miércoles, 1 de diciembre de 2010

SOBRE DIDÁCTICA DE LA MÚSICA. Un recorrido por los artículos publicados en este blog.





























Es bueno de vez en cuando revisar todo lo que se ha dicho a lo largo de años y reafirmarse, o por el contrario, si llega el caso, desdecirse de lo que en un momento se expresó pues el paso del tiempo y la experiencia acumulada nos hace ver con otra óptica lo que durante el fragor de la actividad docente ni tan siquiera nos daba tiempo a contrastar.

En artículos como: “Una forma de introducir los sonidos en los más pequeños”, publicado en este blog el 13 de febrero de 2010, comenté las diferentes formas de comenzar la andadura musical así como la didáctica a utilizar y el uso de recursos y estrategias múltiples que se encuentran en los diferentes métodos.
Podéis consultar si os pica la curiosidad:

En ese mismo artículo indicaba como para conseguir el mismo fin, enseñar música, entre el abanico de recursos y estrategias que utilizan en sus métodos, cabe destacar el que unos autores comienzan con el lenguaje hablado utilizando las palabras.

Otros delimitan su andadura iniciándola por los cinco primeros sonidos de la escala diatónica natural de Do. (Do, re, mi, fa, sol.)

Otros inician el camino reduciendo in extremis el ámbito sonoro: utilizando sólo tres sonidos; partiendo del si, continúan el orden de la escala descendente hasta completar éstos con los sonidos la y sol.

Otros delimitando aún más, utilizan el pentagrama fraccionado comenzando por una línea y añadiendo poco a poco una nueva hasta completarlo.

Otros introducen recursos kironómicos para contribuir a facilitar el concepto de la altura de los sonidos y reforzar la lectura de los mismos.

Otros utilizan las sílabas rítmicas, el laleo, la pequeña y mediana percusión, los desplazamientos corporales... para trabajar el sentido del ritmo, el desarrollo y toma de conciencia de la lateralidad, el concepto de espacio...

Otros trabajan con el color como recurso posicional y lectográfico de los sonidos en el pentagrama para hacer mucho más fácil de esta forma la lectura musical.

En el artículo “Color y sonido” publicado también en este blog el 27 de mayo de 2009, hice hincapié en la importancia que sobre todo tiene la letra de la lección o canción para trabajar el lenguaje musical en nuestras clases.
Si os apetece podéis consultar:

Comenté a la vez que advertí que las letras de las lecciones-canciones, de todos los métodos han sido concebidas para una cierta edad y que si se aplican a alumnos que la han superado, pierden todo su valor y efectividad resultando hasta ridículas.


Afirmaba en este artículo que es primordial que el niño cante, y a continuación manifestaba la importancia de la canción dentro de la clase de música ya que resulta ser un recurso que no necesita más que de la imitación y por lo tanto puede prescindirse en un principio de la engorrosa lectura musical que frenaría y haría aún mas tediosas las clases.


También aludí que debe llegarse a la lectura musical a través de las canciones y que el utilizar otras letras que incluso pueden elaborarse en la propia clase si se ha superado la edad cronológica para la que fue compuesta, puede ser muy motivador y gratificante consiguiendo de esta forma un estímulo más para el aprendizaje.


En ese mismo artículo hablo como bien indica su título del color, y manifestaba que durante gran parte de mi vida como docente había estado preocupado por facilitar al alumnado de cualquier edad el reconocimiento y localización de los sonidos en el pentagrama de la forma más cómoda posible.


Para eliminar el tedio que supone para el alumnado el mero aprendizaje de los sonidos y su localización en el pentagrama dentro de lo que llamamos lenguaje musical, y al objeto de motivar su interés, captar su atención y fomentar la motivación personal por los logros conseguidos, he utilizado el color.


El color prodigiosamente lograba ya en el primer contacto, que con una sola clase, los alumnos fueran capaces de leer tres o cuatro sonidos sin dificultad casi en su totalidad. El alumnado al que estaba aplicando este recurso no cometía apenas errores en la identificación y localización de los sonidos que estábamos trabajando.


Continuaba en dicho artículo explicando como por aquel entonces, había asignado un color a cada sonido. Esta gama de colores que en un principio asigné a los sonidos y durante tanto tiempo traté de defender y justificar en cierto modo de una manera absurda, hoy día, con otra perspectiva, la he cambiado casi en su totalidad. Después de haber cesado en mi labor docente y sin temor a equivocarme, puedo afirmar que lo de menos es el color concreto que asignemos a cada sonido.


Por lo tanto, carece de importancia el color que asignemos a los sonidos, pero una vez asignados los colores no lo debemos cambiar hasta que el grupo de alumnos al que hemos presentado dicha gama lo abandone por maduración.


Quiere esto decir que el alumno admite cualquier gama de colores que le presentemos y deja de utilizarla cuando no la necesita porque ya sabe donde se coloca cada sonido y como se llama.


