Educación Física miembro del claustro por aquel entonces y hoy día en el Colegio.
Mª Pilar Cano Dorado, destinada en esa fecha en el “Colegio Cavaleri” y hoy día también en éste Centro.
Pedro Cabanillas Escobar, profesor de Sociales y tutor como casi todos de un curso, miembro del claustro en aquella fecha. Fue uno de los tres que cruzaron las dos rotondas para ir al “Cavaleri” hoy día ya jubilado.
Mª del Carmen Magaña Fernández, especialista de inglés y tutora de cursos de segunda etapa que por aquella fecha se encontraba ejerciendo en otro Centro.
Francisco Muriel Vaquera, impartía clases en el parvulario por aquel entonces. Hoy día maestro de enseñanza primaria en este Centro.-
José Sánchez García. Daba clases de Ciencias de la Naturaleza en los cursos de 6º, 7º y 8º de E. G. B. en estas fechas Jubilado.
Vicente Vega Luengo. Profesor de párvulos y Jefe de Los Boy Scouts; hoy día destinado en un Centro de Palomares.
Hay cinco compañeros en la foto que no recuerdo sus nombres, sobre todo son maestras de parvulario y una profesora de religión con las que no tenía mucho contacto. Con las parvulistas, porque estaban en otro edificio, no coincidíamos en las entradas y salidas, el patio de recreo era otro y el horario de los mismos tampoco se ajustaba al nuestro y por lo tanto no tengo la seguridad de identificarlas correctamente. Por ello sólo aparece en el pie de foto el número que ocupan. Si alguien puede identificarlas y comunicarme sus nombres y apellidos estaré encantado de rehacer el pié de foto o publicar una nueva.
Pido disculpas si alguno de los compañeros no tiene su nombre completo o si contiene algún tipo de error al nombrarlo.
CLAUSTRO DE PROFESORES Y PERSONAL DE ADMINISTRACIÓN Y SERVICIOS DEL
"COLEGIO PÚBLICO GUADALQUIVIR"
Esta es la relación de profesores y del personal administrativo y de servicios que han pasado por el Centro desde su creación en el año 1980 hasta el 1997, fecha en que con la implantación de la E. S. O. y de la Enseñanza Primaria y la desaparición de los cursos 7º y 8º de E.G.B. motivaron el trasiego y los cambios de personal para adaptarse a la nueva situación.
Abascal Martín-Artajo, Paloma.
Aguilera Espejo, Juan de Dios.
Alonso Espolita, Reyes.
Antúnez Montero, María Angeles.
Blanes Puentes, Dolores. (Hoy día jubilada.)
Caamaño, Generoso. (Conserje y mantenedor de los edificios.)
Caballero Alcázar, Victoria.
Cabanillas Escobar, Pedro. (Hoy día jubilado.)
Cano Dorado, Mª del Pilar.
Carrasco, Antonio.
Caz Rodríguez, Victoria del.
Gallego Bernal, Cristóbal. (Hoy día jubilado.)
Gil Murillo, Elena. (Hoy día jubilada.)
González Paisano, José Francisco.
Guerrero García, Conchi.
Herrera Tordillo, África. (Administrativa.)
León Guerrero, Inés.
Losada Chacón, Auri.
Lozano Romero, Cándido Manuel.
Lledó Becerra , Angel.
Magaña Fernández, Mª del Carmen.
Martín García, Mª del Carmen. (Hoy día jubilada.)
Morales Hidalgo, Mª José.
Muriel Vaquera, Francisco.
Pañuela Jiménez, María de Gracia.
Pérez García, Felisa.
Rangel González, Juan José.
Retamero Díez Cortina, José Tomás. (Hoy día jubilado. La mayor parte de su vida activa en esta zona la llevó a cabo en el Colegio Público de Lepanto.)
Rodríguez Rodríguez, María de la Luz. (Hoy día jubilada.)
Romero Muñoz, Paqui.
Sánchez García, José. (Hoy día jubilado.)
Sánchez Parejo, Mercedes.
Serra Buades, Antonia.
Talaverón, Rafael.
Vega Luengo, Vicente.
Vizcaya Pérez, Francisco.


A pesar del esfuerzo investigador que he realizado me faltan algunos compañeros. Unos difuminados por completo en el recuerdo, otro arrancado de cuajo dejándonos una herida ya cicatriz que emborrona su nombre no su actitud ante la vida, su ánimo, en el corto tiempo que compartió actividad con nosotros. De los tres compañeros que quedan en mi memoria, sólo recuerdos gratos y unos nombres sueltos. Inés León, Ramón, Antonio… se que la que nombro en primer lugar se encuentra como bióloga en un instituto de Tomares, una localidad cercana; del segundo compañero he perdido por completo su pista y no tengo ninguna referencia aunque si recuerdo las fructíferas conversaciones que manteníamos durante las vigilancias en los recreos. El último con el que también compartí momentos agradables y sustanciosas conversaciones pedagógicas sólo me falta recordar sus apellidos que no dudo en obtener pronto.

Pasados varios años, el 29 de noviembre de 2012, puedo expresar el primer apellido de Antonio, último compañero de los tres a los que hago referencia al final de esta entrada y que  he añadido a la lista por orden alfabético de profesores de este Colegio. Su primer apellido es Carrasco. Ya queda menos para rememorarlos a todos.

Adenda al artículo "Instantánea para el recuerdo": El 20-05-08 visité los dos Centros en donde he pasado gran parte de mi vida teniendo la dicha de compartir con los compañeros unos momentos agradables. Me sentí arropado por el calor y afecto de todos, tanto de los antiguos como del nuevo personal al que fuí presentado. Me llevé la grata sorpresa de encontrar por un lado en el instituto "Cavaleri" a Inés, antigua compañera, afecta al Departamento de Ciencias naturales. El inesperado encuentro con esta compañera, me llenó de una gran alegría ya que hacía mucho tiempo que no contactábamos. Procede de un Instituto de Tomares tal como la había úbicado al final del artículo del que estoy redactando el añadido y con ella había compartido tareas docentes como profesora de E.G.B. en el entonces C.P. Guadalquivir hace ya bastante tiempo. En este último Centro con la ayuda y amabilidad de Auri, de la que no recordaba su nombre, pude ir completando otros tantos de la lista de profesores que aparece en el artículo así como de la foto que da pié al mismo.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Mosaicos en matemáticas.




La manipulación de las regletas nos lleva a construir formas rectangulares o cuadradas llamadas mosaicos.

