martes, 4 de noviembre de 2014

Educación musical y artística. Su valor tanto ético como estético. Corrientes educativas a lo largo de la historia.

Nada nuevo bajo el sol. Las decisiones políticas y los continuos cambios legislativos que han venido sucediéndose en los últimos 44 años, entiéndase desde 1970  hasta nuestros días,  han llenado nuestro vocabulario de acrónimos  y fechas como: LGE (1970), LODE (1985), LOGSE (1990),  LOCE (2002), LOE (2012),  LOMCE (2013)   queriendo aparecer cada uno de ellos ante la opinión pública, como la gran solución entre otras  al fracaso escolar y a  los retos no conseguidos con anterioridad.

El último cambio legislativo se implanta al año siguiente de haber puesto en marcha el anterior, haciendo oídos sordos al clamor popular en contra de éste nuevo cambio, que aumenta aún más la carga burocrática que tiene que realizar el profesorado desde que en estos cambios aparece la connotación de calidad.

Ante lo expuesto hasta el momento nos surgen muchas preguntas de las que entresaco las siguientes:

¿La calidad consiste fundamentalmente en rellenar papeles para presentar a la administración?

¿Cuanto más papeles rellena un profesor  hay más calidad en la enseñanza?

¿El objetivo de este papeleo aparte de un control de la Administración reporta más beneficios?

¿El sello de calidad lo obtiene un Centro cuando todo el profesorado incluida la dirección presenta todos sus papeles en regla?

¿Obtienen los Centros respuestas a toda esta burocracia en recursos, medios, material… o todo el papeleo queda archivado sin más?

O por el contrario; si prescindiéramos de tanto papeleo y tantas reuniones que quedan muy bien de cara a la galería  y se dejara trabajar con el niño al profesorado ¿No obtendríamos mejores resultados y disminuiríamos  las cotas de abandono y  fracaso escolar en el que nos hallamos inmersos?

¿Damos tiempo a valorar un proyecto educativo?

Son durante este periodo seis cambios legislativos los que han tenido lugar con una durabilidad entre 2 y  12 años  cuando cualquier proyecto educativo requiere al menos 25  o 30 años para que pueda ser valorado y poder determinar su calidad y eficacia. A lo sumo,  en la primera década de su implantación deberán hacerse algunos retoques debido sobre todo a los cambios sociales que poco a poco se van sucediendo u a otras razones.

Tanto cambio no es bueno para nadie; Ni para los profesores que necesitan que las metas y objetivos sean más estables. Ni para los alumnos, que dependiendo del cambio legislativo,  se les presentan las asignaturas del currículo con diferentes categorías e importancia debido a su supuesta utilidad futura y que viene reflejada sin lugar a dudas en los horarios. Ni a los padres y a la sociedad en general, a los que se vende también la importancia de unas  asignaturas en detrimento de otras, sin profundizar en la felicidad y calidad humana que algunas de las castigadas pueden aportar a sus  hijos       

La mengua o supresión en los horarios de algunas asignaturas con estos cambios legislativos bien por recortes presupuestarios, por ampliación horaria de las materias consideradas fundamentales, por escasez de medios o por no disponer de un  espacio adecuado dentro de esos horarios, ha contribuido a  que algunas asignaturas, sobre todo las artísticas, el profesorado que las imparte y el alumnado que las demanda, hayan sido los más perjudicados.
  
Todo esto no hace mas que poner de manifiesto lo que desde muy antiguo viene sucediendo en educación..  


Corrientes pedagógicas.


La pedagogía, a lo largo de la historia, desde los griegos, ha navegado entre dos corrientes.

Las dos corrientes persiguen una meta final distinta aunque para cualquier observador esta meta final en ambas corrientes de pensamiento, es distinta sólo en apariencia.
Atendiendo a estas dos corrientes podríamos formular la siguiente pregunta:
¿La meta final de la educación es la formación de la personalidad o la preparación para la vida?

Una de estas corrientes la podemos condensar en que la educación tiene como meta final la formación de la personalidad de los educandos; pone el énfasis en el ser. Es una formulación personalista.

La segunda corriente responde  a que la educación ha de preparar a los educandos para la vida; se inclina por el saber hacer. Es una formulación utilitarista.

Ambas corrientes han tenido numerosos seguidores en todas las épocas y han contado entre sus impulsores con personalidades de renombre.


La corriente personalista.


