lunes, 5 de octubre de 2009

Acercándonos al sonido.








Poco o nada puedo comentar sobre el sonido que no se haya dicho ya. No obstante, trataré de expresarlo en un lenguaje lo más sencillo y asequible, de manera que cualquier alumno de 1ª o 2º de E. S. O., lo pueda comprender, estudiar, asimilar y comprobar con facilidad aplicando sólo y exclusivamente conceptos matemáticos a su alcance como son fracciones y proporciones.


Un sonido musical, es decir; una nota, es un sistema de vibración complejo, no es el resultado de la vibración de una sola onda sonora. Cuando escuchamos un sonido por ejemplo el “do”, estamos escuchando ese sonido fundamental y el de todos sus armónicos. En la 5ª ilustración que aparece al principio podemos observar la onda fundamental en azul y las del segundo y tercer armónico en verde y rojo respectivamente. El orden de sonidos que escuchamos al oír el do es el siguiente:

Orden de los armónicos de DO y lugar en que se escriben en el pentagrama.

Do, 2ª línea adicional por debajo del pentagrama en clave de Fa.

Do, 8ª alta del anterior en el 2º espacio del pentagrama en clave de Fa.

Sol, en el 4º espacio del pentagrama en clave de Fa.

Do, en la 1ª línea adicional por debajo del pentagrama en clave de Sol.

Mi, en la primera línea del pentagrama en clave de Sol.

Sol, en la 2ª línea del pentagrama en clave de sol.

Parecido al Sib. Escrito en la 3ª línea del pentagrama en clave de Sol.

Do, en el 4ª espacio del pentagrama en clave de Sol.

Re, en la 4ª línea del pentagrama en clave de Sol.

Mi, en el 4º espacio del pentagrama en clave de Sol.

Fa #, en la 5ª línea del pentagrama en clave de Sol.

Sol, en el primer espacio adicional por encima del pentagrama en clave de Sol.

Entre la b y la natural. En la 1ª línea adicional por encima del pentagrama en clave de Sol.

Si b, en el 2º espacio adicional por encima del pentagrama en clave de Sol.

Si, en el 2º espacio adicional por encima del pentagrama en clave de Sol.

Do, en la 2ª línea adicional por encima del pentagrama en clave de Sol.


En el pentagrama que aparece en la sexta o última ilustración de este artículo, están representados los 16 primeros armónicos que suenan con el sonido “do” seguirían a estos sonidos en el lugar 17, el “do#”, en el lugar 18, un nuevo armónico que nos daría un sonido parecido al “re” y que escribiríamos sobre el espacio adicional que resulta de añadir dos líneas adicionales por encima de la quinta línea del pentagrama.

Este orden de armónicos fue descubierto por el físico francés Sauveur, a comienzos del siglo XVIII. Esta serie de vibraciones, armónicos, que acompañan al sonido fundamental, son las que enriquecen a ese sonido y hacen que tenga calidad y que no sea un sonido blanco.

Para aclarar el concepto de blanco debo explicar que las voces de los niños son "voces blancas" porque no tienen la calidad sonora que una voz de un tenor, barítono o bajo si de un hombre se trata o de una soprano, mezosoprano, o contralto si nos referimos a una mujer.


Estos profesionales del canto logran la entonación de los sonidos utilizando fuerza y control diafragmático a la vez que sus resonadores que se encuentran localizados en su mayoría en la cabeza.

Los armónicos suenan por simpatía; quiere esto decir, que suenan sin que nadie los haga sonar. Si abrimos la tapa de un piano y observamos sus cuerdas, al pulsar una tecla, ejemplo: el do que nos ocupa o sonido fundamental, primer sonido de la serie de armónicos de nuestro ejemplo, teniendo levantados los apagadores, veremos que comienzan a vibrar todas las cuerdas que corresponden a los armónicos de la serie anteriormente mencionada sin haber pulsado ninguna tecla más.

Refiriéndonos a la sexta o última ilustración de las que aparecen al principio de este artículo, escribimos en negras el armónico nº 7 porque no es un “sib”; suena parecido al sib y por eso lo escribimos de esta forma. El armónico nº 13, suena entre un la b y un la natural agudo; no es un sonido que podamos expresar en un pentagrama, podríamos decir que está desafinado y por lo tanto también lo indicamos.

Podemos hallar el número de vibraciones que tienen los sonidos mediante unas sencillas operaciones matemáticas con la serie de los armónicos.


La relación de frecuencia de los sonidos de la serie armónica coincide con la del número de orden en que aparecen; de esta forma podemos establecer las proporciones que aparecen en las ilustraciones 2ª, 3ª y 4ª de este artículo de la siguiente forma: " Un sonido es a otro, como el lugar que ocupa dentro de la serie el primero de éstos, es al lugar que ocupa el segundo"

En la serie de aparición de los armónicos podemos observar:

Que las quintas están en la relación 3/2

Que las cuartas están en la relación de 2/3

Que los armónicos de número de orden doble están a distancia de octava.

Que las terceras descendentes están en la relación de 5/4

Que las terceras ascendentes están en la relación 4/5


El sol dentro de la serie de armónicos aparece en los lugares 3, 6, 12,

El do dentro de esa misma serie aparece en los lugares 2, 4, 8,

La relación sol/do viene determinada por las fracciones 3/2; 6/4; 12/8;

como se puede observar también en la referida ilustración cuarta de este artículo.


Por lo tanto todas las quintas están en esa relación independientemente del lugar en que aparezcan puesto que al simplificar cualquiera de las fracciones llegamos a la irreducible 3/2 como podemos observar por último del mismo modo en la cuarta ilustración.


El estudio del sonido, algo tan simple, al realizarlo en profundidad, resulta ser en definitiva más complicado de lo que parece pero no por ello inaccesible.