Los mosaicos están constituidos por una serie de líneas iguales. Para realizar un mosaico, colocaremos las líneas formadas con las regletas unas a continuación de otras utilizando la superficie de nuestra mesa o pupitre como soporte. Iniciaremos dicha construcción desde una posición cercana al borde o frontera exterior de la superficie de la mesa o pupitre frente a nosotros en el que estamos trabajando y terminaremos avanzando progresivamente con las regletas hacia donde estamos sentados.

Cuando realizamos este tipo de construcciones hemos pasado de las escaleras que se caracterizan por la desigualdad de sus líneas, a la construcción de mosaicos con todas sus líneas iguales y con los que profundizaremos en las descomposiciones numéricas. Las escaleras se caracterizan porque sus líneas o escalones, por regla general, van de menor a mayor a no ser que las construyamos en sentido inverso

Como puede observarse en las ilustraciones de este artículo, debe exigirse al alumno que escriba las operaciones indicadas tal y como aparecen en ellas. De esta forma lo estaremos sometiendo a una disciplina y a un orden en la forma de trabajar las matemáticas que será bueno para fijar su atención y desarrollar su poder de concentración al tener que realizarla no de una forma anárquica o como al alumno le venga en gana, sino bajo las directrices que les vayamos marcando. Estas directrices no obedecen a un mero capricho y no son por dar la lata o fastidiar al alumno sino porque mediante ellas vamos a lograr unos objetivos que habremos fijado con anterioridad. Estos objetivos a conseguir pueden ser:

  • Orden y limpieza.
  • Trabajar la atención y concentración en el desarrollo de las expresiones matemáticas.
  • Ser capaces de escribir y entender expresiones algebraicas surgidas de la manipulación del material o al dictado.
  • Facultar al alumnado en la deducción, escritura y comprensión de las expresiones aritméticas que surjan de la manipulación del material o del dictado.
  • Realizar sencillos automatismos y saber expresarlos por escrito con claridad.

Los alumnos a veces hacen juicios y cuestionan la forma de trabajar de un profesor, bien porque en ese momento no se sabe valorar ni los procedimientos ni se conocen en profundidad los objetivos que esta forma de trabajar pretende, ni por supuesto, lo que se persigue o trata de fomentar con ella. No obstante es un deber para el profesor y una necesidad tanto para el profesor como para los alumnos el que se dé a conocer lo que pretendemos con nuestra actitud ante la asignatura y ante la forma de trabajarla. Otro cantar será el que los alumnos entiendan en el presente lo que en un futuro sin lugar a dudas comprenderán con mayor claridad.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

¿Señales de tráfico en Naturales? Ciencias de la Naturaleza. Recursos y estrategias.












La asignatura de Naturales o de ciencias de la Naturaleza, como su nombre indica es una asignatura de ciencias.

Cuando nos iniciamos en ella no nos podemos imaginar que al trabajar esta asignatura nos encontraremos solucionando problemas, hallando fórmulas dentarias, realizando experimentos en un laboratorio, observando al microscopio, transformando unas unidades en otras, formulando, ajustando reacciones...etc.

Es tan amplia que los alumnos que comienzan, ni tan siquiera intuyen el abanico de disciplinas que se aglutinan en esta asignatura. Baste citar que entran a formar parte de ella disciplinas como: la Biología, Zoología, Física, Química, Ecología, Geología, Acústica, Termología... etc.

Al ser una asignatura de ciencias, constantemente necesitamos de las matemáticas para poder llegar a trabajarla en profundidad. Hay veces que tenemos que emplear fórmulas y despejar de ellas incógnitas que necesitamos conocer para resolver determinadas cuestiones que durante el desarrollo del programa se nos plantea y para las que requerimos conocimientos matemáticos a ese nivel que los alumnos no tienen en ese momento.

La mayoría de las veces el fallo en cuanto a conocimientos matemáticos previos de los alumnos, se debe a que éstos, o no han llegado a ellos o están próximos a alcanzarlos; otras veces estas deficiencias son debidas a que ciertos alumnos olvidan o no tienen muy claro lo que han trabajado con alfileres para salir puntualmente del paso en un momento dado.

La solución no está en esperar que nuestros alumnos alcancen estos conocimientos, ni en quejarnos de la poca preparación con que nos llegan. Tampoco podemos desde nuestra asignatura atender todos los frentes o rellenar lagunas. Los docentes tenemos recursos y estrategias para casi todo y por ello utilizamos los que se conocen con el nombre de: “señales de tráfico” como puedes observar en las ilustraciones que aparecen como encabezado en este artículo.

Una vez despejadas cada una de estas magnitudes podremos definirlas. De esta forma, interpretando la expresión algebraica de cada magnitud despejada, los alumnos podrán expresar su significado con bastante exactitud. Así dirán sobre el espacio que:

Espacio es la distancia que tiene que recorrer un móvil.

También llegarán a definir la velocidad.

Velocidad es el espacio recorrido por un móvil en la unidad de tiempo. Es la relación que existe entre el espacio recorrido por un móvil y el tiempo empleado en recorrerlo
Podrán también hacer conjeturas y llegar a razonamientos sobre estas magnitudes como: La velocidad o rapidez depende de la distancia recorrida (espacio) y el tiempo empleado en recorrerla.

Por último definirán la magnitud tiempo como:

Tiempo: Es lo que dura un movimiento; lo que tarda un móvil en un desplazamiento.

Sin lugar a dudas los alumnos terminarán por definir y expresar sin dificultades cuestiones que el hombre se planteó en épocas precedentes de la historia y tuvo que obviar.

Sin tener los conocimientos matemáticos que requieren estos despejes y utilizando éste como otros recursos, previa una pequeña explicación para andar por casa, los alumnos con bastante facilidad podrán resolver problemas sencillos y no interrumpirse o cercenar así por este motivo la programación de la asignatura con la consabida muletilla de: “En otro curso, o más adelante podremos trabajar este tema con mayor profundidad ya que nos faltan conocimientos para poder entenderlo.”



sábado, 1 de diciembre de 2007

¿Música en Mairena del Aljarafe en un Colegio Público?









"Mi agradecimiento al claustro de profesores del que tuve la fortuna de formar parte y que adelantándose a su tiempo permitió la instauración de la asignatura de música en el “Colegio Público Guadalquivir” en la primera mitad de la década de los 80. Hago extensivo este agradecimiento al Ayuntamiento y en especial a la Concejalía de Educación por su apoyo y aliento que puso en manos de los alumnos un material que les hizo más felices y sin el cual no hubiese sido posible la labor tal como se llevó."

