Como siempre
vuelvo a reiterar la gran importancia que tiene la utilización de gráficos, dibujos, croquis, esquemas…
etc., sobre todo, en los estudios primarios y al iniciar la
secundaria, pues cumplen una función de extraordinario impacto en la
transmisión y posterior comprensión y
asimilación por parte de los alumnos de conceptos básicos.
Máxime cuando
estos conceptos son abstractos, pues no se perciben como es el caso del pulso
musical ni tan siquiera por el oído, aunque si lo apreciamos en nuestro
interior como una sensación que nos invita a un movimiento repetitivo de todo
nuestro cuerpo o de algunos de sus miembros.
Que los alumnos
tomen conciencia de él y lleguen a discriminar la diferencia entre pulso y
ritmo viendo que son inseparables y que
cualquier ritmo lleva implícito un pulso que no suena, pero que se puede
sentir, es algo fundamental en los inicios de la educación musical.
Ayudan aún más
estos gráficos cuando son interactivos como es el caso, pues el alumno no sólo los puede contemplar con la vista al dibujarlos en
la pizarra o proyectarlos en una
pantalla, sino que al ejecutarlos, los
percibe con otros sentidos; uno de ellos es el oído; pues los oye. Otro, es el tacto ya que al percutirlos, sienten en todo el cuerpo las vibraciones que éstos producen.
¿Qué es el pulso musical?
El pulso
musical, es un latido regular y constante que no se percibe por el oído porque
no suena, pero que podemos sentir en todo nuestro ser. Es un golpe o pulsación
regular, pues siempre va a la misma velocidad y se siente por regla general con
la misma intensidad una vez que se inicia un discurso o tempo musical hasta su
finalización.
Normalmente,
cuando golpeamos con el pie mientras oímos cualquier tipo de música no estamos
llevando el ritmo sino el pulso.
Ayuda a medir
la duración de los sonidos pero no indica la duración de éstos. Las figuras
musicales si indican la duración de los sonidos.
Todo esto
podéis visualizarlo en la presentación de gráficos rítmicos alojada en: https://docs.google.com/presentation/d/1jwccdWQpZUCfaKCeRUIryr4gbv3OeCx4tYt1VMHynQA/edit#slide=id.p
Sólo en sí, el pulso es cansino, monótono, siempre igual; sus percusiones o
latidos se suceden con invariabilidad y en el mismo lapso de tiempo. Al igual
que el compás, divide el tiempo en partes iguales.
Cada tempo
musical tiene su pulso. Los tempos musicales son: Largo, Larghetto, Adagio,
Andante, Moderato, Allegro, Presto y Prestísimo.
Los bits, latidos o pulsaciones que tiene en un
minuto cada tempo musical aproximadamente son los siguientes:
Largo………………..
De 40 a
50 pulsaciones por minuto.
Larghetto……………
De 50 a
66 pulsaciones por minuto.
Adagio……………… De
66 a 76
pulsaciones por minuto.
Andante.……………..
De 76 a
80 pulsaciones por minuto
Moderato.……………
De 100 a
120 pulsaciones por minuto.
Allegro……………… De 120 a 168 pulsaciones por minuto.
Presto…………………De
168 a 190 pulsaciones por minuto.
Prestísimo………….....
De 190 a
208 pulsaciones por minuto.
El pulso puede
ser en blancas, negras con puntillo, negras, corcheas… Puede aparecer indicado al
principio de una partitura de esta forma:
negra = 80; quiere esto decir que entran 80 negras en un minuto.
Lo podemos
definir como la unidad básica de medida del tempo musical. El tempo musical
determina la velocidad del pulso. El pulso de un largo en mucho mas lento que
el de un andante y éste mucho mas lento que el de un presto,
Refiriéndonos a
estos tres tempos musicales, el pulso del largo, es lento, el del andante, es
más rápido, y el del presto, es mucho más rápido o muy rápido.
Representación gráfica del pulso.
Gráficamente lo
podemos representar por un círculo y los sonidos por figuras musicales tal como
aparece en la ilustración que sigue.
En el pulso de
un fragmento musical cuya
representación por cada pulsación es un
círculo, pueden entrar en cada círculo una o varias percusiones, es decir; una
o varias figuras musicales. Para recabar más información sobre todo esto podéis consultar la entrada
publicada el 22 de enero de 2009, con el título “La importancia del
ritmo para trabajar el lenguaje musical" en http://elinquietojubiladocristobal.blogspot.com.es/search?q=La+importancia+del+ritmo+para+trabajar+el+lenguaje+musical entrada en la que sin referirme concretamente
al pulso aparece la representación gráfica del mismo en algunas de sus
ilustraciones.
