jueves, 12 de enero de 2012

Sistro; construcción de este instrumento de percusión.


A principios de la década de los ochenta del no tan lejano siglo XX, al objeto de educar a los alumnos en el aprovechamiento de materiales que no tenían utilidad después del uso al que estaban destinados en un principio y que después de éste terminaban en la basura, comencé a construir dentro del aula de música, en un módulo que establecí al efecto y que denominé “Módulo de construcción de instrumentos”, algunos instrumentos  pertenecientes a las tres categorías, las tan conocidas y denominadas de cuerda, viento, y percusión. Como sabemos esta forma de clasificarlos es por el modo y la forma como producimos en ellos los sonidos y  por los elementos que entran a formar parte de ellos y que hacemos vibrar.

Todos estos instrumentos contribuyeron en primer lugar  al desarrollo en el alumnado  de habilidades y destrezas en el manejo de diversos materiales y herramientas. En segundo lugar a iniciarlos  basándome en la práctica que de este módulo emanaba, en algunos principios básicos de la acústica a la vez que procedíamos a investigar sobre su historia.  Y,  por último, con esta actividad, enriquecíamos  el material del que podíamos disponer en nuestras clases.

Así construimos  claves, sistros, simarras, liras, flautas traveseras, kenas, flautas de balsa o sikus,  rababs con sus arcos…

Para la construcción de todos estos instrumentos, buscábamos y recopilábamos  o adquiríamos una serie de materiales tanto metálicos, como de plástico, sin por supuesto dejar a un lado el fieltro, la caña,  el  PVC,  y toda clase de embalajes, muebles viejos  y cajas de las que pudiéramos obtener paneles o madera.

Entre los más abundantes, la mayoría de ellos tirados a  la basura, se encontraban cuando eran de  madera, algunas cajas de frutas y de verduras que desechaban  almacenes, fruterías, o tiendas de comestibles después de haber  colocado  la mercancía que contenían en los escaparates y mostradores para su venta. Otros materiales utilizados también fueron, trozos de alambre grueso, electrodos,  chapas de botellines o botellas tanto de refrescos como de cervezas, palos cilíndricos  de madera de cepillos o  escobas de barrer viejas que iban a ser arrojados a la basura, en definitiva todo material  que pudiera sernos útil y otros que aportábamos bien de nuestras casas o mediante su adquisición o compra en comercios especializados.  Partiendo de todo lo anteriormente expuesto nos poníamos a trabajar  en la construcción de instrumentos (Uno por curso escolar y por alumno según su dificultad)  entre los que se encontraba el que ha  llegado hasta nosotros a través de la historia y el tiempo y  que se conoce por el nombre de “sistro” que es el protagonista de este artículo.


El sistro es un instrumento de percusión que puede tener forma de  “U” o de herradura con mango. También puede tener forma de raqueta trapezoidal isósceles con un mango que le sirve de asidero.  Tanto el de forma de “U” o de herradura como el de raqueta se encuentra atravesado por dos o tres varillas en las que se ensartan  platillos metálicos, que se hacen sonar  de dos formas distintas: sacudiéndolo o agitándolo al aire, o percutiéndolo o golpeándolo sobre la palma de la mano.

Como he dicho anteriormente, el sistro,  es un instrumento de pequeña percusión perteneciente a los idiófonos. De esta forma lo califica el “Atlas de Música 1” de Ulrich Michels, publicado por Alianza Editorial en 1983,  en el capítulo dedicado a la organología. Pertenece a  los idiófonos este  instrumento porque produce el sonido por la vibración del instrumento entero. El sistro  era utilizado en las fiestas religiosas del antiguo Egipto. Hoy día se usa también en algunas ceremonias de las “Iglesias cristianas Coptas” de Egipto y Etiopía. Se dice en este Atlas musical, que pertenece a los idiófonos sacudidos; denominándolo sistro o “sonaja de Isis”. Comenta también que los actuales están formados por un marco de metal en forma de herradura con laminillas metálicas suspendidas.