Se cumplieron 25 años yo diría que de labor incansable y asistí a esa celebración, a ese reencuentro entrañable entre profesores y alumnos y lamento no haber encontrado en su día la documentación suficiente para aportar otro grano de arena más para así ayudar a contar la historia de este Colegio. Para algunos como yo, “Colegio Público Guadalquivir” hoy día, “Centro de Educación Infantil y Primaria Guadalquivir”

Dos años después de esta celebración, en el sosiego de la jubilación he encontrado material y recordado algunas de la muchas cosas que sucedieron y pido excusas si al contarlo desde mi óptica sumerjo en el olvido actuaciones loables de compañeros que sin lugar a dudas participaron activamente en consejos de Dirección, claustros interminables, reuniones de nivel y de etapa, talleres, mientras atendíamos al desarrollo normal de las asignaturas del currículo, que simultaneábamos con la preparación para participar con nuestras respectivas clases en la fiesta de Navidad, la del Carnaval, el día de Andalucía, la fiesta del libro, la fiesta de la primavera, la fiesta fin de curso y encima aunque suene a chanza, innovábamos cada uno en nuestras clases dentro de las asignaturas que impartíamos repartiendo entre otras cosas, mucho cariño, una gran dedicación y una fe inquebrantable que nos daba no se de donde las energías necesarias para llevar a buen fin todo este entramado.

Desde mi óptica contaré lo que con más intensidad viví en primera persona y os describiré o más bien haré una aproximación de como eran mis clases.

Si, fuimos el primer Colegio de la Zona en el que se impartió música en aquellos años y aunque no en todas las aulas por imposibilidad horaria, si se abarcó en un primer intento a los cursos de segunda etapa; los consabidos 6º, 7º y 8º de la extinta E.G.B. Mas tarde fuimos abriendo el abanico y los quintos, cuartos, terceros y segundos fueron añadidos a esta experiencia.

Se dio la paradoja de que a pesar de ser el primer Colegio de la Zona en impartir esta asignatura fue el último en conseguir la habilitación para dar música y por supuesto donde más tarde en lo que a tiempo se refiere, ya no pertenecía a él, cuando se procedió a crear la plaza de profesor especialista en esta disciplina.

Yo que tantas horas invertí en esta labor no tuve la dicha de ser considerado el profesor de música de ese Centro con carácter oficial. Sin embargo, conté en aquellas fechas con el beneplácito de todos los compañeros y de la comunidad educativa y por acuerdo del Claustro comencé a trabajar con los alumnos esta asignatura.

A pesar de mis ruidosas clases en el horario lectivo, trabajando unas veces con los instrumentos corporales e inundando el ambiente de golpes en las mesas, frotis de manos, palmadas, pitos, patadas contra el suelo… Otras, utilizando también la pequeña y mediana percusión: golpeando claves y cajas chinas, agitando maracas, sistros, trabajando con la caja, bombo, bongoes en las polirritmias y sobre todo cuando después de las lecturas medidas, los alumnos entonaban la lección a viva voz o incidíamos sobre la independencia de las mismas en cannon y terminábamos con la flauta, ningún compañero puso el grito en el cielo o manifestó su malestar a pesar de los pitidos que surgían a veces de las 33 o mas flautas que podían sonar en una clase.

Si se quejaban por la reciente demostración de los buenos pulmones de que los alumnos habían hecho gala, o de los repiqueteos rítmicos que afectaban mucho más a las aulas del piso inferior, estas quejas eran en un tono de cordialidad, de buen saber estar y mucha sorna cuando en plan de guasa alguno de los más afectados o de los menos, tiraba píldoras contra estas clases que por ruidosas y bullangueras a este tipo de bromas, en los descansos entre los “profes”, se prestaban. También cómo no, debo hacer alusión al cuartito de los instrumentos, pequeña estancia de unos tres metros cuadrados, en el que se guardaban todos éstos además de los atriles, juegos de flautas, baquetas, mazos de repuestos, las carpetas de las partituras, material para la construcción de instrumentos... etc. del que me sentía orgulloso y en alguna ocasión había mostrado a quienes de fuera se interesaban por lo que con respecto a esta disciplina se hacía en el colegio y que también entraba a formar parte de los ya mencionados comentarios jocosos.

Con una actitud cariñosa y comprensiva, mis compañeros, soportaban estar en un aula próxima, sabiendo lo que les caía encima, comprendiendo y aceptando el barullo, la escandalera. Si algunos por suerte o mas bien por mala suerte en la confección del horario durante todo un curso caían al lado pared con pared o sólo separados por el escaso metro y medio del pasillo o por qué no en el piso inferior separándonos solo el suelo que pisábamos que es techo que cubre a los de abajo, podían alegrarse cuando el programa que había que impartir no hacía la clase tan bulliciosa ya que tocaba ese día, control, audición musical o bien taller de construcción de instrumentos. ¡Menos mal que por regla general era una clase a la semana!

Los alumnos construían instrumentos musicales que más tarde exponían en algunas de las celebraciones sobre todo en la fiesta fin de curso. Estos instrumentos se guiaban en las clases y se terminaban en casa con elementos muchos de ellos de desecho. Entre estos, estaban los claves, sistros, pitos de carnaval, flautas traveseras, flautas de pico, liras, simarras o concertinos, Râbabs, Flautas de balsas o Siku, Kenas, cajas rítmicas…etc.

Cuando se introducía nuevas figuraciones, nuevo temario con una nueva lección, que se estudiaba trabajando el esquema rítmico, pasando después por la lectura medida y entonada hasta ejecutarla a la flauta, que por complicada para el alumnado en ese momento teníamos que repetir hasta la saciedad para dominarla a la vez que desarrollábamos entre otras cosas, el esquema corporal, la lateralidad, el sentido rítmico, la atención, el conocimiento sobre la notación musical, la lectura medida... etc. Estoicamente me aguantaban.

El repertorio para la orquesta Orff del Colegio, o de nuestro consor de flautas a cuatro voces se trabajaba casi diariamente y para que los alumnos que participaban se estimularan, lo ensayábamos con fines específicos: para actuar cara al público, en otros Centros, en las comuniones de la Parroquia, en el Centro Cívico o en las fiestas que a lo largo del curso por uno u otro motivo se celebraban. Musicalizábamos pequeñas obras de teatro, comparsas o murgas de carnaval… tal era la actividad y con tal agrado los alumnos la realizaban, que sin forzarlos hasta acudían en los recreos.

Doy las gracias a las madres y padres de alumnos que colaboraron en los desplazamientos que efectuó nuestro consor de flauta a cuatro voces para efectuar demostraciones en los cursos de perfeccionamiento del profesorado celebrados en Centros de las localidades de Pilas y Umbrete. También tuvimos la inestimable ayuda de algunos padres en las actuaciones de la orquesta del Colegio no sólo en el propio Centro sino, en salones de actos de Centros de la localidad y de localidades próximas como: San Juan de Aznalfarache o de la propia zona como el colegio del Valle, Escuela Maternal e Infantil de Mairena del Aljarafe, Parroquia del Espíritu Santo y Centro Cívico.