El problema es mas bien del que enseña: el maestro o el profesor de música, tiene que tener la gama de colores bien determinada y aprendida porque si  no, es él el que se lía y puede cometer errores delante de los alumnos durante las clases.


Lo importante es la forma de abordar, secuenciar y trabajar los sonidos con el color; con cualquier color.


En los tiempos que corren he asignado colores Web que son por supuesto distintos a los utilizados por mi en mi método con anterioridad y a algunos sonidos como por ejemplo el “sol” y el “si”, les he cambiado el color por problemas surgidos con el alumnado al expresarlos escritos sobre el papel en algunos de los ejercicios.

Hoy día el color de los sonidos del “do3” al “si”, una séptima más agudo, queda de esta forma: Azul celeste, verde claro, violeta, marrón, amarillo, rojo y rosa. Como podéis observar en la segunda ilustración de este artículo, donde aparecen representados en redondas los sonidos en clave de Sol y en sentido ascendente desde el do situado en la primera línea adicional por debajo del pentagrama hasta el re colocado sobre la 4ª línea.

En el artículo titulado “la importancia de la audición en la educación musical”, publicado en este blog el 25 de marzo de 2009, hago referencia al papel tan importante que tiene la audición en la educación en general y sobre todo en la educación musical, pues contribuye a desarrollar en el alumno la atención, a valorar el silencio dentro de cualquier actividad, a saber gozar de momentos de tranquilidad y sosiego, a disfrutar de estados anímicos diversos que van desde lo dinámico, frenético y excitante hasta lo delicado, sublime y enternecedor.

Propugno también en otros artículos la construcción de instrumentos y la consulta bibliográfica como en: “Más sobre la construcción de una flauta travesera” publicado el 12 de febrero de 2009, o en “Puntualizaciones sobre una ilustración” de 28 de enero de 2009, o como no, en “Bibliografía musical” de 20 de noviembre de 2008, en donde comentaba que debemos apoyarnos en las vivencias y experiencias de otros consultando la bibliografía musical existente para utilizar todo lo que estos autores nos aportan y la infinidad de estrategias y recursos metodológicos que en ella aparecen. También animaba a realizar manualidades en las clases construyendo instrumentos para afianzar de este modo aspectos teóricos, físicos y acústicos, que con este tipo de experiencias quedan fijados en el alumno de un modo indeleble.
Os lleva a todo esto las siguientes direcciones:


En definitiva ni en los estudios primarios, ni en la secundaria obligatoria o bachillerato, la finalidad es sacar nuevos músicos. Nuestra misión se reduce en estas etapas a dar a conocer esta materia como una más del currículo.

A través de estos primeros contactos con la música, con su código de signos que les llevará a entender el lenguaje musical, los alumnos llegarán a interpretar y expresar lo que con dicho lenguaje nos han legado autores o compositores de distintas épocas, ampliando de esta forma las posibilidades de gozar y disfrutar en muchos casos de lo que para una generalidad va a ocupar a la larga parte de su tiempo libre. Para los menos, los que descubran después de estos primeros pasos a posteriori su vocación, los que quieran dedicarse a la música, deberán alcanzar su total formación en este campo dedicándose de lleno a su estudio en una Academia musical o Conservatorio profesional.

2 comentarios:

Juana dijo...

Hola, ilustre Cristóbal. Soy una antigua alumna suya, del colegio Guadalquivir (años 88-91, puede ser). Por entonces, me llamaban Juanita y por sus manos pasamos casi toda la familia Andrade: Gema, Raúl, Arturo, Mª José, Moisés y yo. Me ha dado mucha alegría encontrarme por casualidad con su blog. Guardo con mucho cariño los recuerdos que tengo del colegio: patios, amigos, maestros... Unos años más tarde, ahora también yo (salvando las distancias con quienes supusieron para mí un modelo en muchos aspectos), me dedico a la enseñanza. Y, aunque me queda un largo camino aún, puedo decir que es una profesión preciosa... Gracias por los valores, inquietudes, las corcheas, semicorcheas, las canciones, las flautas, los intrumentos artesanales ... la paciencia y la ilusión con que nos deleitó y transmitió en cada una de sus clases. Y esto va por usted y cuantos fueron nuestros profesores.
Espero que le vaya muy bien, esté descansando de tanto niño y se sienta orgulloso de su fantástica labor docente. Feliz año nuevo. Un saludo.
Juana Andrade Ortiz (Juanita)

El Inquieto Jubilado Cristóbal dijo...

Nuevamente. aunque tarde, te doy las gracias por tu visita,la inserción de tu extenso comentario y los elogios que nos dedicas a todos los que tuvimos la suerte de dar contigo como alumna. Deseo que en esta profesión tan maravillosa, la enseñanza, encuentres grandes satisfacciones. Con todo cariño, un fuerte abrazo.