jueves, 30 de agosto de 2012

Acidez y basicidad; ¿Para qué sirven estos conceptos?



                  


Tal como prometí en una anterior intervención, me dispongo a escribir sobre la utilidad que en la vida diaria tienen los conceptos de acidez y basicidad pues casi en la frontera existente  entre lo inédito y lo publicado en este blog,  espacio de tiempo  que transcurre entre el ser y no ser de la última entrada, al comentar con unos conocidos durante las vacaciones de verano el título que tenía tanto esta última entrada “Hidróxidos o bases” como la anterior,  la que publiqué con el título: “Compuestos ternarios. Los ácidos oxoácidos…”, llegaron a  cuestionarme sobre la utilidad al margen de lo didáctico de los conceptos que en ellas se tratan con la consabida pregunta que podemos resumir en: “y… eso,  ¿Para qué sirve?” a la vez que también  me habían requerido con anterioridad otros aspectos de las mismas entre las que cabe destacar, la edad para los que  las estaba escribiendo. 

Ello me hizo pensar a posteriori después de satisfacer su curiosidad, que no sólo era interesante  formular estos compuestos, finalidad que he perseguido con los referidos artículos sino que también tiene una gran importancia explicar la utilidad que en la vida diaria tienen los mismos.


Si os apetece consultar dichas entradas, las podéis encontrar en las siguientes direcciones:   http://elinquietojubiladocristobal.blogspot.com.es/2012/06/compuestos-ternarios-los-acidos.html  o bien en:

La imagen con la que comienza este artículo nos muestra la recta numérica y nos sitúa en ella algunas disoluciones acuosas desde su máxima acidez que podemos localizarlas en el cero,  a su máxima basicidad o alcalinidad que alcanzan el 14 de esta escala.

Para tomar conciencia de la importancia de los conceptos de ácido y base  y profundizar sobre la utilidad que para nuestra salud en la vida diaria tienen estos compuestos y que gracias al químico Sorensen,  podemos cuantificar  y medir  utilizando un indicador: el pH, expreso todo lo que sigue:

El pH, es el grado de acidez o basicidad que tiene cualquier sustancia o producto cosmético que podemos adquirir. Éste puede ir en toda solución acuosa en una escala que va desde el 0 al  14; siendo el 7, punto central de esta escala, el indicador del neutro, pH que encontramos en el agua  destilada.

Cuanto mas bajo es el pH de una sustancia ésta es más acida y cuanto más alto,  más alcalina o básica.

El neutro se da cuando la concentración de iones de H+ en una solución acuosa, es igual a la concentración de (OH) - .

En realidad el término pH  deriva de la expresión francesa  “pouvoir hydrogène” que en español quiere decir: “poder del hidrógeno” y lo encontramos en la tierra y en todas las sustancias acuosas que nos rodean.



       


NOTA. En la imagen que antecede como podéis observar  me he permitido expresar el bajo, medio o alto grado de acidez o alcalinidad que tienen las sustancias que en ella aparecen.


Si nos acercamos a la agricultura, vemos que los cultivos se desarrollan mejor en los suelos con Ph cercano a 7, es decir; al pH neutro.
Los suelos ácidos no son buenos para los cultivos agrícolas y cuando estos suelos presentan una acidez mayor que la requerida, se debe a diversas causas: a la elevada extracción de nutrientes,  a una excesiva fertilización con compuestos nitrogenados. o a la abundancia de lluvias, ya que éstas pueden contribuir a eliminar o empobrecer algunos terrenos de unas determinadas sustancias.
Hay  sustancias como el calcio y magnesio que merman o desaparecen en los suelos debido al consiguiente arrastre que estas aguas procedentes de las precipitaciones producen en ellos.
Si queréis profundizar más sobre todo esto podéis consultar en:                                                       