De este modo íbamos enriqueciéndonos y enriqueciendo el repertorio con títulos para la orquesta Orff como: Chevalier de la Table Ronde, Barcarola de los cuentos de Hoffmann, El Ballet del Alforfón… villancicos como: Noche de paz, 25 de Diciembre, El tamborilero, Fum Fum Fum, Rin Rin… Himno de Andalucía, Sevillanas del siglo XVIII, Sevillanas de la autonomía… y canciones populares como La farola, los cuatro muleros … etc. Para nuestro consor de flautas a cuatro voces también trabajábamos y ampliábamos nuestro repertorio con piezas de Juan del Encina como: Más vale trocar y otras como: Mountanyes de Canigó, Marchas alemanas… etc.

Cuando se aproximaba el día del debut, a los ensayos generales que por norma tenían lugar en el salón de actos con toda la orquesta o en uno de los laboratorios durante los recreos cuando del consor de flauta se trataba, acudían los alumnos ilusionados, sintiéndose importantes, protagonistas, sabedores que con su aportación engrandecían la fiesta colaborando al buen desarrollo de la misma. ¡Qué lucha para que se reintegraran a sus clases sin retraso por culpa de los ensayos! ¡Qué previsión para tener todo en orden en el salón de actos y realizarlos sin pérdida de tiempo en el que tenían una gran importancia los encargados! Y ¡Qué rapidez recogiendo y metiéndolo todo en el cuartito de los instrumentos! Repetíamos a nivel general y al completo lo que en las clases trabajamos frase por frase y cuerda por cuerda. Aquí sonaban todos; las flautas sopranos y contraltos, las tenores y las bajas, los teclados, acordeones y como acompañamiento, unas veces utilizando mazos duros y otras a requerimiento del pasaje los mazos blandos. De esta forma, los alumnos que los ejecutaban, recorrían las placas de metal y madera de carillones, metalófonos y xilófonos, que desde el bajo hasta el soprano, con sus arpegios, armonizaban las melodías.

Trabajábamos tanto piezas antiguas como canciones populares y algunas totalmente desconocidas, compuestas expresamente para el momento, para esa fiesta que en el Centro o en la Localidad, se iba a celebrar.

Creo que sin decírmelo, mis compañeros en cierto modo apreciaban y echaban en falta, si por cualquier causa este barullo algún día les faltaba.

En fechas más cercanas a este escrito, visité el Centro y comprobé que había algunos instrumentos construidos por los niños decorando el colegio y una de las que fue alumna por aquellos años, era la profesora de música de ese Centro.

P. D: Todos los que trabajamos en el Colegio tenemos y podemos contar anécdotas y experiencias que hemos vivido a lo largo de los años. Curso escolar a curso escolar, día a día, hemos sido espectadores y protagonistas de un cúmulo de hechos que han contribuido a la formación de muchos y a la nuestra. Desde aquí os animo a contar todo lo que de una forma u otra nos ayudó a ser mejores para así con nuestra participación, avivar los recuerdos y de esta forma rellenar las lagunas que existen aún en la historia de nuestro Colegio.

lunes, 26 de noviembre de 2007

Escaleras en matemáticas. Conceptos de "mayor que" y "menor que"




Para facilitar el aprendizaje, evitar la monotonía del uso exclusivo del cuaderno, lápiz o bolígrafo, introducir la manipulación de un material con el que construir y realizar deducciones lógicas por comparación y hacer hincapié sobre ciertos aspectos de la matemática a la vez que dar a las clases una participación más activa y dinámica, surge el empleo del material didáctico conocido con el nombre de los números Cuisenaire, números en color, vulgarmente llamado “regletas”.

Dependiendo de la edad, si los alumnos son muy pequeños, nunca se pondrá a su disposición una caja de regletas completa, iniciaremos nuestro trabajo en sesiones cortas. Unas dirigidas y otras libres. La utilización así como la frecuencia de este tipo de sesiones dependerán del “grupo-clase” y de la actitud que éste tenga. Habrá grupos que por sus características no podremos dejarlos manipular libremente el material ya que en algunos de ellos por falta de madurez, por poca responsabilidad o por fragilidad de atención entre otras, las pérdidas de tiempo son constantes. No se pueden aplicar en todos los grupos los mismos recursos y estrategias, lo que en unos va estupendamente, en otros no funciona. No existen leyes universales aplicables a todos los grupos.

Con este material, desde edades muy tempranas podremos discriminar colores y longitudes, memorizarlos por orden de menor a mayor longitud o viceversa; realizar estas memorizaciones de una en una, de dos en dos, de tres en tres, en un sentido o en otro. Comparar unas regletas con otras y con la regleta unidad, descomponer mentalmente la longitud de un color en la suma de varios, trabajar y madurar todo esto necesitará un cierto tiempo y nos llevará a la asimilación de nuevos conceptos que iremos afianzando mientras realizamos distintos tipos de construcciones; simples en un principio y complicadas más tarde. Construiremos escaleras como aparece en las ilustraciones y asimilaremos con ellas los conceptos de “mayor que” y “menor que”.

Hoy día con la recreación virtual por ordenador podemos trabajar en un soporte nuevo y realizar infinidad de ejercicios con los que adquirir los conocimientos y conceptos matemáticos sin la problemática que plantea el material real de pérdida de tiempo en lo que se refiere a la recogida y ordenación de todas la piezas después de haber trabajado con él.

Los conceptos adquiridos con la manipulación de las regletas, deberemos expresarlos por escrito en nuestro cuaderno con la inicial del color de cada regleta. Con posterioridad llegaremos a escribir el valor numérico en blancas que tiene cada una de ellas comenzando a efectuar sencillas operaciones como puede verse en las ilustraciones de este artículo. Las normas sobre como realizar estos ejercicios, y su expresión escrita en el cuaderno habrá tenido que ser pormenorizada y explicada a los alumnos con anterioridad

martes, 20 de noviembre de 2007

¿Material?...¿Tutorías?...¿Normas generales del Centro?...¿Normas de clase?



