A lo largo de mi vida como docente, he participado en multitud de iniciativas pedagógicas que no siempre han cristalizado, otras han surgido a mi alrededor enriqueciendo el panorama escolar impulsadas por otros compañeros dándose en este centro una variopinta gama de actividades que han ido desde hacer calceta, pegar botones, realizar bordados, dibujar y componer acuarelas, pintar a óleo, elaborar instalaciones eléctricas, construir máquinas con mayores o menores complicaciones tecnológicas, formar murgas y comparsas de carnaval, diseñar máscaras, montar obras de teatro... etc. Todas estas iniciativas escolares, las han realizado tanto los alumnos como las alumnas sin distinción. Lo mismo bordaban o pegaban un botón tanto el alumnado masculino como el femenino llegando a participar y a aprender también en dichas actividades el propio profesorado.
He impulsado junto con otros profesores del Centro la creación de un periódico escolar y proyectado con otros compañeros hasta una emisora de radio que por unas causas u otras nunca llegó a emitir. Del periódico podéis ver alguna que otra portada de los números publicados y también varias páginas interiores que he encontrado revolviendo entre mis papeles y que dan una idea de lo que hacíamos por aquella época.
Con nuestra rudimentaria máquina de escribir, aquella pesada Olivetti, nuestros clichés electrónicos y nuestra multicopista, como únicos medios de impresión, con poca idea como periodistas, pero como siempre digo con una gran ilusión, fuerza y dedicación, tratamos de sacar adelante algunos números de este periódico. Cualquier actividad de este tipo no sólo llega a ilusionar a los alumnos sino que también a medida que va desarrollándose ilusiona a los propios profesores. Hay que agradecer el esfuerzo y dedicación realizados por la mayoría de los que intervinieron en esta empresa aunque todo esto surge casi por inercia una vez iniciado y puesto en marcha el proyecto. Es de destacar el compromiso de los alumnos que se entregaron a esta idea y utilizaron parte de su tiempo libre a las distintas actividades y tareas que surgían para poder hacer realidad estas publicaciones.
Cabe resaltar y elogiar las colaboraciones de alumnos como Daniel Molleja, con sus portadas; otros, con sus historietas en viñetas de diversos temas; algunos, con sus tiras de chistes, poesías, adivinanzas, refranes y los que integraban el equipo de redacción, recopilando todo el material a que daban lugar las iniciativas del resto de sus compañeros.
La recogida, selección y clasificación de los diferentes artículos depositados en los buzones instalados al efecto en cada planta del edificio así como en parvulario, la colaboración de todo el profesorado animando a todo el alumnado a participar en éste y en otros proyectos y la diversidad de trabajos presentados para la confección de los distintos números, nos sumergía en una tarea ardua y complicada de la que salíamos a flote gracias al trabajo que realizaban los alumnos junto con uno o dos profesores dedicados a esta labor. La seriedad que emanaba de todas estas actividades junto con la asistencia a reuniones de trabajo de donde salía el sumario y se elegían los trabajos que integraban cada número llenaba de satisfacción a todos. Estas reuniones se realizaban tanto en los recreos como fuera del horario escolar.
En estas reuniones se elegían, clasificaban y organizaban para formar parte de cada número, los trabajos que depositaban los alumnos en los buzones a los que se añadían los presentados por los encargados de recoger colaboraciones para el periódico en las distintas aulas. Hay que reconocer y elogiar la labor realizada por todo el profesorado que se embarcó y fomentó entre los alumnos la idea de participar en ésta y en otras empresas.