viernes, 6 de noviembre de 2015

¿Hay que aislar para educar?

No podemos educar metidos en una isla, inhibiéndonos del mundo y de todo lo que nos rodea, como si toda influencia exterior fuese nefasta y contraproducente. No podemos educar al margen de lo social y de lo político sin un análisis sistemático y amplio de la realidad que estamos viviendo y de la que sin pretenderlo somos parte.





Este tipo de educación, tan acotada,  sólo puede darse en asociaciones y guetos cerrados, en los que predomina una educación directiva, paternalista, sobreprotectora con unas directrices y objetivos encaminados a fines alejados del común denominador social.

¿Y que debemos entender por estar alejados del común  denominador social? Una actitud que lleva al ser humano a mirar desde lejos o solapar la problemática social que nos toca vivir. Dicha actitud lleva al alumnado  a no tomar una conciencia  clara de  las desigualdades sociales, de la grave problemática de los desahucios,  de la corrupción, de los impuestos injustos al ser iguales para todos cuando hay tantas diferencias salariales, de los sueldos de miseria, de la pobreza, del paro endémico…  pues cuando se plantean se tratan en tercera persona, como situaciones totalmente ajenas.    

Si educamos así, no ayudamos  en nada a un desarrollo normal de las facultades del ser humano, necesitando este modelo educativo de  la búsqueda o edición de libros adecuados y de la creación de Centros y docentes a la medida.
      
¿Y qué es asistir a un Centro a la medida?  Es asistir a un Centro directivo que entre sus objetivos no contempla sólo impartir las materias del currículo, sino seguir por encima de todo unas directrices conducentes a conseguir un alumnado diferenciado del resto de los demás Centros.  En resumen un alumnado disciplinado, de elegidos, mal llamado de élite, que fabrica seres egoístas, poseídos de si mismos y del entorno en el que se educan. Considerando desde su óptica una pérdida de tiempo, el trabajar y analizar las realidades que vivimos: la del grupo clase, la del entorno escolar, la del barrio y de la propia sociedad en general, sino es bajo puntos críticos que denostan conductas y hechos que en todos estos espacios se suceden y que no conducen directamente a su ideario.





A lo sumo se promueven análisis sociales y políticos sesgados, que llevan a participar a toda la comunidad educativa en un proceso cojo, sin vida o a media vida, en la que priman los contenidos y conocimientos librescos previamente revisados, el yo y el nosotros sobre los demás, como si todo lo externo a ellos fuera de otra galaxia o  estuviese en cierto modo contaminado.

Para educar hay que informar y formar; pero sin ningún género de dudas,  la formación es de una importancia tal que debe superar en muchos enteros a la información..

La información se realiza  suministrando los conocimientos adecuados y sobre todo enseñando los caminos seguros y veraces  para acceder a ella capacitando al alumnado para distinguir lo fundamental de lo accesorio, desarrollando en ellos el espíritu analítico y crítico, el espíritu de trabajo, la constancia…  a la vez que se van trabajando  las materias instrumentales y se  van introduciendo los contenidos de las distintas áreas (lengua, matemáticas, conocimiento del medio, manualidades, educación artística)… sin olvidarnos de que debe primar la formación sobre la información..

La información hoy día está al alcance de todos pero no así la formación y el desarrollo de unos valores que sólo se logran con el diálogo, el autoanálisis y análisis de la mayoría de las situaciones y reacciones  tanto a nivel individual como grupal.  

A esta información podemos llegar en cualquier momento conociendo, por haberlas utilizado,  esas vías de acceso; pero es mucho más importante desarrollar en el alumno, una serie de valores  entre los que podemos citar la constancia, la paciencia, su empatía, su espíritu crítico, la atención…  

Formar sólo se logra desarrollando en el alumno actitudes y capacidades, inculcando y trabajando el respeto a así mismo y a los demás, el saber escuchar, el ser solidario y participativo,  enfocando todos estos valores en  la buena marcha de su grupo de trabajo, del grupo clase, del Centro en general, del entorno escolar, de su barrio… etc.

¿Qué hacer o qué recursos utilizar?

El grupo clase debe funcionar igual que la sociedad a la que pertenece. Si pertenecemos a una sociedad democrática el grupo clase y el Centro en general deberá funcionar de la misma forma.

Haciendo al alumnado partícipe activo de su propio proceso educativo y creando los cargos y puestos necesarios para su participación.

Las normas de cada grupo clase y del Centro en general  son más efectivas cuando son generadas por los alumnos, El profesorado no debe imponer ninguna norma, sino dejar que éstos, ante problemas que impidan el normal funcionamiento de las clases y de  la convivencia en general, se vean en la necesidad de dictarlas y aplicarlas.

Cada semana, dentro del horario hay una hora de tutoría  o de reunión de aula, que  no es una hora de tiempo libre, que el alumno pueda utilizar  como le venga en gana. Es una de las horas más importantes del currículo, que el tutor y el cuadro de profesores que imparte clases en ese grupo y los alumnos deben aprovechar para un sin fin de asuntos como:

 :          - Puestas en común.
            - La elección de Delegado/a y subdelegado/a de clase
            - La formación de grupos de trabajo.
            - El análisis del  grupo y su comportamiento en los distintos espacios.
                        . En el aula con los distintos profesores.
                        . En los cambios de clase.
                        . En los recreos.
                        - En las entradas y salidas del Centro.
            -- Elección de encargados, duración de estos cargos y funciones de los mismos,
Del material común,
Del huerto escolar.
Del blog de clase,… etc.

             Como cargo más relevante se debatirán las funciones del Delegado pero también la de todos los cargos que la propia dinámica de la clase o grupo generen.

Serían funciones del Delegado/a
Levantar acta de las reuniones de aula o tutoría y de los acuerdos tomados en ellas para el mejor funcionamiento del grupo clase.

Representar a los alumnos del curso en la junta de delegados y expresar sus propuestas, quejas e inquietudes y trasladarlas al consejo de gobierno, claustro de profesores. etc. 

Asegurar y velar por el cumplimiento de las normas, acuerdos y resoluciones de los órganos del gobierno y/o de la propia clase.

Contribuir al control de la calidad de la formación de los alumnos.
- Manifestando quejas o informes sobre la docencia.
- Trasladando las inquietudes de los alumnos.
- Preparando las reuniones de tutoría o reunión de aula.
- Asistiendo y participando en las reuniones de evaluación o preevaluación.


Todo esto y más podemos consultarlo en www.consumer.es/wet ya que escribir sobre estos temas en profundidad  haría esta entrada inacabable.