Antes de dar a un grupo de alumnos un material para trabajar aspectos concretos de una materia o asignatura, previamente tendremos que ofrecerles unas razones que aclaren su utilidad, otras que justifiquen la finalidad de su existencia y por último también unas pautas para trabajar con él. Deberemos explicar a los alumnos con independencia de la edad en que comencemos a manejarlo el “por qué”, el “para qué” y “por qué en ese momento” nada debe imponerse a la fuerza.
Les presentaremos el material y con un sencillo ¿Qué os parece si….? Invitaremos a los alumnos a formular unas normas para su utilización antes de entrar en contacto directo con él y proceder a su manipulación. Estas normas deben surgir de los propios alumnos, confeccionarse con la participación de toda la clase y perfeccionarse con el uso. Moderaremos y dedicaremos al principio sin prisas el tiempo que sea necesario para este menester; ya que al surgir de ellos la normativa que va a implantarse en la clase, tendrá mucha mas efectividad que si la impone el profesor. Lo que parece una perdida de tiempo en un principio después se traducirá en un gran avance a pesar de las revisiones.
Una vez aprobadas estas normas y puestas en práctica deberemos revisarlas constantemente y ver que tal funcionan. Semanalmente sería un periodo ideal para revisarlas. Esta revisión tendría lugar en la clase de tutoría después de la reunión de nivel en la que el tutor habrá sido informado por el resto del profesorado que entra en ese aula, de la marcha e incidencias en las distintas asignaturas.
Sólo se revisará la marcha de un grupo-clase y siempre al final de la clase de cualquier asignatura por cualquier profesor que no sea el tutor, dedicándole a lo sumo de 10 a 15 minutos cuando haya una razón de peso que así lo aconseje. Ningún profesor actuará en su clase de forma que deje obsoleta la clase de tutoría.
Todos los profesores que entren en el aula deberán cumplir y hacer cumplir las normas generales a nivel de Centro o a nivel de clase y las específicas de su asignatura dependiendo de las características concretas del material que se vaya a usar.
La familia debe ser conocedora de las normas generales del Centro para que así incidan desde casa en los aspectos fundamentales de la educación de sus hijos.
La diferencia de criterios y aplicación de normas distintas, así como nuestra actitud ante determinados comportamientos sin ajustarse a un denominador común por parte de los profesores que entran en un aula, perjudica claramente al grupo-clase y a la relación de éste con los docentes. Extrapolando el párrafo anterior a toda la comunidad educativa hay que decir que si entre el Centro con su claustro de profesores, los Ayuntamientos, los alumnos y la familia no existe la empatía que demanda el proceso educativo, se perjudica claramente la relación de éstos con los docentes y el Centro.
Sería muy importante que todo lo referente a las normas fuera revisado por el tutor en la clase de tutoría de acuerdo con el resto de profesores. De estas revisiones en las que el grupo-clase analiza el funcionamiento y en las que se suprimen normas por obsoletas o bien se llega al estudio de sanciones por el incumplimiento de las mismas, depende el buen funcionamiento de la clase.
Si existe unidad de criterio en el profesorado, se valora lo que los alumnos deciden para la buena marcha de la clase en su justa medida y se actúa en consecuencia, afianzaremos más la seriedad del proceso.
Como profesores, tenemos que sacrificar esa predisposición a cumplir la programación por encima de todo, característica en la mayoría de los casos “del profesor de la asignatura”, que no nos ayuda nada a impartirla sino más bien a crear tensión y ansiedad tanto en el propio profesor como en el alumnado. Del no voy a llegar, al tengo que darles hoy, o bien: deberíamos haber trabajado... o el… nos queda sólo tanto para… no vamos a sacar absolutamente nada. A nuestro pesar deberemos tratar de cambiarnos el Chip pues antes que profesores de cualquier materia deberemos ser “EDUCADORES” y tener presente que nuestra misión es formar e informar. Todos y no sólo el tutor deberemos ser los que trabajemos en este sentido, de esta forma conseguiremos que no halla “asignaturas Marías”, que todas ocupen un lugar importante en la formación del alumnado.
Una vez recorrido este camino previo, indispensable, podremos dar clase de la asignatura que sea, usar adecuadamente el material que hallamos elegido logrando que la enseñanza de cualquiera de ellas, sea más dinámica, mas participativa, más activa.

martes, 13 de noviembre de 2007

¿Saudades?... ¿Añoranzas?...

Fuimos tres los que cruzamos las dos rotondas, una de las cuales, la más grande, parte la carretera que de San Juan te lleva hacia Mairena, dejando a la izquierda según se va, a un Colegio y a la derecha frente por frente a éste, a dos Institutos.
Mi "Primo" (Pepe el “dire”) Pedro (otro compañero) y yo, marchamos desde Ciudad Aljarafe a Cavaleri; dos barriadas próximas, dos enclaves habitados. De un Colegio de básica "El Guadalquivir" a un reciente y transformado Instituto de Secundaria, otrora también Colegio, hoy día y desde ese instante, cumplida ya una década, "Instituto de Secundaria Cavaleri".
Eran tiempos de cambios, de ajustes y no se ellos, pero yo, abandoné las aulas en las que durante muchos años había impartido clases, sin huir de nada ni de nadie intuyendo que mi sitio estaba en frente ya que se reducían dos cursos de la extinta E.G.B, séptimo y octavo de los que yo tenía el mayor número de horas en mi horario y se creaban otros dos, 1º y 2º con una equivalencia de contenidos aunque con diferente clima, en la nueva E.S.O.
Abandoné esas aulas donde yo era feliz y me sentía querido, donde no sólo en el horario escolar se trabajaba y en donde machacaba con los alumnos una y otra vez hasta montar con los instrumentos de que disponía lo que en un principio parecía imposible y que después cuando actuábamos sonaba.
En fin, crucé la carretera con mis dos compañeros y también fui feliz, no eché en falta el calor que hasta entonces sentí, no se sí por lo exiguo del viaje, porque no lo hice sólo, quizás porque sabía que ellos, aquellos que dejé, estaban cerca. Quizás no eché en falta ese calor por lo de novedad que era el encontrarte con otros compañeros, por lo de modelar, crear las bases de actuación, de convivencia, la nueva línea de trabajo que requería aquel nuevo alumnado que nos llegaba de otros colegios de la zona.
Después de haber retrasado un curso el cruce al otro lado, por no abandonar a alumnos a los que conocíamos y finalizar con ellos un proyecto, por fin cruzamos sin mirar atrás, sin demorar más nuestra labor, hacia ese nuevo Centro. En ese Instituto iniciamos una nueva andadura junto con nuevos compañeros con los que compartimos, en el día a día las muchas experiencias ante dificultades que en el trabajo se iban sucediendo, ya que no todo es jauja, ni es tan sencillo, ni fácil de aplicar en la enseñanza.





