¿Qué es una simarra? Una simarra es una caja de resonancia de forma trapezoidal con quince cuerdas de distintas longitudes. Para construir este instrumento se necesita material, utensilios y herramientas; gran parte de todo esto se expone en las ilustraciones.
Lo primero es dibujar o calcar las plantillas: Primero, la de la simarra que no es más que la del fondo de su caja de resonancia; segundo, la de la guía de cuerdas y clavijero; tercero, la de la tapa de dicho instrumento que sacaremos pasando un lápiz por el borde de la caja de resonancia sobre un A3 cuando hallamos encolado los listones que formarán las paredes de la caja sobre el fondo de la misma, y, por último, la plantilla de fijación de cuerdas.
Una vez dibujada o calcada la primera plantilla sobre la cartulina, dependiendo de la edad y formación de los alumnos y pasado su contorno al panel se recortará con la segueta de pelos obteniendo así la base de la caja de resonancia cuyos bordes nombraremos con las letras A, B, C, D., tal como se indica en la segunda ilustración.
A continuación colocaremos sobre la plantilla de la simarra uno a uno los listones ajustándolos a los bordes de la misma para dibujar los cortes que deberemos dar con la segueta de acero al carbono, formando así las paredes de dicha caja.
Con las lijas perfeccionaremos los cortes, hasta que queden rectos en todos los casos. Si hemos medido y recortado bien a la vez que colocado cada listón sobre el borde de la plantilla correspondiente, que para evitar errores habremos señalado con las letras (A , B, C ó D), con anterioridad, podremos proceder sin más problemas a armar la caja de resonancia.
¿Como realizamos todo esto?
Por si no ha quedado claro repito algunas indicaciones:
Una vez dibujada la plantilla de la base o fondo de la caja de resonancia que tiene forma de trapecio señalaremos cada borde con la letra correspondiente y procederemos a dibujar su contorno en el panel para a continuación recortarlo con la segueta de pelos y proceder a perfeccionar dichos cortes con una lija fina.
Cortaremos también los listones colocándolos sobre la plantilla o sobre la base de panel ya recortada después de haber nombrado cada lado del trapecio con la letra asignada. Situaremos cada listón sobre el panel en su letra correspondiente, para que al guiarnos y darle el ángulo y la inclinación debida a dichos cortes , encajen unos con otros y de esta forma conseguir que cuando los unamos, cacen perfectamente consiguiendo formar las paredes de dicha caja trapezoidal sin fisuras o grietas.
Comenzaremos a formar la caja encolando el listón A, al panel trapezoidal que nos servirá de fondo o base, sujetándolo bien con uno o dos gatos. Es preciso que las maderas no se dañen, por lo que colocaremos entre las maderas y los gatos o sargentos, papeles de periódico, un trozo de paño o trapo, o un trozo de tirante o goma… etc.
Una vez esté pegado y seco repetiremos la operación con los restantes listones, (B, C, D) encajándolos en el sitio debido que estará señalizado con su correspondiente letra. No deben usarse puntillas ni grapas para el fijado de los listones a la base o fondo del panel. Una vez que esté todo bien seco tendremos construido el fondo y las paredes de la caja de resonancia a la que daremos una mano de laca tapaporos por dentro y por fuera, y pasada una hora, cuando ésta esté seca, le daremos un lijado por toda su superficie tanto interna como externa. Esta última operación (laca tapaporos + lijado) la repetiremos hasta 3 o cuatro veces para conseguir un acabado perfecto de la caja de resonancia.
Cuanto mas manos de laca tapaporos y mas lijados le hayamos dado a la caja de resonancia en construcción tanto por dentro como por fuera, obtendremos un instrumento con mejor presencia y con un sonido de mucha mas calidad.
Para construir la tapa, será conveniente que coloquemos un A3 y dibujemos sobre este formato de papel, pasando suavemente un lápiz por el contorno de la caja construida de la siguiente forma: Por el filo interior de los listones (A –D) y por el filo externo de los listones (B –D). Al pasar el lápiz estaremos obteniendo la plantilla de la tapa de la caja de resonancia que estamos construyendo. Una vez obtenida esta nueva plantilla procederemos a calcarla sobre el panel, que después de recortado y lijado nos dará como resultado la tapa de la caja de resonancia que tendrá también forma de trapecio pero con unas dimensiones más reducidas que el fondo de la misma.
Deberemos a continuación realizar un agujero u oído típico de estos instrumentos y que nos servirá para que nos amplifique las vibraciones de las cuerdas que percutamos.
Una vez colocada y encolada la tapa, repasaremos con lija todo el conjunto procurando tapar todas las imperfecciones. Para ello se utilizará el propio polvo de la madera o serrín obtenido con los cortes formando una masa con cola blanca. De esta forma conseguiremos una pasta que sella perfectamente las uniones. Una vez secas repetiremos el proceso de lijado y lacado tantas veces como sea necesario.
