lunes, 17 de diciembre de 2007

Instantánea para el recuerdo. ¿Claustro de 1990?


Observando la foto del claustro de profesores del Colegio Público Guadalquivir de hace unos 17 0 18 años con la que inicio la redacción de este artículo y que fue tomada durante un recreo, acuden a mi memoria las tareas que durante este tiempo de descanso para el alumnado, llenan de febril actividad agobiados por el escaso tiempo de que se dispone a parte del profesorado en distintas dependencias del Colegio. Estoy refiriéndome sin temor a equivocarme al curso escolar 1989-1990, y dicha foto que inmortalizó y detuvo un instante de uno de los recreos, me habla de algunas ausencias de compañeros debidas con toda seguridad a las ocupaciones propias de ese momento. Dichas ausencias se habrían dado no sólo en este momento de la foto sino en los muchos instantes de este tiempo de esparcimiento y descanso que podríamos detener con nuevas instantáneas a lo largo del curso debidas: a la vigilancia de recreo tanto de preescolar como de básica, a algún arbitraje tanto de futbito como de baloncesto, a un ensayo de obra teatral, o a la preparación de una pieza musical para un tipo de conjunto instrumental (dúo, trío, consor... etc.), o al ensayo de un recitado, o por qué no, a una apresurada impresión de fotocopias para la próxima clase de algún que otro compañero que el tiempo en su loca carrera y la actividad de sus alumnos con su voracidad deja vacía la despensa de sus previsiones agotando las actividades y tareas que tenía preparadas para ocuparlos.
Hoy 17 de diciembre de 2007, quedo perplejo ante la fragilidad de mi memoria para evocar a algunos compañeros con los que he compartido trabajo y experiencias y de los que no recuerdo en algunos casos su nombre. Es bueno rememorar por lo que de satisfacción propia y de reconocimiento a terceros se debe a una buena labor realizada. Un trabajo que deja su marca y lega su huella a los que después de nosotros toman las riendas y hoy ocupan puestos de responsabilidad. Nunca el recordar es más grato y aconsejable si éste no se enquista en el pasado y ahí se queda. La vida sigue y como navegantes debemos continuar esperanzados y seguir viajando sin descanso, conociendo y compartiendo lo vivido y lo por vivir. Llegar a nuevos puertos, emprender nuevas aventuras, sentirse vivo y por supuesto llenar tu vida hasta rebosar manchando a muchos de los que cerca de ti pasan, atendiéndolos, escuchándolos, favoreciendo su autoestima y confianza no sólo en ellos mismos sino en el mundo que les ha tocado vivir y en la gente que les rodea.
Volviendo a la instantánea que da pié a estas reflexiones tengo que expresar que el claustro de profesores durante la década de los 80, varió muy poco y todos los cambios que se dieron fueron debidos a las reducciones y ampliaciones de líneas o a la incorporación de especialistas. Una segunda causa fueron los bailes de personal que por uno u otros motivos suceden en cualquier Centro. Se da en compañeros que hasta que ocupan definitivamente la plaza en el colegio que desean pasan por éste o por otros Centros hasta conseguirlo. En este claustro este tipo de trasiego de personal fue muy escaso; suele haberlos en todos los Centros y como no en este Centro también se dio alguno.
La numeración que aparece a pie de foto con los nombres va de izquierda a derecha habiendo sido numerados del 1 al 14 los profesores que aparecen todos de pié en la fila del fondo y del 15 al 24 los de la primera fila en la que se ven todos sentados.
