martes, 18 de enero de 2011

¿Por qué un móvil o celular desde temprana edad?



Pertenecemos a una sociedad en la que por desgracia hay muy poca comunicación entre unos y otros a pesar de los medios tan sofisticados que tenemos a nuestro alcance para realizarla. Y digo poca comunicación porque generalmente no escuchamos al que tenemos próximo; no nos interesa lo que nos pueda manifestar porque nos falta tanto a uno, el emisor, como al otro, el receptor, empatía. Nos queremos hacer oír por encima de todo, sea como sea, sin tener en cuenta que el que tenemos al lado también necesita que lo oigan.

Obviamos todo aquello que no nos interesa, y cuando esta comunicación se establece por regla general, en la mayoría de los casos, es de poco peso específico y de exigua calidad humana. Sin embargo atendemos a distancia a través de terminales de telefonía con gran dinamismo, presteza e interés asuntos que se mueven dentro de márgenes que van del tipo comercial u económico al de trabajo, compras, fiesta, ocio o diversión, pero apenas nos acercamos a las personas, convivimos y vibramos con ellas, con sus inquietudes y sus deseos con sus problemas haciéndolos nuestros.

Estas comunicaciones, frías de por si, hechas a distancia con un terminal, sin el calor que da la proximidad, el tú a tú, poco a poco van dejándonos inmersos en una soledad dentro del bullicio humano en el que generalmente navegamos y nos desenvolvemos y de la que difícilmente podemos salir sin la complicidad que nos da el padecer con, el sentir con, actos que nos hacen ser más persona, nos llenan y permiten aflorar y desarrollar valores de los que a veces no somos conscientes porque los tenemos dormidos,


Como seres educables a cualquier edad, poseemos una serie de valores, que consolidan y adornan el principio fundamental de todo ser humano “el ser persona” y que a lo largo de toda nuestra vida deberíamos estar obligados a desarrollar. A la vez y en contraposición a estos valores existen una serie de defectos que la sociedad consumista en la que nos encontramos hace aflorar con bastante facilidad.

Esta sociedad cuando no tenemos el escudo de una buena educación, alimenta contravalores como son el egoísmo, la vanidad, el egocentrismo, que nos hacen ser caprichosos, poco solidarios, ambiciosos...

Nos domina desde temprana edad el afán de poseer cosas y una de estas cosas es “tener un móvil”; un objeto que además de mantenernos comunicado nos permite poder fardar ante los demás de él. Un móvil lo más sofisticado posible, con múltiples prestaciones y con los mayores avances tecnológicos que nos eleva a la condición de protagonistas ante el resto por poseerlo.


Hoy día gracias al milagro de los satélites artificiales, los navegadores GPS, Internet... todos estos avances que hacen nuestra vida más fácil y con los que podemos buscar la ruta más conveniente y corta, ponernos en contacto con cualquier persona, o localizar y establecer comunicación con cualquier punto del planeta aunque este se halle a miles de kilómetros de nosotros, nos han hecho cambiar muchas conductas.

Todos estos avances que poco tiempo ha no podíamos ni siquiera imaginar, todo ésto, que en teoría podría hacer al hombre más libre, por el contrario lo ha llevado a un nuevo tipo de esclavitud, a un no saber vivir sin, a un no poder estar sin... a encerrarnos durante horas en una pequeña habitación frente a un monitor, a hacernos las más de las veces seres solitarios que respiramos y vivimos más tiempo en un mundo virtual que en el real que segundo a segundo se nos va.

Ya de por sí es lamentable que muchos adultos hayan llegado a tener una dependencia casi total de estos terminales con el objeto y la obsesión de estar constantemente comunicados. Se supone que como adultos tenemos unas capacidades que nos facultan para poder controlar, analizar, sopesar, admitir o rechazar cualquier cosa que pueda o no por su excesivo uso resultar negativa o perjudicial.

Pero más lamentable es aún el hecho que vamos observando desde hace más de una década acerca de la utilización del móvil tanto en Institutos como en Colegios por alumnos cada vez de menor edad. Este hecho que cada vez es más frecuente nos hace a una gran mayoría plantearnos una serie de preguntas.

¿Para qué necesita un alumno de Primaria o Secundaria tener conectado las 24 horas del día el teléfono?
¿Es de tan vital importancia el estar comunicado?
¿Para que necesita un móvil o celular un alumno en un Colegio o Instituto?
¿Es tan extremadamente necesario no separarse del móvil, que estos alumnos por ningún motivo pueden prescindir de él?
¿Son asuntos de tanta trascendencia los que deben tratar casi diariamente por teléfono?
¿No estamos exagerando sobre la indispensable utilidad de estos terminales?

