Siempre
que surge una conversación en la que se comenta el día a día vivido entre
padres e hijos, aunque nos puedan parecer muy duros y crudos los vocablos que
voy a emplear, vemos que con demasiada frecuencia en dicha relación, para
conseguir que los niños, nuestros hijos, den una respuesta adecuada, utilizamos
tanto el chantaje o la extorsión como el trueque, la negociación y la
justificación.
Para
educar desde muy pequeñitos ninguna de estas acciones deben utilizarse si no
queremos que los niños vayan conquistando cuotas de poder y convirtiéndose en
unos caprichosos y egoístas, en una palabra, en unos tiranos. Negociar, justificar, comprar, chantajear,
extorsionar, trocar son verbos que debemos eliminar en nuestra relación con los
más pequeños y no tan pequeños.
Debemos
desterrar estos vocablos en el
plano educativo, por lo de contraproducentes y poco edificantes que resultan las acciones que de ellos emanan.
En la educación no tiene cabida la negociación, ni el trueque ni la
justificación y por supuesto no debemos
utilizar ni el chantaje ni la extorsión.
Según la Real academia, negociar es tratar o comerciar, comprar, vender o
cambiar géneros mercancías o valores. Las negociaciones son tratos que van
dirigidos a la conclusión de un convenio o pacto.
También
según la Real Academia ,
chantaje es la presión que mediante
amenazas, se ejerce sobre alguien para obligarle a obrar en determinado
sentido. Y extorsionar, es usurpar, arrebatar algo a alguien utilizando la
amenaza respaldada por la violencia.
Por
último, trueque, según este mismo diccionario, es cambiar una cosa por otra; es el
intercambio directo de bienes y servicios,
sin mediar la intervención de dinero.
Estas
definiciones de la Real Academia
sobre el significado de estos vocablos me invita a no dejar a un lado una segunda acepción de la
palabra extorsionar, que dicho diccionario nos la define y expresa como causar
trastorno, daño o perjuicio.
Podemos
deducir que de lo expresado hasta el momento, mal debemos estar actuando cuando constantemente surgen o
han surgido en esta relación actitudes que nos llevan a amenazar, arrebatar, en definitiva a emplear una violencia mas o
menos velada para conseguir las respuestas y conductas deseadas.
En http://elinquietojubiladocristobal.blogspot.com.es/2011/06/multiplicidad-de-estimulos-en-los-mas.html,
expreso el problema que tienen los padres en la actualidad. Manifiesto que no hay un contacto continuo en un principio
con el bebé, mas tarde niño, pues éste
se limita al corto espacio de tiempo que
les deja la jornada laboral y que obliga a los padres a delegar en los abuelos.
De esta forma el contacto, cuando tiene lugar, se hace aún mucho más intenso y
durante éste se les permite en la mayoría de los casos a los hijos casi todo.
En esta
otra entrada http://elinquietojubiladocristobal.blogspot.com.es/2010/04/el-cuarto-de-nuestros-hijos-su.html,
hago hincapié sobre la necesidad de revisar el dormitorio de nuestros hijos
pues todo lo que se encuentra en esta
habitación salvo la cama, la mesilla de noche y el armario para la ropa debería
desaparecer pues invita a nuestros hijos a permanecer en esta habitación más
tiempo del debido; fomenta el que no se relacionen con el resto y les facilitan
el encerrarse en sus mundos. Unos mundos la mayoría de las veces nada reales en
el que están ellos y sus caprichos; ellos y sus aficiones; unos mundos en los
que no hay lugar para la empatía porque todo gira entorno a ellos, a sus
inquietudes y antojos, a sus más mínimos deseos.
La educación, es
un proceso de transmisión del bagaje cultural de la sociedad, así como del
conjunto de reglas, valores y costumbres que rigen en ella. En este proceso hay que destacar la interacción que existe
entre educandos y educadores; en él, se establece una relación en la que debe primar el calor humano, el afecto junto con el
diálogo adornado de comprensión, de
crítica constructiva y responsable al analizar en las puestas en común, las
conductas tanto a nivel individual como del grupo clase o unidad familiar. Del análisis y reflexión, surgen en estas
reuniones las normas que deben adoptarse para subsanar los problemas de
convivencia en el día a día educativo,
así como las sanciones y su tipificación ante su incumplimiento. Normas que deben surgir de los propios individuos que integran el
grupo ya sea este familiar o grupo clase, normas consensuadas que responsabilizan
y ennoblecen a todos los que intervienen:
educandos y educadores.
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