Con estos
gráficos de un círculo igual a un pulso iniciaremos los dictados rítmicos y
sobre los círculos dibujados en la pizarra ejecutaremos ritmos e
intentaremos que los alumnos sólo con su audición sean capaces de escribirlos.
Pulso en palmadas y ritmo en Kodaly.
En la
ilustración que aparece a continuación de este párrafo, podemos hacer ver la
diferencia que existe entre pulso y ritmo. En ella aparece la onomatopeya
PLAF, de una palmada, para cada pulso representado por un círculo y la nomenclatura de las sílabas KODALY, para cada figura musical.
Con las
figuras musicales expresamos el ritmo y con las sílabas KODALY, realizamos la
lectura rítmica.
Pulso en corcheas en ritmo binario y ternario.
El ritmo puede
ser binario o ternario. En la siguiente fotografía se expresa el pulso tanto en un ritmo binario como en uno ternario y nos muestra como
podemos ejecutar tanto el pulso como el ritmo a la vez. El pulso lo podemos
marcar con una palmada por círculo y el ritmo lo podemos leer con las sílabas
Kodaly.
En la ilustración siguiente, en primer término, aparece un pulso en corcheas que representamos con medio círculo; y a continuación, se expresa otro pulso en corcheas en un ritmo ternario representado con tercios de círculos.
En estos gráficos podemos representar cualquier secuencia rítmica. En la ilustración que sigue a continuación, en primer lugar vemos un pulso en blancas. Bajo este pulso en blancas, aparece representado pulso, ritmo y compás. El pulso en negras dentro de un compás de tres por cuatro, con sus líneas divisorias y con la figuración rítmica correspondiente.
Pulso en blancas.
En estos gráficos podemos representar cualquier secuencia rítmica. En la ilustración que sigue a continuación, en primer lugar vemos un pulso en blancas. Bajo este pulso en blancas, aparece representado pulso, ritmo y compás. El pulso en negras dentro de un compás de tres por cuatro, con sus líneas divisorias y con la figuración rítmica correspondiente.
Marcando el pulso.
El pulso, además de con palmadas lo podemos marcar con los
pies, con uno de ellos o con los dos, con chasquidos de lengua, con pitos o
palillos, con subidas y bajadas de hombros, con desplazamientos: caminando,
saltando… etc.
El ritmo, no sólo se ejecuta con las sílabas rítmicas Kodaly,
sino que además podemos utilizar tanto
el laleo como las percusiones con las palmas o los nudillos sobre cualquier
superficie ya sea ésta una mesa o pupitre, un banco, una puerta…etc. También podemos usar otros materiales como:
una chapa metálica o cartón tratando de deformarlos, bamboleándolos o haciéndolos
oscilar, o bien utilizar papeles, arrugándolos y estirándolos.
Lo ideal es ejecutar
pulso y ritmo a la vez contribuyendo así no sólo al desarrollo de nuestro sentido del ritmo
sino al de nuestra motricidad en general, siendo capaces de utilizar distintas acciones
con independencia en las ejecuciones rítmicas. Logros que
conseguiremos al ejecutar los gráficos rítmicos tal y como se
indica en las ilustraciones de esta entrada. La acción de dar palmadas marcando
el pulso a la vez que utilizamos nuestra
voz para leer las figuras musicales dándoles
su duración con las sílabas Kodaly, es uno de los caminos.
Estos gráficos rítmicos pueden ser ejecutados por toda la clase mientras el profesor va señalando cada pulso en la pizarra o en la pantalla, por una sección u otra de la clase en alternancia, o, alumno por alumno en una lectura rítmica en cadena determinada previamente; por ejemplo: cada dos pulsos.
Silencios de corchea y semicorchea.
Los silencios de corchea se ejecutan en la lectura rítmica
con un corto siseo que se escribe así: SSSS, o bien por una aspiración corta por la nariz que se escribe así: IFFF. En los silencios de semicorcheas las tomas de aire y siseos son mucho más cortos.
Espero con esta
entrada aportar al conjunto de
iniciativas didácticas, una más, que nos permita con la utilización de estos gráficos interactivos, conseguir que el diálogo que se establece entre profesores y alumnos durante el aprendizaje sea mucho más ameno y fluído. .
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