Animo a todos los discentes a no dejar a un lado en la formación de nuestros alumnos dentro de las normas de convivencia el respeto a los mayores, el respeto a si mismo y el respeto a los demás priorizando en todos nuestros actos el mimo y cuidado del entorno para hacer de él, el lugar agradable donde desarrollamos nuestras actividades.
Dentro de lo meramente instructivo, trabajar aspectos tan importantes como la lectura, el orden y la limpieza, los dictados, la caligrafía... hacer uso del razonamiento para mediante él, conseguir la motivación que necesitamos en líneas generales tanto en las asignaturas de ciencias como en las de letras. En definitiva incentivar y promover la disciplina y constancia en el trabajo, incluir en el horario y en las distintas materias del mismo el uso diario de todos y cada uno de los aspectos y acciones anteriormente mencionadas que mejoran nuestra instrucción. Utilizar las puestas en común para el análisis en los distintos grupos acerca de la sujeción a normas y a sanciones consensuadas, teniendo por norma su revisión diaria, semanal o quincenal según se acuerde o sea necesario. La utilización de lemas y actos que vayan fortaleciendo nuestro carácter tanto individual como de grupo y el uso de la razón en todas las facetas educativas son un conjunto de iniciativas que se deben aplicar en todo proceso educativo.
Aunque parezcan manidos, desfasados, inútiles, ralentizadores dentro del quehacer educativo y por qué no, propios de una educación trasnochada y caduca, algunos de los aspectos educativos tanto instructivos como formativos que han sido nombrados en el párrafo anterior, todos ellos suponen condiciones “sine qua non” no podremos dar a los alumnos una buena preparación.
La lectura, primer aspecto o acción instructiva a considerar tal y como ha sido nombrada en el primer párrafo, es importantísima. No sólo la que ejecutamos en voz alta sino la que realizamos sólo con la vista; es decir, en silencio. Debemos con gran celo fomentar y conseguir que los alumnos cojan automatismos y hábitos lectores. Ir por delante con la vista, no tratar de abarcar con ella los grafismos en su totalidad pues no es necesario, utilizar el lápiz para subrayar los vocablos desconocidos y usar con frecuencia el diccionario, explicar con nuestras propias palabras lo leído después de finalizado cada párrafo en un principio, llegando a extractar lo sustancial e importante de un texto completo algo mas tarde.
Todo lo expuesto con anterioridad son normas y hábitos que deberemos poner en práctica y hacer nuestros cuanto antes. Con paciencia haremos hincapié en dirigir nuestra vista sólo a la parte superior de cada renglón; cuidaremos el no señalar con el dedo índice la palabra que vamos pronunciando, vocalizaremos bien, con claridad y sin nerviosismo... todos estos aspectos que con el uso frecuente iremos transformando en hábitos, supondrán en la práctica la consecución de un conjunto de automatismos que nos llevarán a dominar y adquirir soltura para no realizar una lectura a tropezones.
No solo es importante la mecánica lectora, la velocidad también lo es, así como la entonación de la misma. Darle sentido y musicalidad a la lectura, ahuyenta de la monotonía y de la robotización de lo leído consiguiendo con más amenidad de esta forma entender el discurso escrito a la vez que fomentamos una lectura comprensiva más placentera. Leer sin entender lo que leemos, pronunciar una retahíla de sílabas y palabras sin sentido y entonación quedándonos sólo en el automatismo lector, nos lleva a una lectura aburrida, falta de motivación e interés que no sirve para nada.
El orden y la limpieza otra de las condiciones que dan calidad a la enseñanza va a repercutir positivamente sobre el alumnado. Sin lugar a dudas son los propios alumnos los primeros beneficiarios; van a sentir ante todo una gran satisfacción al presentar cualquier trabajo, van a ser los primeros sorprendidos ante el orden y la pulcritud de los cuadernos, ante la claridad de los desarrollos y planteamientos en la resolución de ejercicios y problemas, así como por la diafanidad de las expresiones escritas.
Los dictados son muy importantes sobre todo hoy día en el que la utilización de mensajes a través del móvil daña tanto la ortografía.
La caligrafía es de vital importancia porque es muy interesante que los alumnos sepan escribir bien; tengan seguridad en el trazo y sean capaces de utilizar los trazos suaves y fuertes, finos y gruesos. Suave y fuerte es la ritmia de la escritura. Suavidad en los rasgos ascendentes y fuertes, dándoles grosor a los rasgos descendentes. Simetría en los grafismos, paralelismo en los trazos... pero tanto en unos como en otros, firmeza.
El razonamiento que debemos utilizar en todas las facetas de nuestra vida es de suma importancia y trascendencia para la resolución de problemas tanto físicos como matemáticos así como para los propios que dimanan de la convivencia.
La formación en todos los aspectos se logra mediante disciplina y normas. La palabra disciplina no significa látigo, ni yugo, ni esclavitud, ni abuso de autoridad en ningún caso como en épocas pasadas pudiera parecer. Significa todo lo contrario: autocontrol, atención, dedicación, esfuerzo, responsabilidad, seriedad...
Y, atendiendo a las normas de convivencia no me cansaré de repetir hasta la saciedad que debemos fomentar en los alumnos el respeto a los mayores, a ellos mismos y a los demás como llave maestra que nos abre la puerta a un sin fin de posibilidades en la relaciones humanas.
Podemos ampliar y obtener un abanico de estrategias en cuanto a educación se refiere en direcciones como estas:
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