jueves, 22 de enero de 2009

La importancia del ritmo para trabajar el lenguaje musical.






El ritmo, elemento imprescindible en la naturaleza, es el pilar o soporte que utilizamos para trabajar el lenguaje musical.


El lenguaje musical constituye el alfa y el omega dentro de cualquier actividad que realicemos en una clase de música. Mediante la notación o escritura adquirida con él, hacemos perdurable secuencias sonoras que sólo se dan en el tiempo y que una vez pasado éste dejan de existir.


Como actividades previas a su aprendizaje iniciamos caminos bastante dispares pero todos con el mismo objetivo.


Así, dentro del apartado del leguaje musical podemos realizar como introducción los juegos de discriminación sonora y localización; los de discriminación tímbrica, los juegos de graves y agudos, juegos de tono o altura... y para su afianzamiento, praxis y valoración, dictados sobre estos tipo de actividades y su corrección.


Desde los ejercicios de eco con que iniciamos la andadura musical con cualquier grupo de alumnos, en el que éstos repiten fielmente de memoria las secuencias rítmicas realizadas por el profesor hasta la lectura e interpretación con un instrumento de una partitura musical hay un largo y complicado proceso.


En los primeros ejercicios de eco rítmico se obvia la lectura y escritura musical por lo que éstas, ralentizan la actividad.


Estos primeros ejercicios rítmicos al no tener la losa de la escritura y lectura quedan imbuidos de un gran dinamismo desarrollando por propia inercia en los alumnos un conjunto de capacidades al margen de las lectográficas como son: destrezas motóricas, toma de conciencia del esquema corporal, potenciamiento y desenvolvimiento de la lateralidad, ejercitación de la memoria auditiva rítmica... etc. De esta forma estamos facilitando nuestra receptividad a una diversidad más o menos amplia de estímulos sonoros ya que estos ejercicios irán creciendo en extensión y en dificultad.


A estos ejercicios de eco le siguen sin solución de continuidad, la lectura rítmica con las sílabas Kodaly, las ejecuciones rítmicas con los instrumentos corporales, más tarde con los instrumentos de pequeña percusión y por último con los de mediana percusión. Durante todo este proceso estaremos utilizando o bien un miembro superior para su ejecución, los dos miembros superiores en alternancia e incluso los dos miembros inferiores.


Unas veces realizaremos estas ejecuciones rítmicas partiendo de un gráfico rítmico que los alumnos deben interpretar y traducir a la notación que se les pida como muestran las ilustraciones que encabezan este escrito. Marcando o contando con la voz a la vez que ejecutamos con las palmas, pitos o pies. O bien ejecutando sólo con la mano derecha, con la izquierda o con ambas manos. La utilización de éstas puede ser a la vez o con alternancia de una u otra. Después seguiremos este tipo de actividad ejecutando con los instrumentos de pequeña y mediana percusión como he manifestado con anterioridad.


Cuando a continuación utilizamos el papel, pautado o no, y comenzamos con la escritura, el monograma o línea rítmica y la figuración van a permitirnos expresar por escrito la secuencia o secuencias rítmicas auditadas. Haciendo ver a los alumnos la importancia de la escritura ya que mediante ella podemos volver a ejecutar otro día esa misma secuencia rítmica.


Comenzaremos a utilizar tanto el monograma o línea rítmica como la primera línea de la pauta o pentagrama y la escritura completa. Es decir utilizaremos las figuras con su cabeza, plica y corchetes si se requieren.

Al mismo tiempo usaremos también el espacio existente entre dos pentagramas para escribir esas mismas secuencias rítmicas pero en escritura abreviada; utilizando solo las plicas y los corchetes salvo como sabéis al utilizar la blanca y la redonda que no tienen abreviatura y que deberemos escribir al completo.


Iremos completando la formación de nuestros alumnos con la utilización de las sílabas rítmicas KODALY que allanarán las dificultades que se nos irán presentando a medida que vayamos avanzando.


Utilizaremos el dictado rítmico y la escritura del mismo como forma de plasmar cualquier secuencia rítmica tal y como muestran las dos ilustraciones en las que aparecen dichas actividades realizadas por los alumnos en algunas de las clases y que podéis ver al principio de este artículo y a las que os he remitido en un párrafo anterior.


Completará todo el proceso el componer una melodía utilizando el esquema rítmico trabajado que podremos interpretar posteriormente con un teclado o una flauta.

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