Al trabajar esta materia llegamos a:
- Sentirnos integrantes y parte activa e importante de un grupo.
- Estudiar y montar individualmente o en grupo una pieza musical; esta actividad nos llevará a adoptar diferentes roles (solista, acompañante, primera voz...)
- Fomentar nuestra responsabilidad y seriedad en nuestro entorno y ante la sociedad al demandarnos ésta, una tarea individual para llevar a buen fin la empresa: interpretar una pieza u obra musical bien como solista o como integrante de un grupo de cámara u orquestal.
La música es una asignatura o disciplina que desde el momento en que te inicias en ella consigues despertar, desarrollar y poner en funcionamiento una serie de destrezas y habilidades que, o no tenías conciencia de ellas antes de comenzar, o bien si las tenías, estaban dormidas. Unas responden a los estímulos que el aprendizaje activa con carácter inmediato y otras necesitan de una maduración y un tiempo más o menos corto que variará de unos individuos a otros.
Con la música te inicias en un nuevo código; en el que expresamos los sonidos. Es decir; aprendemos lenguaje musical y paralelamente aplicamos dicho lenguaje a la ejecución de un instrumento. Desarrollamos entre otras en primer lugar nuestro sentido del ritmo, y nuestra lateralidad adentrándonos en el conocimiento de nuestro esquema corporal.
Utilizando el lenguaje musical, seremos capaces de leer e interpretar desde el primer momento dentro de unos grados de dificultad adecuados y progresivos una pequeña partitura. Desde su inicio debe practicarse la lectura y ejecución musical a primera vista y utilizar todo aquello que la facilite: kironomías, color, sílabas rítmicas...
En la ilustración se puede observar como en un principio el color (utilizado en el método música viva) y la kironomía en este caso Kodaly, facilitan e introducen en el lenguaje musical a los que se inician
A medida que avanzas, y deseas en serio profundizar en esta materia, las partituras deben trabajarse en todos los tonos cercanos o próximos si son tonales. Una vez trabajadas y superadas las dificultades que presenten deberemos tocarlas de memoria. El papel es sólo para recordar un pasaje que por unas causas u otras hayamos olvidado.
Aunque lo más importante en un grupo de ejecutantes sea éste de cámara o no, es huir de todo protagonismo, no destacar; pues para el buen desarrollo de la obra a interpretar y el buen funcionamiento del grupo musical no sirve para nada “el estar por encima de” pues esta competitividad mal entendida es nefasta para el grupo. Todos los componentes de un grupo, a una, deberemos sacar adelante el programa a ejecutar.
Ningún ejecutante debe surgir por encima de los demás si no lo requiere la obra a interpretar y sólo en el pasaje o pasajes que haya determinado el compositor. Éste, por norma general dará a cada ejecutante o grupo de ejecutantes un papel dominante a lo largo de la obra en algunos de los pasajes. Del mismo modo también pedirá en su momento a cada uno de los componentes la moderación y el permanecer en un segundo plano acompañando al solista o solistas o al grupo que protagoniza el pasaje, generalmente melódico, que se interpreta. La música te enseña a ser protagonista en un momento concreto dentro de un grupo más o menos reducido de protagonistas.
Ella da la posibilidad a todos y a cada uno de los alumnos de un Colegio de ser miembros activos e indispensables dentro de los grupos instrumentales que esta materia puede organizar tanto a nivel de Centro, orquesta de un Colegio, como a nivel del grupo clase o de una parte o sección de ella. Pueden éstos grupos medianos o pequeños estar formados por un conjunto instrumental de 6, 8 o 14 alumnos o por un pequeño grupo cuando son dúos, tríos, consor o bien de un solo participante cuando éste ejerce como solista.
Ningún alumno es de relleno dentro de una agrupación musical sea esta orquestal, de toda la clase, grupo instrumental de 6, 8 integrantes, Consor de flautas 4, 8, 10 ,12 participantes...
Y digo ninguno porque aquel alumno que veamos desde fuera que está ejecutando un instrumento al parecer sin importancia véase: claves, crótalos, bombo, plato, triángulo, castañuelas con mango, caja china… aquellos que vemos ejecutando instrumentos de pequeña o mediana percusión que al parecer no son nada importantes tienen un papel que desempeñar y una dificultad.
Unos, los de de llevar el tempo de la obra, otros, a la vez que la de mantener y llevar el ritmo, realizar en un momento determinado un pasaje rítmico que enriquece la frase musical que se está ejecutando.
Todos en realidad son importantes y necesarios para interpretar cualquier pieza musical en la escuela y muchas veces la falta de alguno de ellos trae de cabeza al profesor que monta y dirige todo esto.
Todos en algún momento hemos querido ser protagonistas y sentirnos el foco de atención de los demás. La música nos da todo esto dosificando y repartiendo con equidad los distintos roles que te colocan a diferentes alturas o planos dentro de la actividad musical que estás realizando.