La corriente personalista tiene entre sus propulsores a lo largo de la historia a hombres de gran peso específico como Sócrates, Rousseau o Pestalozzi, que defienden la libertad e independencia de la personalidad humana contra los prejuicios y las exigencias sociales






 Para iniciar un conocimiento  más profundo sobre este filósofo podéis consultar: http://es.wikipedia.org/wiki/S%C3%B3crates#mediaviewer/File:Socrates_Louvre.jpg

Otro pedagogo importante  dentro de la corriente personalista que pone un gran énfasis en la formación de la personalidad, fue Pestalozzi.







Para profundizar algo más sobre este pedagogo suizo, podéis consultar: http://es.slideshare.net/lauranavaslopez/pestalozzi-6288233  o bien en http://en.wikipedia.org/wiki/Johann_Heinrich_Pestalozzi

Todos ellos anteponen los valores del espíritu a cualquier otra consideración. Defienden el derecho  que tiene  el educando a una formación de su personalidad.

Esta corriente personalista,  valora la inclusión de disciplinas artísticas  entre las que se encuentra la música convencidos de su fuerza formativa y sobre todo como medio de educación ética y estética.






Podéis también profundizar si os apetece sobre Rousseau, que en su novela "Emilio" expresa pensamientos filosóficos sobre la educación en http://es.wikipedia.org/wiki/Jean-Jacques_Rousseau


Ya en la Grecia clásica que se preocupaban por formar en los individuos un ideal de belleza y desarrollar su sentido ético, se dio un lugar destacado a la educación musical.


La corriente utilitarista.


La otra corriente, la utilitarista, defiende la conveniencia de preparar al educando para que sea capaz de responder a las exigencias que la sociedad le demande. Estos vaivenes y exigencias irán surgiendo en el medio sociocultural y económico en el que el educando se desenvuelve.

El saber hacer de estos se traducirá en respuestas  que deberán ser inmediatas con estrategias a aplicar adecuadas al momento.

Lo importante de esta corriente utilitarista consiste en adquirir los conocimientos para que de un modo claro y seguro permita al educando defenderse y salir airoso en la dura lucha de la vida económica y profesional.

En el plan de estudios se limita exclusivamente a lo económicamente útil. Todo esfuerzo formativo que se salga de lo anteriormente expuesto se rechaza; es un lujo innecesario.

Este tipo educativo es netamente utilitario. Garantiza éxitos en el plano material  y social y subordina los intereses personales a los de la producción económica

Adquiere su mayor impulso en el racionalismo y enciclopedismo del siglo XVIII, en el pensamiento educativo de Herbart y seguidores durante el siglo XIX y que pervive en el pragmatismo norteamericano del siglo XX y lo que vivimos del XXI.





Para  conocer más sobre las ideas pedagógicas de Herbart podéis consultar  http://es.slideshare.net/krnrdz/aportes-a-la-educacion-de-johan-friedrich-herbart-y-john-locke  o bien aclarar algunos aspectos de su vida y obra en http://es.wikipedia.org/wiki/Johann_Friedrich_Herbart


Por supuesto esta corriente margina de los planes de estudio los contenidos estéticos por inútiles e innecesarios.


El modelo mixto suma valores.


Considero que los planes de estudio no deben en el reparto horario de asignaturas favorecer a una corriente en detrimento de la otra.

Preparar para la vida no debe ceñirse sólo y exclusivamente a los valores profesionales y económicos desdeñando todo lo demás sino que debe añadirse a éstos, la preparación para lo ético, para lo artístico, para lo solidario y humanitario… pues son valores que el hombre actual necesita para vivir en sociedad.

Para que la sociedad no sea una selva en donde todo vale para triunfar y destacar, y, en donde no se tiene en cuenta ni el medio natural ni la degradación que hacemos del mismo movidos  por intereses económicos egoístas sin tener en cuenta al hombre.

Despertar en los individuos un sentido estético, creativo y crítico capaz de emocionarse y alegrarse o por el contrario entristecerse  ante los logros o fracasos de sus semejantes, no se logra sólo con una disciplina férrea que garantice con el estudio el éxito profesional y económico por encima de una serie de valores que embellecen el espíritu y satisfacen los intereses personales.   
    

El ser necesita una formación mejor; más completa y humana. Debemos tender a una formación integral; es decir, en todos los aspectos. Cuanto mayor sea ésta, habrá mucha más empatía, y estaremos más en sintonía con el medio ambiente y con nuestros semejantes, disfrutaremos de la naturaleza y de todo lo bello que en ella podemos encontrar..