miércoles, 12 de diciembre de 2007

Mosaicos en matemáticas.




La manipulación de las regletas nos lleva a construir formas rectangulares o cuadradas llamadas mosaicos.

Los mosaicos están constituidos por una serie de líneas iguales. Para realizar un mosaico, colocaremos las líneas formadas con las regletas unas a continuación de otras utilizando la superficie de nuestra mesa o pupitre como soporte. Iniciaremos dicha construcción desde una posición cercana al borde o frontera exterior de la superficie de la mesa o pupitre frente a nosotros en el que estamos trabajando y terminaremos avanzando progresivamente con las regletas hacia donde estamos sentados.

Cuando realizamos este tipo de construcciones hemos pasado de las escaleras que se caracterizan por la desigualdad de sus líneas, a la construcción de mosaicos con todas sus líneas iguales y con los que profundizaremos en las descomposiciones numéricas. Las escaleras se caracterizan porque sus líneas o escalones, por regla general, van de menor a mayor a no ser que las construyamos en sentido inverso

Como puede observarse en las ilustraciones de este artículo, debe exigirse al alumno que escriba las operaciones indicadas tal y como aparecen en ellas. De esta forma lo estaremos sometiendo a una disciplina y a un orden en la forma de trabajar las matemáticas que será bueno para fijar su atención y desarrollar su poder de concentración al tener que realizarla no de una forma anárquica o como al alumno le venga en gana, sino bajo las directrices que les vayamos marcando. Estas directrices no obedecen a un mero capricho y no son por dar la lata o fastidiar al alumno sino porque mediante ellas vamos a lograr unos objetivos que habremos fijado con anterioridad. Estos objetivos a conseguir pueden ser:

  • Orden y limpieza.
  • Trabajar la atención y concentración en el desarrollo de las expresiones matemáticas.
  • Ser capaces de escribir y entender expresiones algebraicas surgidas de la manipulación del material o al dictado.
  • Facultar al alumnado en la deducción, escritura y comprensión de las expresiones aritméticas que surjan de la manipulación del material o del dictado.
  • Realizar sencillos automatismos y saber expresarlos por escrito con claridad.

Los alumnos a veces hacen juicios y cuestionan la forma de trabajar de un profesor, bien porque en ese momento no se sabe valorar ni los procedimientos ni se conocen en profundidad los objetivos que esta forma de trabajar pretende, ni por supuesto, lo que se persigue o trata de fomentar con ella. No obstante es un deber para el profesor y una necesidad tanto para el profesor como para los alumnos el que se dé a conocer lo que pretendemos con nuestra actitud ante la asignatura y ante la forma de trabajarla. Otro cantar será el que los alumnos entiendan en el presente lo que en un futuro sin lugar a dudas comprenderán con mayor claridad.

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