Los que faltan en la foto creo que son:
Cándido Manuel Lozano Romero, profesor de Educación Física miembro del claustro por aquel entonces y hoy día en el Colegio.
Mª Pilar Cano Dorado, destinada en esa fecha en el “Colegio Cavaleri” y hoy día también en éste Centro.
Pedro Cabanillas Escobar, profesor de Sociales y tutor como casi todos de un curso, miembro del claustro en aquella fecha. Fue uno de los tres que cruzaron las dos rotondas para ir al “Cavaleri” hoy día ya jubilado.
Mª del Carmen Magaña Fernández, especialista de inglés y tutora de cursos de segunda etapa que por aquella fecha se encontraba ejerciendo en otro Centro.
Francisco Muriel Vaquera, impartía clases en el parvulario por aquel entonces. Hoy día maestro de enseñanza primaria en este Centro.-
José Sánchez García. Daba clases de Ciencias de la Naturaleza en los cursos de 6º, 7º y 8º de E. G. B. en estas fechas Jubilado.
Vicente Vega Luengo. Profesor de párvulos y Jefe de Los Boy Scouts; hoy día destinado en un Centro de Palomares.
Hay cinco compañeros en la foto que no recuerdo sus nombres, sobre todo son maestras de parvulario y una profesora de religión con las que no tenía mucho contacto. Con las parvulistas, porque estaban en otro edificio, no coincidíamos en las entradas y salidas, el patio de recreo era otro y el horario de los mismos tampoco se ajustaba al nuestro y por lo tanto no tengo la seguridad de identificarlas correctamente. Por ello sólo aparece en el pie de foto el número que ocupan. Si alguien puede identificarlas y comunicarme sus nombres y apellidos estaré encantado de rehacer el pié de foto o publicar una nueva.
Pido disculpas si alguno de los compañeros no tiene su nombre completo o si contiene algún tipo de error al nombrarlo.
CLAUSTRO DE PROFESORES Y PERSONAL DE ADMINISTRACIÓN Y SERVICIOS DEL
"COLEGIO PÚBLICO GUADALQUIVIR"
Esta es la relación de profesores y del personal administrativo y de servicios que han pasado por el Centro desde su creación en el año 1980 hasta el 1997, fecha en que con la implantación de la E. S. O. y de la Enseñanza Primaria y la desaparición de los cursos 7º y 8º de E.G.B. motivaron el trasiego y los cambios de personal para adaptarse a la nueva situación.
Abascal Martín-Artajo, Paloma.
Aguilera Espejo, Juan de Dios.
Alonso Espolita, Reyes.
Antúnez Montero, María Angeles.
Blanes Puentes, Dolores. (Hoy día jubilada.)
Caamaño, Generoso. (Conserje y mantenedor de los edificios.)
Caballero Alcázar, Victoria.
Cabanillas Escobar, Pedro. (Hoy día jubilado.)
Cano Dorado, Mª del Pilar.
Carrasco, Antonio.
Caz Rodríguez, Victoria del.
Gallego Bernal, Cristóbal. (Hoy día jubilado.)
Gil Murillo, Elena. (Hoy día jubilada.)
González Paisano, José Francisco.
Guerrero García, Conchi.
Herrera Tordillo, África. (Administrativa.)
León Guerrero, Inés.
Losada Chacón, Auri.
Lozano Romero, Cándido Manuel.
Lledó Becerra , Angel.
Magaña Fernández, Mª del Carmen.
Martín García, Mª del Carmen. (Hoy día jubilada.)
Morales Hidalgo, Mª José.
Muriel Vaquera, Francisco.
Pañuela Jiménez, María de Gracia.
Pérez García, Felisa.
Rangel González, Juan José.
Retamero Díez Cortina, José Tomás. (Hoy día jubilado. La mayor parte de su vida activa en esta zona la llevó a cabo en el Colegio Público de Lepanto.)
Rodríguez Rodríguez, María de la Luz. (Hoy día jubilada.)
Romero Muñoz, Paqui.
Sánchez García, José. (Hoy día jubilado.)
Sánchez Parejo, Mercedes.
Serra Buades, Antonia.
Talaverón, Rafael.
Vega Luengo, Vicente.
Vizcaya Pérez, Francisco.


