Vocablos como
facultades, actitudes y aptitudes, que componen el título de esta entrada,  son manejados constantemente  en el cotidiano quehacer docente.   
Con
frecuencia en nuestra sociedad  llegamos
a desenvolvernos alrededor de estos vocablos
tal como si estuviésemos  en una nebulosa,
confundiendo  lo que son facultades y actitudes. Facultades
no son más que las capacidades o poderes que adornan al ser humano  y las
actitudes no son más que posturas o disposiciones de ánimo.
El
diccionario de la Real
 Academia  nos dice que aptitud es la capacidad para desenvolvernos
y operar competentemente en una determinada actividad como:
un negocio, una industria, una actividad artística…  y actitud, 
es  una postura del cuerpo o del
ánimo o ambas a la vez ante cualquier situación,  tarea o trabajo a realizar.  Entre las actitudes podemos enumerar diversos
tipos: la actitud indolente; una actitud graciosa; una actitud amenazadora; una
actitud pacífica; una actitud beligerante; una actitud benévola… 
Con las actividades
escolares, la realización de las tareas que de ellas emanan, el diálogo y la
disciplina tanto de los Centros docentes  como de la familia a  las que sometemos a  los discentes,  llegamos a desarrollar en ellos
las facultades superiores propias del ser 
humano. 
Potenciamos el
raciocinio, función compleja de la inteligencia  por la que 
encadenamos  pensamientos,
analizamos sucesos y como consecuencia tomamos decisiones y posturas frente a
la vida. 
Fortalecemos la
voluntad, facultad del ser
humano que permite el gobierno de nuestros actos, el que decidamos con libertad
y podamos escoger una forma responsable de comportarnos a la vez que activamos
funciones concretas de ésta como el espíritu de trabajo, el autodominio, el
espíritu de sacrificio, el tesón, la constancia… 
Por último
activamos la conciencia,  y con  esta facultad, las funciones que de  ella emanan y que adornan al ser humano
como  la  integridad, la honestidad, la nobleza…
Junto con la
voluntad desarrollamos también la atención puesto que la observancia de unas
normas mínimas  para la elaboración de
las tareas escolares  y  utilizar  tanto  la numeración  como  la
escritura en general adaptándola a las cuadrículas, rayas y dobles rayas
debidamente, desde pequeños,  nos lleva a
fijar nuestra atención.  
El alumno
que realiza los trabajos de cualquier forma sin aprovechar el tipo de soporte
en el que los elabora, esta infrautilizando dicho soporte  pues no lo emplea con la finalidad para el
que ha sido creado y por supuesto no estimula debidamente las facultades que
con él puede desarrollar.
Por el contrario,
cuando el alumno sigue todas estas normas, está desarrollando las facultades
del ser humano entre las que podemos destacar unas superiores como la voluntad,
la inteligencia, la conciencia y otras subordinadas a éstas o secundarias,
entre las que se encuentran: la 
atención, la memoria,  la
sensibilidad, la imaginación, la constancia …
En esta entrada, centrado
exclusivamente en las facultades superiores, obvio las facultades subordinadas
o secundarias para no extenderme demasiado y termino concretando a modo de resumen mis reflexiones
sobre lo que son estas facultades superiores definiendo cada una de ellas 
Así podemos
expresar que:
La
inteligencia es la capacidad de relacionar los conocimientos que poseemos
para  llegar a entender,  asimilar, elaborar y dar solución a
determinadas situaciones o problemas.
La voluntad, es el poder de elección o
facultad de decisión con entera libertad de un individuo,   encaminada a conseguir unos objetivos,  superando cualquier dificultad tanto física
como anímica. 
 La conciencia es la facultad superior que nos hace
percibirnos en el mundo y capacitarnos para distinguir el bien del mal, 
Conseguir que
seamos disciplinados,  capaces de seguir
unas normas o pautas, estimular el grado de atención, la constancia, el orden,
la limpieza, la paciencia y junto con esto el afán de superación, el espíritu
de lucha,  la honestidad, la nobleza, el tesón
…   en definitiva desarrollar las
facultades humanas, es una tarea apasionante de la que todo educador acaba
enamorado.   



¡Me encantó!
ResponderEliminarMe estraña los pocos comentarios, Exelente resumen de lo que es nuestra condicuon humana
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