miércoles, 1 de julio de 2015

Acoso escolar.

Durante los últimos años de mi vida como docente  he tenido que enfrentarme a conductas atípicas de algunos alumnos que rayaban el acoso y en algunos casos dinamitaban el normal funcionamiento de la clase.

Si rastreásemos algunos de los ordenadores del último Centro donde presté mis servicios, con toda seguridad aparecerían vestigios de las actuaciones que llevé a cabo al respecto ante este tipo de conductas.

Las orientaciones que ofrezco a continuación no son más que algunas de las que puse en práctica por entonces para solventar no sólo  la problemática que teñía al  grupo clase del que era tutor sino que por añadidura me salpicaba como responsable de la marcha del mismo.

Denominamos acoso escolar  al maltrato psicológico, físico o verbal que de una forma reiterada se viene produciendo cada vez con mayor asiduidad en el ámbito escolar  Es una forma de tortura metódica y sistemática que usando como armas la indiferencia, el silencio, la burla, el menosprecio, internet… y. la complicidad de otros compañeros del grupo al que acosador y acosado pertenecen, pretende conseguir que la víctima llegue a  un estado de impotencia, nerviosismo, tristeza, soledad…etc. ante el aislamiento social y la marginación a la que se ve sometido/a presentándolo/a  ante todos como un ser débil, llorica, estúpido/a… de esta forma, queda garantizado el desprecio, el enjuiciamiento negativo y su exclusión; un rechazo generalizado que el acosado/a percibe al ver que nadie le habla,  ni quiere estar con él, que todos los compañeros/as se mofan, le ponen motes y  lo apartan sistemáticamente de toda actividad grupal,  de situaciones de esparcimientos en los recreos, de juegos…llegando incluso a degenerar en enfrentamientos violentos que sirven de espectáculo al propio grupo o parte de él y en las que el acosado/a  tiene siempre las de perder.




Estas anomalias conductuales se vienen dando con mayor asiduidad últimamente en algunos Centros y han llegado a  preocupar a toda la sociedad por las consecuencias tan graves que de ellas pueden derivarse.  Son conocidas, con el anglicismo Bullying y suelen tener lugar en el aula o en le patio de recreo de los Colegios e Institutos en alumnos/as  con edades comprendidas generalmente entre los 12 y 15 años.

La denuncia al tutor por parte de cualquier alumno/a  o el más leve síntoma sobre la existencia de este problema en un Centro o en un curso en particular, es causa más que  suficiente para activar una  serie de medidas encaminadas a solventarlo.

Existen protocolos que de un modo general marcan  pautas de actuación ante este hecho, pero es mucho más efectivo que el tutor y el cuadro de profesores que imparten clases en el curso en concreto en el que se presupone la existencia de dicho problema o el claustro si el problema es  a nivel  de Centro, den los primeros pasos.

El equipo directivo debe ser informado con presteza de la existencia del problema y una vez  corroborado el hecho y efectuadas las primeras actuaciones deberá ampliarse esta información al departamento de psicología del que se recabará ayuda inmediata, haciendo extensiva esta información al  Claustro en general, Consejo Escolar, Inspección, padres de los afectados y Comunidad Educativa en general

Si tenemos en cuenta las peculiaridades del Centro,  la zona donde está enclavado, tipo de alumnado que a él asiste y la propia comunidad educativa a la que se sirve es  a todas luces necesario no soslayar el problema sino enfrentarse a él, ponerlo en conocimiento de todos solicitándoles su colaboración para atajarlo.





Ni todos los Centros escolares son iguales ni por supuesto tampoco lo son los cursos en los que se originan este tipo de problemas. Los profesores y maestros sabemos que en todos los cursos no son igual de eficaces los métodos que empleamos ya que estos se ven afectados y condicionados  por el tipo de grupo, las edades de sus componentes, las circunstancias  tanto ambientales como familiares no sólo del propio grupo sino en concreto de los sujetos que protagonizan el problema.

Consulta entre otras direcciones  en http://es.wikipedia.org/wiki/Acoso o bien en www.acosoescolar.com  para descubrir si nuestros alumnos o hijos están sufriendo esta situación.