A pesar del esfuerzo investigador que he realizado me faltan algunos compañeros. Unos difuminados por completo en el recuerdo, otro arrancado de cuajo dejándonos una herida ya cicatriz que emborrona su nombre no su actitud ante la vida, su ánimo, en el corto tiempo que compartió actividad con nosotros. De los tres compañeros que quedan en mi memoria, sólo recuerdos gratos y unos nombres sueltos. Inés León, Ramón, Antonio… se que la que nombro en primer lugar se encuentra como bióloga en un instituto de Tomares, una localidad cercana; del segundo compañero he perdido por completo su pista y no tengo ninguna referencia aunque si recuerdo las fructíferas conversaciones que manteníamos durante las vigilancias en los recreos. El último con el que también compartí momentos agradables y sustanciosas conversaciones pedagógicas sólo me falta recordar sus apellidos que no dudo en obtener pronto.

Pasados varios años, el 29 de noviembre de 2012, puedo expresar el primer apellido de Antonio, último compañero de los tres a los que hago referencia al final de esta entrada y que  he añadido a la lista por orden alfabético de profesores de este Colegio. Su primer apellido es Carrasco. Ya queda menos para rememorarlos a todos.

Adenda al artículo "Instantánea para el recuerdo": El 20-05-08 visité los dos Centros en donde he pasado gran parte de mi vida teniendo la dicha de compartir con los compañeros unos momentos agradables. Me sentí arropado por el calor y afecto de todos, tanto de los antiguos como del nuevo personal al que fuí presentado. Me llevé la grata sorpresa de encontrar por un lado en el instituto "Cavaleri" a Inés, antigua compañera, afecta al Departamento de Ciencias naturales. El inesperado encuentro con esta compañera, me llenó de una gran alegría ya que hacía mucho tiempo que no contactábamos. Procede de un Instituto de Tomares tal como la había úbicado al final del artículo del que estoy redactando el añadido y con ella había compartido tareas docentes como profesora de E.G.B. en el entonces C.P. Guadalquivir hace ya bastante tiempo. En este último Centro con la ayuda y amabilidad de Auri, de la que no recordaba su nombre, pude ir completando otros tantos de la lista de profesores que aparece en el artículo así como de la foto que da pié al mismo.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Mosaicos en matemáticas.




La manipulación de las regletas nos lleva a construir formas rectangulares o cuadradas llamadas mosaicos.

Los mosaicos están constituidos por una serie de líneas iguales. Para realizar un mosaico, colocaremos las líneas formadas con las regletas unas a continuación de otras utilizando la superficie de nuestra mesa o pupitre como soporte. Iniciaremos dicha construcción desde una posición cercana al borde o frontera exterior de la superficie de la mesa o pupitre frente a nosotros en el que estamos trabajando y terminaremos avanzando progresivamente con las regletas hacia donde estamos sentados.

Cuando realizamos este tipo de construcciones hemos pasado de las escaleras que se caracterizan por la desigualdad de sus líneas, a la construcción de mosaicos con todas sus líneas iguales y con los que profundizaremos en las descomposiciones numéricas. Las escaleras se caracterizan porque sus líneas o escalones, por regla general, van de menor a mayor a no ser que las construyamos en sentido inverso

Como puede observarse en las ilustraciones de este artículo, debe exigirse al alumno que escriba las operaciones indicadas tal y como aparecen en ellas. De esta forma lo estaremos sometiendo a una disciplina y a un orden en la forma de trabajar las matemáticas que será bueno para fijar su atención y desarrollar su poder de concentración al tener que realizarla no de una forma anárquica o como al alumno le venga en gana, sino bajo las directrices que les vayamos marcando. Estas directrices no obedecen a un mero capricho y no son por dar la lata o fastidiar al alumno sino porque mediante ellas vamos a lograr unos objetivos que habremos fijado con anterioridad. Estos objetivos a conseguir pueden ser:

  • Orden y limpieza.
  • Trabajar la atención y concentración en el desarrollo de las expresiones matemáticas.
  • Ser capaces de escribir y entender expresiones algebraicas surgidas de la manipulación del material o al dictado.
  • Facultar al alumnado en la deducción, escritura y comprensión de las expresiones aritméticas que surjan de la manipulación del material o del dictado.
  • Realizar sencillos automatismos y saber expresarlos por escrito con claridad.

Los alumnos a veces hacen juicios y cuestionan la forma de trabajar de un profesor, bien porque en ese momento no se sabe valorar ni los procedimientos ni se conocen en profundidad los objetivos que esta forma de trabajar pretende, ni por supuesto, lo que se persigue o trata de fomentar con ella. No obstante es un deber para el profesor y una necesidad tanto para el profesor como para los alumnos el que se dé a conocer lo que pretendemos con nuestra actitud ante la asignatura y ante la forma de trabajarla. Otro cantar será el que los alumnos entiendan en el presente lo que en un futuro sin lugar a dudas comprenderán con mayor claridad.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

¿Señales de tráfico en Naturales? Ciencias de la Naturaleza. Recursos y estrategias.












La asignatura de Naturales o de ciencias de la Naturaleza, como su nombre indica es una asignatura de ciencias.

Cuando nos iniciamos en ella no nos podemos imaginar que al trabajar esta asignatura nos encontraremos solucionando problemas, hallando fórmulas dentarias, realizando experimentos en un laboratorio, observando al microscopio, transformando unas unidades en otras, formulando, ajustando reacciones...etc.

Es tan amplia que los alumnos que comienzan, ni tan siquiera intuyen el abanico de disciplinas que se aglutinan en esta asignatura. Baste citar que entran a formar parte de ella disciplinas como: la Biología, Zoología, Física, Química, Ecología, Geología, Acústica, Termología... etc.