domingo, 11 de noviembre de 2007

Los números en color. Las regletas Cuisenaire



Desde pequeños , desde que estamos en preescolar, podemos acceder a la verdadera matemática a través de los números en color. Comenzamos en un principio por conocer y manipular un número exiguo y determinado de regletas de cada color, cinco como máximo y de tres o cuatro colores distintos o longitudes. Realizamos una serie de construcciones sobre la superficie de la mesa, o en un rincón expreso de la clase en el que tumbados sobre la alfombra unas veces como actividad libre y otras dirigidas estamos de un modo intuitivo adquiriendo conocimientos. Las sesiones dedicadas a ello, son cortas; y en ellas manipulamos el material aprendiendo sobre todo a ser ordenados, a recogerlo, a compartir en el repartir y en el recoger, a ayudarnos unos a otros dentro del grupo en estas tareas, a responsabilizarnos individualmente y como grupo de ese material.
Trabajamos aspectos que nos harán más responsables y educados. El ser ordenados, mimar y cuidar el material, revisarlo y controlarlo antes de dejarlo en el recipiente preparado al efecto después de haber jugado con él al terminar cada sesión no es perder el tiempo en el colegio.
Realizamos trenes del mismo color y de distinto. Construimos escaleras y las interpretamos al principio de un modo intuitivo, mas tarde las plasmamos en un papel. Desarrollamos la idea de número y comenzamos a contar titubeantes y a escribir lo que contamos, al principio tabulando con palitos y mas tarde con el dígito apropiado. Completamos superficies de distintos tamaños y formas con un número determinado de regletas y colores sin que nos sobre ni falte alguna, y con el tiempo, llegamos a la construcción de pequeños mosaicos que interpretamos hasta elaborar sencillas expresiones matemáticas como aparecen en el escrito.
Estamos en realidad, trabajando expresiones aritméticas y algebraicas sin saberlo y sin conocer lo que es un número, por comparación con los dedos de una de nuestras manitas, contamos las regletas que tenemos cada uno y sin que falte ni sobre alguna de ellas las guardamos hasta la próxima sesión.
Sorprendemos a nuestros mayores, provocando el grito de nuestras abuelas que con incontenible satisfacción se maravillan de lo listo que es su nieto/a, al haber éstas, dedicado su vida con intensidad a otros campos lejanos al educativo. En estos momentos, por afinidad al proceso educativo que viven con su nieto y encontrarse mas cercanas, manifiestan su sorpresa al verlos realizar algunas cosas que ellas con su edad no eran capaces, achacándolo a la época y no llegando a entender lo natural del mismo. Conciben como milagro, lo que no son más que resultados lógicos ya que no entran en los ocultos recovecos, recursos metodológicos y estrategias que tiene la educación y que los docentes manejan para la transmisión de conocimientos, para el aprendizaje, en definitiva en la enseñanza.

Quizás.


Quizás como docentes, sin ir más lejos, nos ha faltado profundizar esperanzados y con tesón en una serie de recursos y estrategias que bien utilizadas en el día a día, habrían llenado de alegría nuestro ser y transmitido en derredor un halo de buen hacer, de trabajo compartido, de grato aprendizaje, que habrían hecho nuestras clases más amenas y atractivas para el alumno.
Quizás, por qué no, nos hemos decidido por unas, empezado a utilizarlas y de pronto, al sentirnos solos, aislados, tal como ese día emprendimos la aventura, otro, la abandonamos sin más, sin insistir, apenas sin dolor, a las primeras dificultades.
Quizás es que hemos ido mariposeando en esto y aquello, libando aquí y allá, sin digerir bien el dulce néctar que cada flor metodológica contenía y ante la inmensa oferta que en los distintos cursos formativos nos ofrecían, hemos pasado a otra flor que al aplicarla por novedad más que por convicción profunda, destruimos sin más, lo que su autor tras una vida dedicada a investigar perseguía.
Quizás también hemos caído en la inconstancia, en la comodidad y todo en lo que de relajante y frívolo nos ofrece la sociedad de la que somos parte y no la hemos ayudado a levantarse ni tan siquiera en el entorno en el que como pez en la pecera nadamos sin preocuparnos de otra cosa mas que de flotar.
Quizás, ni la sociedad esté tan caída, ni vaya todo tan mal como en algún momento hemos pensado, ni el paisaje sea tan gris y desolado como la foto que ilustra este escrito.

viernes, 9 de noviembre de 2007

Juegos de iniciación musical.


Para iniciar en la música a los más pequeñines, lo primero es crear por parte del profesor un tono cálido de comunicación en la clase, una predisposición por parte de los alumnos hacia lo que se va a realizar y un clima envolvente, en el que un fondo musical con unos temas apropiados en un tono muy suave, casi inaudible, los invite a estar relajados y atentos. Nada de gritos, carreras y voces, el tono tanto de profesor como alumnos debe ser mesurado, cordial, afectuoso y las llamadas de atención, previo el silencio.
Sería muy importante tener a nuestra disposición, por lo que de novedoso y motivante tiene para el niño el salir de su espacio clase a un nuevo espacio donde va a encontrar cada vez que lo visite, una oferta variada y atrayente del material, con una disposición nueva cada día, totalmente distinta a lo que es habitual. El niño/a va a entrar en un espacio amplio en el que puede desenvolverse e interaccionar con sus compañeros en los juegos y actividades para ampliar sus conocimientos. En fin: Un espacio donde podrá educarse en la materia y realizar unas tareas complementarias unas veces totalmente libres y otras dirigidas para reforzar e investigar sobre los contenidos que de un modo mas tradicional trabaja y realiza diariamente en el aula con su profesor.
Si en cada uno de los Centros hubiera unos espacios destinados con exclusividad a las diversas materias que integran el currículo atendidos por especialistas completamente coordinados con las programaciones de las distintas aulas, y dichas aulas tuvieran una ratio que no sobrepasara los 16 alumnos y hubiese una rotación de los grupos por estos espacios como visitantes activos unas dos veces por semana en módulos fijos dentro del horario escolar, estaríamos hablando de una educación en un país con una fuerte inversión en personal y medios dentro del panorama de la educación en el que el mimo, el aprovechamiento y buen uso del material, la abundancia y variada gama del mismo, la calidad y amenidad de las programaciones por lo de lúdico y cercano a los intereses del niño entre otras características, serían las notas destacables entre otras en este sistema educativo.
Para llegar a ello, uno de los espacios que desde aquí reivindico sería un aula de música en todos los Centros, a la que deberíamos acudir al menos una o dos veces por semana y a la que tuvieran acceso todos los grupos de cada Centro, para dentro de ella y como estímulo, trabajar y preparar su participación como grupo-clase, en las fiestas que a nivel general se realizan en todos y cada uno de los Centros por variados motivos. Entre ellas caben destacar: la de final de trimestre, las del Carnaval, la fiesta de la primavera, la fiesta fin de curso... etc. Paralelamente en esta aula se podrían realizar una amplia gama de actividades y juegos para iniciar a todos los alumnos partiendo de distintos niveles, y dedicándoles módulos horarios a los más pequeños en esta materia.
Comenzaríamos la enseñanza de la música por los juegos de iniciación musical entre los que podemos encontrar los de discriminación sonora empezando por el propio entorno donde se encuentra el niño; es decir:

- Reconocimiento de sonidos de la naturaleza.
- Reconocimiento de sonidos típicos de la ciudad, del pueblo, de la calle o plaza donde se encuentra el Centro...
- Distinguir entre sonidos y ruidos.
- Reconocer y observar sonidos de dentro o de fuera del recinto que ocupamos.....

