Aprender, dentro del campo competencial, es hacer referencia a que los conocimientos adquiridos y por adquirir tienen sentido a nivel personal y social; es decir, no son etéreos, no quedan en un limbo, como flotando. Es cuando lo aprendido, no es sólo fruto de la cultura libresca, ni se asimila en exclusividad, para uno, pues reducimos y limitamos de esta forma su utilidad y proyección.
Debemos sumar lo aprendido en los libros, a los hechos y situaciones vividas, a las experiencias individuales y grupales. Así utilizando diversas sustancias y utensilios logramos un aprendizaje activo.
Con un Agitador, tubo de ensayo, agua, vinagre, colorante y bicarbonato.
Realizamos un experimento en el que provocamos un fenómeno que no sólo nos sorprende sino que provoca el que profundicemos en el hecho.
Llenamos con dos dedos de agua y completamos un tercio del tubo de ensayo con vinagre.
Al mezclar agua + ácido + colorante + base, la reacción que desencadena nos hace disfrutar durante el aprendizaje, pues vemos el fenómeno que se produce; como sube la mezcla por el tubo hasta rebosar en el plato.
En la foto se muestra como al mezclar distintos compuestos como:
(H2O) + C2H4O2 + NaHCO3 + C18H10Na2N4O7S2
Agua + ácido acético (vinagre) + bicarbonato + colorante alimentario.
Se produce una reacción, pues al añadir el bicarbonato (la base) a la mezcla del agua con el vinagre (la solución ácida) y añadir el colorante cuya única función es la de hacer más visible el fenómeno, vemos como sube a lo largo del tubo hasta derramarse sobre la superficie en que este esté colocado, en este caso un plato.
Para hacer nuestros estos conocimientos competenciales necesitamos de la memoria.
Esta memoria puede ser comprensiva o repetitiva. Utilizamos la memoria comprensiva cuando los conocimientos que se aprenden los relacionamos con conceptos que ya sabemos. Este tipo de memoria nos capacita para poder utilizarlos a nivel personal o grupal y en la vida real.
La memoria repetitiva es la que adquiere los conocimientos mecánicamente, por repetición. En este tipo de memoria la cantidad y eficacia en la adquisición está por encima de la calidad y utilidad de los mismos en la vida cotidiana.
Las dos memorias son importantes, me atrevería a decir imprescindibles; y una, complementa a la otra, pero deben ir orientadas a que lo aprendido contribuya a tu desarrollo tanto a nivel personal como social.
¿Qué quiero decir a nivel competencial cuando utilizo la expresión “aprender con sentido”? Que no haya un abismo entre lo que se aprende y la realidad en que se vive.
Hay que fomentar los aprendizajes básicos; es decir, los instrumentales: saber leer, escribir, realizar operaciones matemáticas, expresarse por escrito como oralmente tanto a nivel individual como en público.
Complementar todo lo expresado con anterioridad, puedes hacerlo consultando entre otras la entrada publicada el pasado febrero en
http://elinquietojubiladocristobal.blogspot.com/2021/02/competencias-esenciales-basicas-y.html
El uso de regla, escuadra, cartabón, acuarelas...contribuyen sin ningún género de dudas al autocontrol y sensibilización.
Las manualidades, el dibujo artístico y geométrico, la caligrafía, la rotulación, la música, el lenguaje musical, la orquesta escolar, la danza, la pintura, el periódico escolar, el huerto escolar, el teatro leído, la dramatización, la relajación… son actividades que hay que potenciar en los centros pues desarrollan conceptos tan importantes como la espacialidad y la temporalidad; ayudan a desarrollar el sentido estético y la sensibilidad, el sentido del ritmo… hace a los alumnos más humanos, más empáticos... en definitiva más personas.
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