Al ser una asignatura de ciencias, constantemente necesitamos de las matemáticas para poder llegar a trabajarla en profundidad. Hay veces que tenemos que emplear fórmulas y despejar de ellas incógnitas que necesitamos conocer para resolver determinadas cuestiones que durante el desarrollo del programa se nos plantea y para las que requerimos conocimientos matemáticos a ese nivel que los alumnos no tienen en ese momento.

La mayoría de las veces el fallo en cuanto a conocimientos matemáticos previos de los alumnos, se debe a que éstos, o no han llegado a ellos o están próximos a alcanzarlos; otras veces estas deficiencias son debidas a que ciertos alumnos olvidan o no tienen muy claro lo que han trabajado con alfileres para salir puntualmente del paso en un momento dado.

La solución no está en esperar que nuestros alumnos alcancen estos conocimientos, ni en quejarnos de la poca preparación con que nos llegan. Tampoco podemos desde nuestra asignatura atender todos los frentes o rellenar lagunas. Los docentes tenemos recursos y estrategias para casi todo y por ello utilizamos los que se conocen con el nombre de: “señales de tráfico” como puedes observar en las ilustraciones que aparecen como encabezado en este artículo.

Una vez despejadas cada una de estas magnitudes podremos definirlas. De esta forma, interpretando la expresión algebraica de cada magnitud despejada, los alumnos podrán expresar su significado con bastante exactitud. Así dirán sobre el espacio que:

Espacio es la distancia que tiene que recorrer un móvil.

También llegarán a definir la velocidad.

Velocidad es el espacio recorrido por un móvil en la unidad de tiempo. Es la relación que existe entre el espacio recorrido por un móvil y el tiempo empleado en recorrerlo
Podrán también hacer conjeturas y llegar a razonamientos sobre estas magnitudes como: La velocidad o rapidez depende de la distancia recorrida (espacio) y el tiempo empleado en recorrerla.

Por último definirán la magnitud tiempo como:

Tiempo: Es lo que dura un movimiento; lo que tarda un móvil en un desplazamiento.

Sin lugar a dudas los alumnos terminarán por definir y expresar sin dificultades cuestiones que el hombre se planteó en épocas precedentes de la historia y tuvo que obviar.

Sin tener los conocimientos matemáticos que requieren estos despejes y utilizando éste como otros recursos, previa una pequeña explicación para andar por casa, los alumnos con bastante facilidad podrán resolver problemas sencillos y no interrumpirse o cercenar así por este motivo la programación de la asignatura con la consabida muletilla de: “En otro curso, o más adelante podremos trabajar este tema con mayor profundidad ya que nos faltan conocimientos para poder entenderlo.”



sábado, 1 de diciembre de 2007

¿Música en Mairena del Aljarafe en un Colegio Público?









"Mi agradecimiento al claustro de profesores del que tuve la fortuna de formar parte y que adelantándose a su tiempo permitió la instauración de la asignatura de música en el “Colegio Público Guadalquivir” en la primera mitad de la década de los 80. Hago extensivo este agradecimiento al Ayuntamiento y en especial a la Concejalía de Educación por su apoyo y aliento que puso en manos de los alumnos un material que les hizo más felices y sin el cual no hubiese sido posible la labor tal como se llevó."

Se cumplieron 25 años yo diría que de labor incansable y asistí a esa celebración, a ese reencuentro entrañable entre profesores y alumnos y lamento no haber encontrado en su día la documentación suficiente para aportar otro grano de arena más para así ayudar a contar la historia de este Colegio. Para algunos como yo, “Colegio Público Guadalquivir” hoy día, “Centro de Educación Infantil y Primaria Guadalquivir”

Dos años después de esta celebración, en el sosiego de la jubilación he encontrado material y recordado algunas de la muchas cosas que sucedieron y pido excusas si al contarlo desde mi óptica sumerjo en el olvido actuaciones loables de compañeros que sin lugar a dudas participaron activamente en consejos de Dirección, claustros interminables, reuniones de nivel y de etapa, talleres, mientras atendíamos al desarrollo normal de las asignaturas del currículo, que simultaneábamos con la preparación para participar con nuestras respectivas clases en la fiesta de Navidad, la del Carnaval, el día de Andalucía, la fiesta del libro, la fiesta de la primavera, la fiesta fin de curso y encima aunque suene a chanza, innovábamos cada uno en nuestras clases dentro de las asignaturas que impartíamos repartiendo entre otras cosas, mucho cariño, una gran dedicación y una fe inquebrantable que nos daba no se de donde las energías necesarias para llevar a buen fin todo este entramado.