Una gota de lluvia va contaminándose y modificando su pH a medida que se aproxima a la litosfera de nuestro planeta, pues en su recorrido hacia ella, va disolviendo una gran cantidad de sustancias que se encuentran en nuestra atmósfera en suspensión. Por ello las aguas que bebemos, procedentes de las lluvias  tenemos que recogerlas y almacenarlas en los pantanos y  desde allí llevarlas a estaciones de depuración y potabilización llamadas E. T. A. P.  En ellas primero se depuran es decir se limpian y después se potabilizan o lo que es lo mismo se hacen aptas para el consumo.
Si queréis ahondar sobre todo esto, podéis consultar el cuestionario  que planteaba a mis alumnos sobre el agua y  los procesos de depuración y potabilización llevados a efecto tanto  en las E. D. A. R.  como en las  E. T. A. P. de la provincia de Sevilla. Dicho trabajo servía para estimular y potenciar los conocimientos dados en la visita  guiada que realizábamos durante el segundo trimestre y que utilizábamos como parte del temario de la 2ª evaluación a la vez que,  con la participación en diferentes concursos,  promovía y acrecentaba el interés del alumnado sobre el tema. Podéis disponer de las preguntas y respuestas que en él tienen lugar en:  http://elinquietojubiladocristobal.blogspot.com.es/2008/06/solucionario-y-autoevaluacin.html o bien solo de las preguntas en:
El pH de los champúes,  jabones y cremas  es importante para nuestra salud, porque puede ocasionarnos trastornos tanto en nuestra piel como en nuestro  cabello.
Según el tipo de cabello, el pH recomendado para el champú  va de los ácidos medios a los alcalinos medios.  Los Champúes que no son más que jabones  sirven para eliminar la grasa y suciedad del pelo. Los champúes ácidos fluctúan entre un 3,5 y un 6 de pH, en el 7 se ecuentran los neutros, y los alcalinos, entre un 7,1 y  un 8,5 de pH. Un pH por debajo del 3,5  o por encima del 8,5 en la escala, puede destruir el cabello. Los alcalinos esponjan el pelo y lo dejan más áspero por el contrario  los champúes ácidos hacen el cabello menos esponjoso y más suave. Los champúes ligeramente ácidos son los más utilizados. Fortalecen la cutícula del cabello y la aplanan. En estas condiciones el pelo presenta un aspecto brillante y suave al tacto. 
Los productos que dan brillo a la piel y la aclaran tiene un pH más alto, son alcalinos. Su función, no es otra que remover la capa externa que puede tener células muertas y eliminarlas. Usando estos productos ocasionalmente resultan  beneficiosos,  pero si su uso  es diario,  puede dañar la piel pues lo que estamos haciendo es eliminar continuamente las capas de células.

Los jabones alcalinos eliminan la capa ácida que normalmente cubre la piel. Los fluidos que genera nuestra piel a través del ejercicio cotidiano unido a la acción del clima están  formados por grasas, sudor y otras secreciones y constituyen una defensa natural contra las infecciones bacterianas. Los jabones muy básicos pueden neutralizar esta capa protectora.  Las personas que tienen acné o una piel grasosa deben tener especial cuidado de no castigar en demasía o eliminar esta capa con estos tipos de jabones. 

El agua de las piscinas debe tener un pH adecuado para que nuestra piel no se vea afectada y por supuesto tampoco nuestros ojos si buceamos en ella.  El valor del pH del agua de las piscinas debe estar comprendido entre 7,2 y 7,6. Así se evitan los "ojos rojos", algunos tipos de afecciones cutáneas…  y si añadimos una adecuada cloración,  mantendremos limpia y cristalina el agua así como también conseguiremos  la destrucción de microorganismos como algunas bacterias y hongos. No seguir estas normas puede afectar gravemente nuestra salud si  hacemos uso del baño en ellas.
Espero que lo aquí expresado sirva para demostrar la utilidad e importancia que en nuestro devenir diario tienen sobre todo para nuestra salud los conceptos de acidez y basicidad. Constituyen ambos, aquellos hidróxidos y ácidos que en anteriores entradas he tratado de explicar y  formular. 

jueves, 2 de agosto de 2012

Los hidróxidos o bases.



Su fórmula general es M (OH)n  en la que “M” designa al metal y “n” al número de iones del oxidrilo  (OH) que intervienen en el compuesto.

Los hidróxidos o bases son combinaciones ternarias  de un metal con el grupo oxidrilo monovalente (OH).