En la “Historia general de la música” de Alec Robertson, Denis Stevens… etc. publicado por ediciones Istmos en 1972, para España y todos los países de lengua castellana, en su primer volumen,  hace referencia al “sistro”, cuyo nombre latino “sistrum” que procede del griego “seistron”,  quiere decir (cosa que se agita). Al agitarlo produce un sonido tintineante y metálico. Se dice en este tratado que los egipcios denominaban a este tipo de sonido “sehem.” Que quiere decir “fuerza” símbolo de la energía o poder divino.
Con este instrumento (el sistro) se acompañaban los cantos en honor a Isis y Neftis, en las ceremonias religiosas.

En la “Historia de la música” de Hugo Riemann,  en su sexta edición (D. L 1958) se hace una brevísima mención del sistro, manifestando que desempeñaba su papel  junto con otros instrumentos como crótalos y sonajas.  

¿Cómo lo construíamos?

De una caja o embalaje de frutas o verduras sacábamos los pequeños listones o tablitas que la formaban y las  cortábamos y  preparábamos para la construcción del sistro. Necesitábamos que el instrumento fuese  fuerte y consistente. Al ser estas tablitas muy   delgadas (de  3  a 3’5  mm.) de espesor, utilizábamos el doble de tablitas para superponerlas y   unirlas entre si con cola blanca de carpintero y  darles a cada una de ella  de esta forma más grosor. Pegándolas de  dos en dos, conseguíamos disponer de una tablitas  o  piezas de madera más adecuadas para la construcción de este instrumento.

A continuación relaciono el número de tablitas que teníamos que preparar debido al poco grosor de estas maderas que eran sólo algo más gruesas que un panel.

Dos tablitas de 38 cm de largo y 1’8 cm de  ancho para fabricar el mango.

Dos tablitas de 13 cm de largo y 1’8 cm de ancho para la empuñadura del mango colocadas por encima y por debajo de las dos  previamente utilizadas para fabricar el mango, con lo que la empuñadura del mango estaba formada por cuatro tablitas.

Cuatro tablitas de 18’5 cm de largo por 1’8 de ancho para los lados isósceles del marco de forma trapezoidal.

Dos tablitas de 13 cm de largo y 1’8 de ancho para formar  los dos listones que darán origen al  transversal  inferior y mas corto del marco trapezoidal cuando tenemos el instrumento asido por el mango para hacerlo sonar..

Dos tablitas de 21’5 cm de largo y 1’8 de ancho para los listones transversales  del centro que dividirán el trapecio en dos partes iguales.

Dos tablitas de 25 cm de largo y 1’8 de ancho para los listones transversales superiores y más largos del marco trapezoidal.

Una vez construido el armazón de madera procedíamos a colocar las varillas en el centro de las cuatro ventanas  o espacios que quedaban delimitados  en el  armazón de forma trapezoidal.  Previamente después de haber agujereado tanto el mango  como los lados oblicuos del marco trapezoidal  introducíamos el alambre e íbamos ensartando las chapas de cervezas y refrescos en ellas.

Con anterioridad habíamos taladrado las chapas o tapones de corona después de haber buscado su centro, de haberlas situado sobre una madera con la corona hacia arriba mirando hacia nosotros, de haberles trazado a renglón seguido a cada una de ellas  dos líneas perpendiculares y utilizado  o un trompo con una broca del, 2;  2.5  o el 3, según la sesión del alambre o del centro metálico del electrodo, o una simple puntilla de acero y un martillo para que golpeándolos sobre la madera taladrar por el punto marcado los referidos tapones o chapas.   

Podríamos construir el sistro utilizando en vez de las chapas de cerveza o refrescos, los platillos de metal de cualquier pandereta vieja o en desuso o adquiriendo estos platillos en cualquier casa de instrumentos musicales.







Espero que con todo lo aquí expuesto podáis construir este instrumento en vuestras clases. Hay otro tipo de sistro o sonaja del que hablaré en otro artículo  y que al ser mucho mas sencillo  puede realizarse con alumnos de menor edad concretamente con alumnos  de  3º o 4º de Primaria.

1 comentario:

El Inquieto Jubilado Cristóbal dijo...

No es causa de ninguna molestia tu entrada en el blog, y menos, si el motivo, impregnado de delicadeza, es para comunicarme la celebración de un evento sobre nuevas tecnologías dirigido a blogueros en Rociana del Condado (Huelva).
Gracias por tu visita y por la información. Un saludo.