Desde mi óptica contaré lo que con más intensidad viví en primera persona y os describiré o más bien haré una aproximación de como eran mis clases.

Si, fuimos el primer Colegio de la Zona en el que se impartió música en aquellos años y aunque no en todas las aulas por imposibilidad horaria, si se abarcó en un primer intento a los cursos de segunda etapa; los consabidos 6º, 7º y 8º de la extinta E.G.B. Mas tarde fuimos abriendo el abanico y los quintos, cuartos, terceros y segundos fueron añadidos a esta experiencia.

Se dio la paradoja de que a pesar de ser el primer Colegio de la Zona en impartir esta asignatura fue el último en conseguir la habilitación para dar música y por supuesto donde más tarde en lo que a tiempo se refiere, ya no pertenecía a él, cuando se procedió a crear la plaza de profesor especialista en esta disciplina.

Yo que tantas horas invertí en esta labor no tuve la dicha de ser considerado el profesor de música de ese Centro con carácter oficial. Sin embargo, conté en aquellas fechas con el beneplácito de todos los compañeros y de la comunidad educativa y por acuerdo del Claustro comencé a trabajar con los alumnos esta asignatura.

A pesar de mis ruidosas clases en el horario lectivo, trabajando unas veces con los instrumentos corporales e inundando el ambiente de golpes en las mesas, frotis de manos, palmadas, pitos, patadas contra el suelo… Otras, utilizando también la pequeña y mediana percusión: golpeando claves y cajas chinas, agitando maracas, sistros, trabajando con la caja, bombo, bongoes en las polirritmias y sobre todo cuando después de las lecturas medidas, los alumnos entonaban la lección a viva voz o incidíamos sobre la independencia de las mismas en cannon y terminábamos con la flauta, ningún compañero puso el grito en el cielo o manifestó su malestar a pesar de los pitidos que surgían a veces de las 33 o mas flautas que podían sonar en una clase.

Si se quejaban por la reciente demostración de los buenos pulmones de que los alumnos habían hecho gala, o de los repiqueteos rítmicos que afectaban mucho más a las aulas del piso inferior, estas quejas eran en un tono de cordialidad, de buen saber estar y mucha sorna cuando en plan de guasa alguno de los más afectados o de los menos, tiraba píldoras contra estas clases que por ruidosas y bullangueras a este tipo de bromas, en los descansos entre los “profes”, se prestaban. También cómo no, debo hacer alusión al cuartito de los instrumentos, pequeña estancia de unos tres metros cuadrados, en el que se guardaban todos éstos además de los atriles, juegos de flautas, baquetas, mazos de repuestos, las carpetas de las partituras, material para la construcción de instrumentos... etc. del que me sentía orgulloso y en alguna ocasión había mostrado a quienes de fuera se interesaban por lo que con respecto a esta disciplina se hacía en el colegio y que también entraba a formar parte de los ya mencionados comentarios jocosos.

Con una actitud cariñosa y comprensiva, mis compañeros, soportaban estar en un aula próxima, sabiendo lo que les caía encima, comprendiendo y aceptando el barullo, la escandalera. Si algunos por suerte o mas bien por mala suerte en la confección del horario durante todo un curso caían al lado pared con pared o sólo separados por el escaso metro y medio del pasillo o por qué no en el piso inferior separándonos solo el suelo que pisábamos que es techo que cubre a los de abajo, podían alegrarse cuando el programa que había que impartir no hacía la clase tan bulliciosa ya que tocaba ese día, control, audición musical o bien taller de construcción de instrumentos. ¡Menos mal que por regla general era una clase a la semana!

Los alumnos construían instrumentos musicales que más tarde exponían en algunas de las celebraciones sobre todo en la fiesta fin de curso. Estos instrumentos se guiaban en las clases y se terminaban en casa con elementos muchos de ellos de desecho. Entre estos, estaban los claves, sistros, pitos de carnaval, flautas traveseras, flautas de pico, liras, simarras o concertinos, Râbabs, Flautas de balsas o Siku, Kenas, cajas rítmicas…etc.

Cuando se introducía nuevas figuraciones, nuevo temario con una nueva lección, que se estudiaba trabajando el esquema rítmico, pasando después por la lectura medida y entonada hasta ejecutarla a la flauta, que por complicada para el alumnado en ese momento teníamos que repetir hasta la saciedad para dominarla a la vez que desarrollábamos entre otras cosas, el esquema corporal, la lateralidad, el sentido rítmico, la atención, el conocimiento sobre la notación musical, la lectura medida... etc. Estoicamente me aguantaban.