Son combinaciones ternarias,  porque entran a formar parte de ellas tres elementos: el Oxígeno y el Hidrógeno formando  el grupo oxidrilo monovalente (OH)  con un tercer elemento; un metal. 

Se nombran con la palabra hidróxido seguida del  nombre del metal en genitivo; es decir. El nombre del metal anteponiéndole la preposición “de”.

El grupo oxidrilo (OH) se coloca siempre a la derecha de la fórmula por ser más electronegativo que el metal.

La  nomenclatura tradicional actualmente no se utiliza  o se utiliza muy poco para formular estos compuestos ternarios que deben su nombre  al carácter básico de sus disoluciones acuosas.  En esta nomenclatura, podemos considerar a los hidróxidos o bases como si fueran combinaciones binarias de un metal con el grupo oxidrilo monovalente (OH).

Se nombran con la palabra hidróxido  seguido del nombre del metal en genitivo o con la terminación “ico” si actúa con una única valencia. Caso de utilizar dos valencias  se utiliza  la terminación “oso” para la menor valencia  e “ico” para la mayor o si se prefiere en este último caso, puede utilizarse el nombre del metal en genitivo.

Ejemplo:
Hidróxido plumboso……………….…. Pb II  (OH)2 –I

Hidróxido plúmbico ó 
hidróxido de plomo…...................... Pb IV (OH)4 –I     


Ateniéndonos a la normativa de la IUPAC,  se nombran con la palabra hidróxido seguida del nombre del metal correspondiente en genitivo  especificando la valencia del metal  entre paréntesis en números romanos del mismo modo que lo hacemos en la nomenclatura Stock.  O dicho de otro modo, nombrándolo así: Hidróxido del metal utilizando el numeral de Stock si el metal presenta más de  un estado de oxidación posible.Ejemplo:

Fe (OH)3……….Hidróxido de hierro (III)
Fe (OH)2……….Hidróxido de hierro (II)
Ba (OH)2……….Hidróxido de Bario  (No aplicamos el numeral Stock pues sólo es posible un solo estado de oxidación.)
Cu OH……………Hidróxido de cobre (I) 

                   
La que está adquiriendo una gran preponderancia  en la actualidad para formular estos compuestos es la nomenclatura estequiométrica. Su utilización requiere que estos compuestos se nombren con los prefijos  mono, di, tri, tetra… indicando la cantidad de iones oxidrilos monovalente (OH)  que intervienen seguido del nombre del metal. Así tenemos:  

Na OH……….. Monohidróxido de sodio.
Cu (OH)2……. Dihidróxido de cobre.
Fe (OH)3…….. Trihidróxido de hierro.

Como recurso lector  y de escritura, aclararé que estos compuestos los leemos de derecha a izquierda y los podemos escribir de la misma forma. Es decir; y a fe de ser reiterativo,  empezando a nombrar y escribir el número de iones del oxidrilo (OH) utilizando los prefijos griegos  mono, di, tri, tetra… seguidos de la palabra hidróxido, terminando por nombrar y escribir el  nombre del metal  que entra a formar parte de dicho compuesto anteponiéndole la preposición de.

En química la estequiometría nos indica  las proporciones: el cálculo entre las relaciones cuantitativas que existen entre los reactantes y productos a lo largo de una reacción química. Los principios estequiométricos fueron enunciados por Jeremías Benjamín Richter en 1792.

Diversas apreciaciones de unos conocidos  durante las vacaciones de verano sobre estos y otros compuestos cuando estoy a punto de publicar esta entrada me inducen a tratar este tema saliéndome del mero ámbito didáctico  de su expresión empírica escrita, las susodichas fórmulas, para tratarlos bajo otra óptica;  la  de su utilidad en la vida diaria.   En un próximo artículo trataré  los  conceptos relativos a la acidez y basicidad  por no hacer este  artículo mucho más extenso.

Espero que esta entrada sirva para aclarar a la hora de formular estos compuestos  las dudas que sobre ellos  pueda tener cualquier alumno que se acerque  a este blog con la intención de satisfacerlas.