Aún hoy día, después de jubilado, sigo padeciendo el mismo defecto que a pesar de mis años y de toda la experiencia acumulada, todavía en mi persiste no logrando erradicarlo.
Este defecto al igual que otros que me persiguen en todo lo que realizo, sigue aflorando también mientras voy confeccionando artículo a artículo este blog y hace que, por este nerviosismo que en cierta medida me domina, en muchas de las entradas publicadas haya tenido que corregir no sólo parte del texto sino también las ilustraciones que a estos textos acompañan.
Para no variar, en la entrada titulada una melodía inédita publicada el jueves 16 de junio de 2011, y, concretamente en las dos últimas ilustraciones que muestran la partitura del Abecedario, que aparece escrita en nomenclatura tradicional tanto en negro como en color, debido a las prisas por terminar para proceder a la publicación de dicho artículo, como podréis comprobar si no lo habéis hecho ya, he olvidado expresar a principio de ellas, a continuación de la clave, algo tan normal como es el compás.
Por esta razón vuelvo a publicar estas dos fotografías subsanándoles el olvido. Pido disculpas por ello y aunque no es tan trascendental a primera vista, si lo es respecto al campo de la docencia por si hubiera alguna duda sobre la utilización de este recurso en lo referente a expresar el compás por parte de cualquier compañero que quisiera hacer uso del mismo y por supuesto no lo haya utilizado con anterioridad.
También es sumamente importante alcanzando mayor relevancia y trascendencia sin lugar a dudas, cualquier olvido o descuido cuando estas partituras van dirigidas al discente, porque el que está aprendiendo debe enfrentarse a las partituras sin que estas contengan mutilaciones o errores. Si a todos como alumnos les exigimos, atención, orden y limpieza entre otras cosas, en reciprocidad como docentes debemos darles en el material que les entregamos todo aquello que les demandamos.
Por lo tanto me encuentro después de todo lo dicho en la obligación de corregir estas dos fotografías para evitar que aparezca dicha partitura sin la mutilación que por las prisas en cuanto a su publicación en este blog, en ellas puede apreciarse.
Observaréis también que el compás va enmarcado dentro de un óvalo a modo de escudo. Este óvalo a la vez que destaca el compás y lo enmarca, lo separa del conjunto de notas de la partitura. En concreto, delimitamos con más claridad de inicio lo que constituye la armadura; en la que pueden aparecer la clave, el referido compás y a medida que avanzamos y profundizamos en esta materia las alteraciones.
En definitiva las prisas, el nerviosismo y la ansiedad en la realización de cualquier tarea o actividad por ver el trabajo terminado y en este caso concreto publicado, no son buenas consejeras.
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