El repertorio para la orquesta Orff del Colegio, o de nuestro consor de flautas a cuatro voces se trabajaba casi diariamente y para que los alumnos que participaban se estimularan, lo ensayábamos con fines específicos: para actuar cara al público, en otros Centros, en las comuniones de la Parroquia, en el Centro Cívico o en las fiestas que a lo largo del curso por uno u otro motivo se celebraban. Musicalizábamos pequeñas obras de teatro, comparsas o murgas de carnaval… tal era la actividad y con tal agrado los alumnos la realizaban, que sin forzarlos hasta acudían en los recreos.

Doy las gracias a las madres y padres de alumnos que colaboraron en los desplazamientos que efectuó nuestro consor de flauta a cuatro voces para efectuar demostraciones en los cursos de perfeccionamiento del profesorado celebrados en Centros de las localidades de Pilas y Umbrete. También tuvimos la inestimable ayuda de algunos padres en las actuaciones de la orquesta del Colegio no sólo en el propio Centro sino, en salones de actos de Centros de la localidad y de localidades próximas como: San Juan de Aznalfarache o de la propia zona como el colegio del Valle, Escuela Maternal e Infantil de Mairena del Aljarafe, Parroquia del Espíritu Santo y Centro Cívico.

De este modo íbamos enriqueciéndonos y enriqueciendo el repertorio con títulos para la orquesta Orff como: Chevalier de la Table Ronde, Barcarola de los cuentos de Hoffmann, El Ballet del Alforfón… villancicos como: Noche de paz, 25 de Diciembre, El tamborilero, Fum Fum Fum, Rin Rin… Himno de Andalucía, Sevillanas del siglo XVIII, Sevillanas de la autonomía… y canciones populares como La farola, los cuatro muleros … etc. Para nuestro consor de flautas a cuatro voces también trabajábamos y ampliábamos nuestro repertorio con piezas de Juan del Encina como: Más vale trocar y otras como: Mountanyes de Canigó, Marchas alemanas… etc.

Cuando se aproximaba el día del debut, a los ensayos generales que por norma tenían lugar en el salón de actos con toda la orquesta o en uno de los laboratorios durante los recreos cuando del consor de flauta se trataba, acudían los alumnos ilusionados, sintiéndose importantes, protagonistas, sabedores que con su aportación engrandecían la fiesta colaborando al buen desarrollo de la misma. ¡Qué lucha para que se reintegraran a sus clases sin retraso por culpa de los ensayos! ¡Qué previsión para tener todo en orden en el salón de actos y realizarlos sin pérdida de tiempo en el que tenían una gran importancia los encargados! Y ¡Qué rapidez recogiendo y metiéndolo todo en el cuartito de los instrumentos! Repetíamos a nivel general y al completo lo que en las clases trabajamos frase por frase y cuerda por cuerda. Aquí sonaban todos; las flautas sopranos y contraltos, las tenores y las bajas, los teclados, acordeones y como acompañamiento, unas veces utilizando mazos duros y otras a requerimiento del pasaje los mazos blandos. De esta forma, los alumnos que los ejecutaban, recorrían las placas de metal y madera de carillones, metalófonos y xilófonos, que desde el bajo hasta el soprano, con sus arpegios, armonizaban las melodías.

Trabajábamos tanto piezas antiguas como canciones populares y algunas totalmente desconocidas, compuestas expresamente para el momento, para esa fiesta que en el Centro o en la Localidad, se iba a celebrar.

Creo que sin decírmelo, mis compañeros en cierto modo apreciaban y echaban en falta, si por cualquier causa este barullo algún día les faltaba.

En fechas más cercanas a este escrito, visité el Centro y comprobé que había algunos instrumentos construidos por los niños decorando el colegio y una de las que fue alumna por aquellos años, era la profesora de música de ese Centro.

P. D: Todos los que trabajamos en el Colegio tenemos y podemos contar anécdotas y experiencias que hemos vivido a lo largo de los años. Curso escolar a curso escolar, día a día, hemos sido espectadores y protagonistas de un cúmulo de hechos que han contribuido a la formación de muchos y a la nuestra. Desde aquí os animo a contar todo lo que de una forma u otra nos ayudó a ser mejores para así con nuestra participación, avivar los recuerdos y de esta forma rellenar las lagunas que existen aún en la historia de nuestro Colegio.