Con los restos sobrantes del panel podremos al final adornar el instrumento como nos plazca o bien realizar algún detalle previo dibujo como el que aparece en el oído de la simarra de las ilustraciones.
Una vez construida la caja de resonancia y haberle dado al menos dos manos de laca tapaporos, dos lijados y la primera mano de barniz, procederemos a colocar la plantilla del clavijero y guía de cuerdas sobre la cara exterior del listón “D” y señalaremos la colocación de los tornillos que formarán el clavijero. Posteriormente marcaremos también la guía de cuerdas, redondeando por último las aristas “A” y “D” para darle un aspecto más elegante..
Para colocar las chinchetas que formarán la guía de cuerdas marcaremos con tiza o un lápiz de mina suave una línea a 6 mm. , de la arista HC del listón “D”; Donde se unan las prolongaciones de la marca de la guía de cuerdas con esta línea, se colocará cada una de las chinchetas que formará la guía de cuerdas. Estas chinchetas deberán clavarse poco debiendo quedar todas las cabezas a la misma altura.
A continuación colocaremos los tornillos del clavijero situándolos todos en la 4ª rosca. Con la plantilla de fijación de cuerdas clavaremos estas, colocando luego las cuerdas. La primera cuerda y más larga del instrumento, irá desde la primera puntilla del listón “A” al primer tornillo del listón “D”, pasando por la chincheta guía que hará que todas las cuerdas estén a la misma distancia.
Con el trozo que nos sobra podremos colocar la última cuerda, la más pequeña, haciéndole el ojal que trae de fábrica con dos alicates, previo corte con nuestro alicate de corte. Introduciremos el otro extremo de la cuerda, es decir; el extremo opuesto de la cuerda a donde se encuentra el ojal, por el agujero del tornillo dando media vuelta, sin llegar a tensar la cuerda.
Una vez que tengamos varias cuerdas de los extremos del instrumento colocadas procederemos a situar las dos varillas metálicas de los electrodos o dos alambres gruesos perfectamente rectos. Dichas varillas o alambres los situaremos en los lados “A y “D” de la caja y quedarán a presión entre las maderas de estos listones y las cuerdas, con lo cual las cuerdas quedarán libres para vibrar al no estar en contacto con la madera que obstaculizaría y frenaría la vibración de las mismas.
Las varillas quedarán sobre una hendidura o cama que habremos hecho previamente en la madera con la segueta plana de acero al carbono y una pequeña gubia de hoja de corte en uve.
Tanto para desnudar o quitar la carcasa de los electrodos como para poner rectos los alambres gruesos lo haremos con un martillo sobre una superficie o base recta al efecto o un adoquín de granito de los que hay en cualquier acera de cualquier calle.
Después tensaremos mínimamente todas las cuerdas y buscaremos un sonido guía que puede ser el “LA” del diapasón. Si no tenemos experiencia ni nos fiamos de nuestro oído podemos coger una flauta dulce afinando la más larga de las cuerdas en el “DO” bajo de dicha flauta siguiendo las demás en el orden Re, Mi, Fa, Sol, La, si, Do, etc., hasta afinar la última cuerda.
Importante: Para afinar una cuerda se hace vibrar y a continuación se gira poco a poco el tornillo o clavija, con lo cual oímos la afinación que estamos logrando. Si se deja de oír se vuelve a pulsar o percutir pero nunca se debe girar el tornillo o clavija si no oímos la afinación que estamos consiguiendo. Una vez afinadas todas las cuerdas tendremos un instrumento de dos octavas que tendrá a su constructor, pendiente de mantener su afinación, lo cual contribuirá a educar su oído. Para ejecutar cualquier melodía con este instrumento se debe usar una púa o plectro de dureza media.
Espero que este artículo os sirva para desarrollar todo esto en vuestra clase de música como una actividad más, o bien como un proyecto a nivel de aula, o si lo preferís, a nivel de Departamento, o como una actividad puntual con un grupo en concreto o como actividad interdepartamental. No obstante en un próximo artículo daré aspectos organizativos y didácticos que os puedan ser de utilidad.
2 comentarios:
Estimado señor mi nombre es Felipe Baltanas y soy de Córdoba, deduzco por sus notas que es un artista, le pido disculpas por robarle su tiempo con mis problemas pero ya no se donde acudir, tengo una simarra pero necesito cambiarle algunas cuerdas y no veo la forma de encontrarla si fuera tan amable de ayudarme a encontrarlas se lo agradecería eternamente.
un saludo Felipe
Estimado señor mi nombre es Felipe Baltanas y soy de Córdoba, deduzco por sus notas que es un artista, le pido disculpas por robarle su tiempo con mis problemas pero ya no se donde acudir, tengo una simarra pero necesito cambiarle algunas cuerdas y no veo la forma de encontrarla si fuera tan amable de ayudarme a encontrarlas se lo agradecería eternamente.
un saludo Felipe
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