Si necesitamos protocolos de actuación podemos ver cualquiera de los publicados en las distintas autonomías. Entre ellos, podemos contar con  el protocolo de actuación en PDF, para los Centros Educativos en casos de acoso entre compañeros de la Consejería de Educación del Gobierno de Cantabria. 

El acosador por su escasa sociabilidad, necesita sentirse poderoso, dominar y ser reconocido por el resto como un líder. Se caracteriza por carecer de empatía, por tener problemas en su hogar, por manipular la realidad a su antojo y conveniencia, por no ser autocrítico…

El acosado se caracteriza por ser sumiso, por tener una personalidad insegura, baja autoestima, por ser incapaz de defenderse, por pertenecer a una familia que lo tiene  sobreprotegido, por tener diferencias con el resto de los compañeros en cuanto a raza, religión, físico…





Ante una situación en la que un tutor detecta o es informado de acoso los pasos a seguir serían los siguientes:

Informe a  la dirección del  Centro verbalmente en principio  y por escrito seguidamente  en el que se detalle el problema detectado adjuntando los pasos que se piensa seguir; es decir, el protocolo de actuaciones que el tutor con la colaboración del equipo de profesores que imparte clases en dicho grupo va a seguir de inicio.

Ninguna actuación deberá quedarse en las palabras; se expresará por escrito desde ese mismo momento todo lo que se trate sobre este asunto.

Tanto  el acosador con sus bromas, burlas, menosprecio…etc. como el grupo clase con su silencio y las posturas que como espectador de las situaciones vividas adopta, no son totalmente conscientes del daño que están haciendo al acosado por ello es necesario que los primeros pasos vayan encaminados a echar fuera todo lo que guarden mediante las asambleas de clase y  reuniones con el tutor  donde se analicen los hechos hasta el momento acaecidos, valorándolos y aportando soluciones pues de esta forma evitamos que el problema se enquiste y vaya a más.

Para estas reuniones y asambleas se aprovechará la hora semanl de tutoría y cualquier hora de clase si fuera necesario.





A partir de detectado el problema se iniciará un movimiento asambleario en la clase  que puede ir  en paralelo con reuniones con los alumnos implicados (acosador, acosado,  padres de ambos…) para evitar el silencio, complicidad, rechazo…  por lo dañinos que estos pueden resultar.

La lectura y conformidad  por los asistentes  (entiéndase delegado de clase o comisión de alumnos constituida al efecto) sobre  todo lo tratado en cada toma de contacto o asamblea,  así como las conclusiones y actuaciones a posteriori a las que se hubiere llegado es de vital importancia.

Habrá un punto fundamental que deberá tratarse en todas las reuniones: Revisión y seguimiento de los acuerdos tomados en la reunión o asamblea anterior y su cumplimiento.

Es necesario hablar con el acosado pidiéndole que informe sobre todo lo que le está sucediendo y animándolo a no tener miedo en absoluto de la situación que está padeciendo o empezando a padecer, dándole pautas para enfrentarse a ellas. 

Todo deberá ponerse por escrito pidiéndoles a los asistentes o comisión su conformidad.

- Hablar con el acosador/a u acosadores/as, realizar un análisis de las situaciones concretas vividas por ellos/as,  reconocer la gravedad de las mismas, comprometerse a la no reiteración de estos hechos…  son un  primer paso para erradicar el problema.

-  Comunicar  todo esto a sus padres dándoles una copia  de todo lo tratado si fuera necesario para que la firmen y den su conformidad sin obviar una cita con ellos para comentar el problema en profundidad y pedir su colaboración.

- De todo lo acontecido se pasará un informe comunicándolo a la dirección del Centro.  

- Se comunicará también al Departamento de Psicología (psicólogo del Centro) que estará aconsejando y siguiendo de cerca todo el proceso, 

-Así mismo se dará cuenta  a todos los estamentos de la comunidad educativa tomando las medidas disciplinarias y sanciones que reintegren al acosador y acosado a su grupo con entera normalidad.


Cierro esta entrada con la esperanza de  haber aportado un abanico de actuaciones que generen mecanismos encaminados a solucionar con prontitud  un problema  que por su gravedad  preocupa e inquieta a nuestra sociedad.