Siempre ante estas preguntas tan generales existen casos particulares que no quiero pasar por alto. Hay situaciones en los que si es de gran utilidad un teléfono móvil. Ante un problema surgido repentinamente todos los Centros tanto públicos como privados tienen teléfono al que se puede recurrir para avisar a un alumno e incluso éste, posteriormente al aviso, puede ponerse en comunicación con sus familiares o allegados sin necesidad de utilizar el móvil.

Ante la excusa que ponen algunos padres de… “es por si hay alguna urgencia” debo responder sin temor a equivocarme que si hay alguna urgencia de verdad ya te avisarán de la Secretaría o de la Conserjería del Centro como se ha hecho toda la vida. Hoy día hay bastantes Centros que tienen teléfono público además del existente en Secretaría o Dirección con sus extensiones, que puede ser utilizado por los alumnos en caso de necesidad o por cualquier persona de la comunidad educativa que lo necesite.

Ahondando aún más sobre estos terminales y sobre la problemática que pueden generar por un mal uso de éstos por parte de algunos miembros de la comunidad educativa y que afecta sobremanera a la convivencia de los Centros, debo manifestar que gran parte de culpa la tiene la voracidad de las empresas por generar de esta forma un río de ingresos y hacer negocio sin escrúpulos.

Por otro lado es también culpable la administración por su pasividad dejando que toda esta problemática llegue a desbordarnos.

Y por último, contribuye a todo esto la debilidad y desconcierto de la gran mayoría de los padres que se ven presionados por sus hijos y que muchos de ellos, a pesar de querer mantenerlos al margen de la presión consumista, ante los repetidos reproches que éstos mismos les hacen, terminan cediendo y regalándoles el tan ansiado celular o móvil.

Las diferentes compañías y operadoras de telefonía lo hacen muy bien. Han conseguido que la gran mayoría de las personas no podamos vivir sin un terminal de telefonía ya sea este móvil o fijo y poco a poco van logrando que la edad de los usuarios que no puedan estar sin este servicio sea menor.

Dentro de un móvil, además de un teléfono, hay una miniconsola, un mp3, una cámara de fotos, una cámara de vídeos, un GPS, una conexión a Internet… etc. Total que un terminal de telefonía móvil es algo muy apetecible para cualquier persona y mucho más para un chico de estas edades.


Un alumno irresponsable, menos atender en clase, con estos aparatos de tecnología tan sofisticada, consigue pasar la jornada escolar bastante entretenido, pues puede realizar un amplio abanico de actividades que van desde el oír música, ver y grabar videos, hacer fotografías, mantener una conversación telefónica, mandar y recibir mensajes, conectarse a Internet, meterse en distintos foros, jugar a distintos juegos… todo lo que le venga en gana porque como he enumerado. las posibilidades de ocio y entretenimiento son múltiples.

Hay personas que opinan que un elemento tanto de comunicación como de información como es un móvil al poder conectarse a Internet, debería de formar parte de uno mismo como el peinado, el vestido o la forma de hablar, independientemente de su edad.

Hay otros que nos recuerdan que existen móviles que están adaptados a cualquier franja de edad y que pueden activarse en ellos restricciones en llamadas tanto entrantes como salientes, en cuanto a disponibilidad de saldo, en cuanto a páginas y sitios Web a los que puede uno conectarse…etc.

Los borradores que se elaboraron en algunas comunidades sobre las normas de convivencia en los Centros ya en el año 2007, comenzaron a tratar esta problemática llegando a considerar el uso de los móviles en los Centros educativos como falta leve.

Hay quien opina que el uso del móvil para emergencias no es más que una excusa y podría aceptarse en el caso de aquellos colegios o Institutos que no tengan teléfono, pero hoy día, no creo que exista un sólo Centro que no lo tenga.


Creo que toda la comunidad escolar (profesores, padres y alumnos) deberíamos tomar conciencia de este hecho, aunar posturas y abordar la problemática a nivel de Centro dentro de las normas de convivencia en vez de lamentarnos. Estas limitaciones que puede determinar la regularización sobre su uso, deberán ser para todos los miembros de la comunidad escolar sin excepción; de ningún modo se confeccionarán textos o normativas sobre el uso en los Centros de estos terminales sólo para los alumnos.


Uno de los inconvenientes que debemos solucionar en este tema de las nuevas tecnologías es lo que se denomina “la brecha digital” que existe entre los niños y adolescentes y una gran mayoría todavía hoy día del resto de la comunidad educativa y por extensión de la sociedad en general.


En definitiva tanto padres, como maestros y profesores nos deberemos “poner las pilas” solucionar, sobre todo a nivel personal, el inconveniente planteado en el párrafo anterior y abordar toda esta problemática de una forma constructiva, en la que de ningún modo predomine el espíritu sancionador.

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