martes, 16 de abril de 2013

Negociar, justificar, comprar, trocar, chantajear, extorsionar… acciones que en educación no tienen cabida.






Siempre que surge una conversación en la que se comenta el día a día vivido entre padres e hijos, aunque nos puedan parecer muy duros y crudos los vocablos que voy a emplear, vemos que con demasiada frecuencia en dicha relación, para conseguir que los niños, nuestros hijos, den una respuesta adecuada, utilizamos tanto el chantaje o la extorsión como el trueque, la negociación y la justificación.

Para educar desde muy pequeñitos ninguna de estas acciones deben utilizarse si no queremos que los niños vayan conquistando cuotas de poder y convirtiéndose en unos caprichosos y egoístas, en una palabra, en unos tiranos.  Negociar, justificar, comprar, chantajear, extorsionar, trocar son verbos que debemos eliminar en nuestra relación con los más pequeños y no tan pequeños.





Debemos desterrar estos  vocablos  en  el plano educativo, por lo de contraproducentes y poco edificantes  que resultan las acciones que de ellos emanan. En la educación no tiene cabida la negociación, ni el trueque ni la justificación y por supuesto  no debemos utilizar  ni el chantaje ni la extorsión.

Según la Real academia, negociar  es tratar o comerciar, comprar, vender o cambiar géneros mercancías o valores. Las negociaciones son tratos que van dirigidos a la conclusión de un convenio o pacto.  

También según la Real Academia, chantaje es  la presión que mediante amenazas, se ejerce sobre alguien para obligarle a obrar en determinado sentido. Y extorsionar, es usurpar, arrebatar algo a alguien utilizando la amenaza respaldada por la violencia.

Por último, trueque, según este mismo diccionario,  es cambiar una cosa por otra; es el intercambio directo de bienes y servicios,  sin mediar la intervención de dinero.

Estas definiciones de la Real Academia sobre el significado de estos vocablos me   invita a  no dejar a un lado una segunda acepción de la palabra extorsionar, que dicho diccionario nos la define y expresa como causar trastorno, daño o perjuicio.

Podemos deducir que de lo expresado hasta el momento, mal debemos  estar actuando cuando constantemente surgen o han surgido en esta relación actitudes que nos llevan a amenazar, arrebatar,  en definitiva a emplear una violencia mas o menos velada para conseguir las respuestas y conductas deseadas.

En http://elinquietojubiladocristobal.blogspot.com.es/2011/06/multiplicidad-de-estimulos-en-los-mas.html, expreso el problema que tienen los padres en la actualidad. Manifiesto que no hay un contacto continuo en un principio con  el bebé,  mas tarde niño, pues éste se limita al corto espacio de tiempo  que les deja la jornada laboral y que obliga a los padres a delegar en los abuelos. De esta forma el contacto, cuando tiene lugar, se hace aún mucho más intenso y durante éste se les permite en la mayoría de los casos a los hijos casi todo.

En esta otra entrada  http://elinquietojubiladocristobal.blogspot.com.es/2010/04/el-cuarto-de-nuestros-hijos-su.html, hago hincapié sobre la necesidad de revisar el dormitorio de nuestros hijos pues todo lo que se encuentra en esta habitación salvo la cama, la mesilla de noche y el armario para la ropa debería desaparecer pues invita a nuestros hijos a permanecer en esta habitación más tiempo del debido; fomenta el que no se relacionen con el resto y les facilitan el encerrarse en sus mundos. Unos mundos la mayoría de las veces nada reales en el que están ellos y sus caprichos; ellos y sus aficiones; unos mundos en los que no hay lugar para la empatía porque todo gira entorno a ellos, a sus inquietudes y antojos, a sus más mínimos deseos.

La educación, es un proceso de transmisión del bagaje cultural de la sociedad, así como del conjunto de reglas, valores y costumbres que rigen en ella. En este proceso  hay que destacar la interacción que existe entre educandos y educadores; en él, se establece una relación en la que  debe primar  el calor humano, el afecto junto con el diálogo adornado de comprensión,  de crítica constructiva y responsable al analizar en las puestas en común, las conductas tanto a nivel individual como del grupo clase o unidad familiar.  Del análisis y reflexión, surgen en estas reuniones las normas que deben adoptarse para subsanar los problemas de convivencia  en el día a día educativo, así como las sanciones y su tipificación ante su incumplimiento. Normas  que deben surgir  de los propios individuos que integran el grupo  ya sea este familiar o  grupo clase, normas consensuadas que responsabilizan  y ennoblecen a todos los que intervienen: educandos y educadores.    

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