Después de ésto, entraríamos en los juegos tímbricos entre los que podríamos destacar:

- Reconocimiento de las voces de los compañeros.
- Reconocimiento de objetos y animales por su timbre o por su voz.
- Reconocimiento de los distintos instrumentos de percusión.
- Distinguir las familias de instrumentos (viento, cuerda, percusión... )
- Distinguir los integrantes de cada familia de instrumentos por su timbre.

La realización de estos ejercicios se puede hacer de diferentes formas: mediante el reparto de láminas donde aparecen dibujados los objetos, animales e instrumentos y que el niño debe colorear al escucharlos. Recortando los instrumentos y construyendo collage con las escenas que a él le sugieren la secuencia de sonidos, dirigiéndose con los ojos tapados al lugar o rincón de la clase de donde te llega el sonido del instrumento que otro compañero hace sonar a intervalos a indicaciones del profesor... etc.

Los juegos de tono o altura entrarían a formar parte de un tercer apartado:

- Reconocimiento de graves y agudos, memorización de la secuencia y ejecución.
- Reconocimiento de graves agudos y medios, memorización de la secuencia y ejecución.
- Reconocimiento de glissandos ascendentes y descendentes, memorización y ejecución.
- Reconocimiento de graves, agudos, medios y glissandos, memorización y ejecución.

Todos estos ejercicios se realizan al dictado comenzando con secuencias sonoras de cuatro sonidos a las que seguirán las de 6 y 8 .... etc. sonidos.

En el cuarto apartado realizaríamos los llamados ejercicios de eco.

- Ejercicios de eco rítmicos
- Ejercicios de eco melódicos.

Con todos estos ejercicios, el niño/a no necesita leer música en un principio sólo se dedica a imitar al profesor. Trabajamos la memoria, la psicomotricidad, la lateralidad y el esquema corporal. Paralelamente iremos introduciendo el estudio de los sonidos; es decir, los conocimientos lectográficos con la gestáltica quironómica.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Las naturales y la comprensión lectora.





Al adquirir un libro de naturales como de cualquier otra asignatura necesitamos conocer e interpretar previamente el código en el que se ha almacenado la información que visualizamos para poder descifrarla. El niño al igual que el adulto, recoge y almacena información sobre el medio en el que juega y se desenvuelve; a través de sus sentidos y con la ayuda de una serie de soportes a lo largo de las distintas etapas, investiga todo lo que le rodea.
El soporte más común de los soportes es el aire que respiramos y que a parte de transmitir las vibraciones para que podamos comunicarnos, permite se realicen una serie de reacciones en nuestros organismos para que permanezcamos en este mundo como seres vivos por excelencia con apetencias de saber entre otras apetencias. Estos soportes, han ido surgiendo en nuestra sociedad de consumo con fuerza y cada vez con una vida más efímera, ya que tal como aparecen y son comercializados, la mayoría de las veces, fenecen con gran rapidez y son sustituidos por otros más modernos. Cada nuevo soporte presenta propiedades y características impensables en el tiempo anterior y con una mayor capacidad de almacenamiento. Son fruto de una tecnología más avanzada, sirviendo para almacenar en unos casos, y transmitir mediante equipos apropiados, la inmensa información que guardan.
Esta gama, cada vez mas amplia ha ido desde, el papiro pasando por el papel, al fonógrafo de Edison, al disco de pizarra, al disco de vinilo, a la cinta magnetofónica, al cassette, al disco compacto... Toda esta cantidad de soportes para el almacenamiento y la difusión del conocimiento deben ser manipulados por individuos preparados que sean capaces de descifrar los códigos en los que estos conocimientos han sido almacenados y comprender sin esfuerzo todo lo que nos pueden transmitir.
Es necesario que desde la escuela se ejercite al niño/a en el conocimiento de códigos. Los códigos mas importantes y en los que se basa la difusión de todas las materias son la lengua y las matemáticas. Mediante el lenguaje oral o escrito y los códigos numéricos se transmite el conocimiento.
Es importante trabajar en el soporte papel, la lectura comprensiva y los automatismos matemáticos para así, empleando el intelecto, profundicemos en nuestro propio conocimiento como en el del medio que nos rodea educándonos a la vez que satisfacemos nuestras necesidades en el campo del saber. Todos estos conocimientos y el empleo de la razón nos harán ser mas tolerantes y participativos, nos ayudarán a relacionarnos con los demás, y como seres inteligentes, nos llevarán a analizar y poder discriminar tomando todo aquello que nos es útil y necesario para ser mas felices e impulsándonos a desechar aquello que nos envilece y nos hace ser menos persona.

lunes, 5 de noviembre de 2007

Evocando a Generoso; el conserje del Colegio.


No se si tenía uno o dos perros. Creo que eran dos. Nunca me los presentó; al igual que a mí, creo que no se los mostraba a nadie. El caso era que cuando el último alumno abandonaba el colegio y mas tarde el Director, Jefe de estudios, Secretario, o algún profesor que se quedaba rezagado se despedía con el consabido ¡Hasta mañana Generoso! Una leve sonrisa acompañada de un hasta mañana con una voz suave, tenue, de timbre oboeizado en un registro medio salía de aquel cuerpo de estatura media mas bien baja, oyéndose a renglón seguido, como una de las hojas de la última cancela de hierro que quedaba por cerrar, golpeaba contra la otra, vibrando todos los barrotes en un trémolo prolongado; y de seguido, rechinaba en su inicio el cerrojo deslizándose suavemente por la parte engrasada hasta finalizar su recorrido en un golpe seco. Luego, el ronroneo del motor de nuestro coche nos envolvía y protagonizaba junto con el locutor de la emisora de radio sintonizada y los temas musicales de actualidad nuestra vuelta a casa.
Si la despedida había sido por la tarde, después de finalizar las actividades extraescolares y si nos iba invadiendo el crepúsculo o ya nos tenía según la época del curso sumidos en una total oscuridad rota a retazos por la tenue luz de las farolas, soltaba a los perros y desaparecía engullido por la pequeña puerta que daba acceso a su vivienda situada a la izquierda de la amplia cristalera que nos introducía en las diversas dependencias del Colegio al abrigo del porche de la puerta principal.
La cristalera daba a un ancho pasillo o distribuidor encontrándote en la pared, de frente, los tablones de anuncios que se hallaban flanqueados por dos escaleras laterales por las que se llegaba a los laboratorios y aulas que se ubicaban en las dos plantas superiores.
Nunca tuvimos problemas de robos o asaltos a las aulas. Una vez cerradas las cancelas y sueltos los perros, nadie se atrevía a entrar en el colegio. Si algún profesor olvidaba algo, aunque tuviese llave, le daba una voz. ¡Generoso! y allá que aparecía él, recogía a los canes y te franqueaba la entrada.
Generoso, era un hombre más bien callado. Hablaba poco. No era sólo el conserje, era el mantenedor del edificio. No había persiana rota que él no arreglara, cisterna de los servicios que fuera de control nos inundara, puerta que no funcionara, cerradura que no reparara, grifo que se saliera... encerado en mal estado que no pintara, desconchón en la pared que no tapara... en fin: gracias Generoso por haber cuidado de que todo estuviera en buen estado a pesar del poco cuido que teníamos casi todos los que usábamos las distintas instalaciones del Colegio.
Allá donde estés, una y mil veces gracias, Generoso.

domingo, 4 de noviembre de 2007

Jerarquización y orden en matemáticas





Es muy interesante para los niños que desde pequeños se les inculque la necesidad de presentar sus cuadernos ordenados y limpios. Seguir un orden en la realización de sus tareas, expresar por escrito las operaciones indicadas, recuadrar el resultado, realizar las operaciones o cuentas pertinentes debajo de las expresiones aritméticas indicadas es una buena forma de aprender.
Trabajar la materia desde un principio en cuadernos de cuadrícula grande, acostumbrarse a meter cada número y signo de la expresión matemática en su cuadrícula correspondiente, no es ninguna tontería. Es empezar a educar en el orden y limpieza, es estimular el grado de atención del niño, es someterlo a una disciplina, en concreto es inculcar en él una serie de valores que le servirán a lo largo de toda su vida.
Dar pautas para ordenar muchas veces el atropellado fluir de ideas ante el reto que supone el enunciado de un problema, o por el contrario tratar de llevar a ciertos alumnos para que no se queden sin saber que hacer, como empezar, de donde partir. Es una de las tareas fundamentales que tiene que realizar el docente durante el proceso de aprendizaje, no debiendo nunca esperar que todos los alumnos respondan a nuestra labor con brillantez y vayan a asimilar sin dificultades las explicaciones.
Mas tarde llegará la jerarquización de operaciones. El niño se dará cuenta mediante el trabajo diario en la asignatura que no siempre da igual hacer esto que lo otro. Que en todo hay una jerarquía o prioridad, un orden no un barullo y que todo ello es necesario para conseguir un buen resultado.
Por último, en un grado más de abstracción, al resolver los primeros problemas y por qué no, mucho más tarde durante todo el aprendizaje habrá que seguir insistiendo y trabajando sobre lo mismo.
- Leer detenidamente el enunciado.
- Expresar por escrito en una tabla al efecto, datos, incógnita, transformación de unidades si es necesaria, razonamiento y operaciones previas al planteamiento.
- Solución. (Expresiones indicadas que nos llevan a resolver la incognita; a un resultado final).
Los alumnos, llegarán a sacar de un enunciado un planteamiento. A razonamientos que le clarificarán las operaciones y le llevarán a la solución. Durante todo este proceso la matemática no sólo nos ha servido para que el niño aprenda cuentas y problemas sino también para hacer de él alguien con capacidad de síntesis y organización.

Sobre el método "Música viva"


Durante la última década del siglo XX, en 1994, publiqué el cuadernillo nº 1 del método musical "Música Viva" (método de muñecos y colores) destinado en aquellas fechas, a iniciar en el ritmo, en los dictados melódicos y rítmicos, en la lecto-escritura musical, y en el manejo de un instrumento de técnica sencilla (la flauta dulce o de pico) a los alumnos del 1º o 2º ciclo de Primaria.
Se trataba de una publicación manuscrita, totalmente hecha a mano, fruto de las fotocopias que se pasaban a los alumnos día a día para trabajar en clase.
Lo innovador de este método consistía en que se iniciaba al alumno en la lecto-escritura musical, no con la notación tradicional, sino con la notación de muñecos y colores. Con dicha notación las distintas figuras musicales (muñecos) no toman color hasta que no se sitúan en el pentagrama, convirtiéndose así en sonidos. Comenzaba el método en este primer cuadernillo con el estudio de los sonidos "SI", "LA" y "SOL". Estos sonidos se iniciaban en este orden, no por capricho sino para hacer asequible la enseñanza y el manejo de la flauta dulce a los niños más pequeños; y se trabajaban sólo como figuras musicales, la negra, la corchea y el silencio de negra. También aparecían el silencio de corchea así como los compases de dos negras y una negra. Cabe puntualizar que las figuras se trabajaban en el cuadernillo en este orden: negra, grupeto de dos corcheas, silencio de negra, silencio de corchea y corchea. El orden de aparición no era por casualidad sino para facilitar el aprendizaje de los alumnos evitando los consiguientes problemas a la hora de medir y huyendo de todo concepto fraccionario. Los ejercicios continuos de conversión de la notación del método a la notación tradicional, las actividades que se proponían en el cuadernillo y el trabajo del grupo-clase con el profesor completaban todo el plan formativo.

Bienvenidos.



Hoy día 4 de noviembre de 2007, dejando atrás vanas ambiciones, posturas egoístas y tímidos rubores, he decidido establecer un diálogo fluido, ameno y sin barreras con todos los que por simple curiosidad o ávidos de inquietudes en el quehacer cotidiano educativo deseen poner en común una serie de experiencias y pensamientos relacionados principalmente con la maravillosa tarea de enseñar y educar.
Se, por propia experiencia, que las más de las veces, éstas, no son tan agradables como quisiéramos y más que disfrutarlas y compartirlas con toda la comunidad educativa, las sufrimos, llegando a cercenar muchas de las ilusiones con las que accedimos a esta profesión.
Para que el desánimo no cunda, para encontrar y establecer soluciones, para buscar nuevas estrategias y recursos, para que no primen unos aspectos en detrimentos de otros, para no tener miedo a utilizar lo ya utilizado y que ha ido bien, para adaptar a tiempos nuevos fórmulas viejas, para en definitiva ayudarnos en la tarea educativa, quiero recorrer con vosotros esta nueva andadura.